R4 y R15, los agujeros negros de Rodalies y Regionales catalanes
La línea Barcelona - Riba-roja d’Ebre sumó 508 incidencias entre 2022 y 2024, frente a las 30 reportadas en la que conecta Manresa con el Baix Penedès
La reunión de este martes entre el president Salvador Illa y los titulares de Renfe y Adif tiene un punto candente en la mesa. La Generalitat ve margen de maniobra para ajustar la afectación en el servicio derivada del ...
La reunión de este martes entre el president Salvador Illa y los titulares de Renfe y Adif tiene un punto candente en la mesa. La Generalitat ve margen de maniobra para ajustar la afectación en el servicio derivada del gran plan de mejora en marcha. En la mira está la R4, el corredor entre Sant Vicenç de Calders y Manresa, cuyos trabajos comenzaron agosto y ahora se enfrentan al test de estrés postestival. Es una línea con una mochila bastante pesada. Según el resumen oficial de incidencias en Rodalies y Regionales de los años 2022, 2023 y 2024, comparte con la R15 la primera posición en acumulación de fallos en sus respectivos servicios. De un total de 693 reportes, la R4 sufrió un total de 30. La línea que une a Barcelona con Riba-roja d’Ebre (Tarragona) soportó 508. Los datos fueron obtenidos a través de la Ley de Transparencia.
El volumen de incidencias total (693) implica una media de 1,5 fallos al día, que afectaron a un total de 2,4 millones de pasajeros, según los datos provenientes del Centro de Gestión de Renfe. La suma de minutos fruto de retrasos en esos tres años asciende a 420.421, el equivalente a 291 días. La puntualidad, según el estándar de Renfe, se mide en el porcentaje de trenes que en Rodalies llegan a destinación con una desviación inferior a tres minutos sobre el horario previsto. En Regionales ese tiempo se eleva a cinco minutos.
El ranking de líneas con más incidencias en las Cercanías catalanas deja en segundo lugar, después de la R4, a la línea Castelldefels - Granollers Centre (R2). En el tiempo analizado acumuló 28 fallos. El podio lo completa, solo a un ítem de diferencia, la R1 (Molins de Rei con Maçanet-Massanes. En la Media Distancia, tras una R15 que justamente ayer lunes sufrió un corte entre las estaciones de Marçà-Falsef y Els Guiamets (Tarragona), figura, con 470 registros, la R14 (Barcelona - Lleida) y después R16 (Barcelona – Ulldecona), que suma 379.
Las líneas de Rodalies se quedan muy lejos de alcanzar una cifra de incidencias de tres cifras; en los Regionales lo consigue el 77%. La diferencia se explica porque hay un baremo diferente y generalmente una sola incidencia tiene afectación en varias líneas al mismo tiempo. Mientras en Cercanías solo se registran los fallos que afectan a más de 10.000 viajeros, en la Media Distancia la tasa baja a 1.000 pasajeros. Para Renfe, la puntualidad se valora en función del porcentaje de trenes de Cercanías que llegan a su destino dentro de un umbral de tres minutos respecto al horario previsto. En Regionales ese tiempo se eleva a cinco minutos.
Otra cosa es el volumen de afectados, ya que Rodalies tiene muchos más pasajeros y trenes y el impacto. Por ejemplo, el pasado 27 de septiembre, la R2 acumuló hasta 10 horas en retrasos a causa de un fallo de una aguja, los carriles móviles que permiten cambiar de vía. El fallo en el control de esa pieza básica para ordenar el tráfico, a la altura de Castelldefels, condicionó a 72 trenes. Un total de 13.805 pasajeros sufrieron las consecuencias, en plena hora punta matinal. Un fallo similar, tres meses después, ocurrió cerca de Vilanova i La Geltrú, a las seis de la tarde, en la vía que usan las líneas Regionales R13, R14 y R15. Aunque se acumuló el mismo tiempo de retraso, aquí fueron 14 los convoyes que sufrieron alteración en el servicio y 2.650 los pasajeros.
Los problemas con las agujas, de hecho, aparecen en 23 ocasiones dentro del listado de 693 incidencias identificadas en el documento, facilitadas por la Dirección de Movilidad del Departamento de Territorio. Dos de esos casos se registraron en la red de Cercanías catalanas, mientras el resto implicó a la de Regionales. Algo simular ocurre en los episodios que involucran a las catenarias: de un total de 27, seis corresponden a Rodalies y 21 a la Media Distancia.
Que el servicio a nivel periférico tiene muchas más deficiencias que el de la conurbación de Barcelona también se ve en los incidentes con el material rodante. En los tres años observados, hubo 10 reportes de desperfectos en el sistema de frenado de convoys, nueve de ellos en el servicio de Media Distancia. Ambas flotas son muy distintas. Una quinta parte de los 70 trenes de Regionales tienen una antigüedad media de 52 años, los de la serie 470, según datos entregados por ERC durante la negociación del traspaso de Rodalies. Los 19 más modernos, con 16 años de funcionamiento de media, son los 449. De las 200 máquinas asignadas a las Cercanías catalanas, más de la mitad tienen una antigüedad media de 31 años.
La red a su paso por Sitges es uno de los puntos más negros. Allí se acumulan de hecho, un total de 27 fallos de diferente índole. Girona, por su parte, se llevó la peor parte por afectaciones derivadas del robo de cable de cobre, que implican tanto los desperfectos en el sistema como los parones por la presencia de ladrones en la vía que lo intentaba. Allí se reportaron 14 de los 24 incidentes. Salvo la suspensión del servicio a causa de la dana del año pasado, que sufrieron 56.000 pasajeros y afectó a seis líneas, el parón de más calado en Rodalies fue fruto precisamente de la sustracción de cables, en mayo pasado. Casi 70.000 usuarios sufrieron, por dos días, las consecuencias del daño en la señalización de Montcada Bifurcació. La circulación de 677 trenes quedó comprometida en seis líneas.
Descontando los casos de arrollamiento (49 en total, dos de ellos en Rodalies), la incidencia con más usuarios afectados la generó, en mayo de 2023, un polémico incendio en un cuarto de señales de Gavá. Las líneas R11, R13, R14, R15, R16, R17 vivieron 15 días de caos y solo en los primeros cinco, un total de 36.700 pasajeros sufrió alteraciones en el servicio de 373 trenes. El incidente generó un agrio choque entre Adif y el Govern de la Generalitat, entonces en manos de ERC. El dueño de la infraestructura inicialmente atribuyó a la caía de un rayo la génesis del fuego, pero desde la Generalitat, con datos meteorológicos en las manos, refutaron esa explicación. La investigación interna de la empresa del Ministerio de Transportes concluyó, después, que el fuego lo desató un acto vandálico.
Adif rechazó dar los datos por el “injustificado descrédito”
Este diario solicitó en marzo el acceso a estos datos, mediante la ley de Transparencia, tanto al Ministerio de Transportes como a la Generalitat. “La elaboración de informes, a la carta, sobre incidencias en la explotación facilitaría el ataque a la gestión de la infraestructura, facilitando un injustificado descrédito”, argumentó Adif a finales de ese mes, negando el acceso.
El departamento de Territorio sí dio los datos el 30 de junio, aunque después de que la Comisión de Garantía del Derecho de Acceso a la Información Pública (GAIP) le diera un toque de atención. Mientras que el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno ha avalado en el pasado la tesis de Adif, el GAIP cree que prevalece el derecho a la información sobre los derechos comerciales de la empresa.