Junqueras encara el plenario del congreso de ERC con sus críticos desmovilizados
Los exmiembros de la principal candidatura rival retiran las enmiendas que pedían acotar la figura de la presidencia del partido
La asamblea de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que comienza este sábado en Martorell (Barcelona), seguramente pasará a la historia por ser un gran choque que no fue. Tras meses de calentar el encuentro de toda la militancia para convertirlo en una tercera vuelta entre la nueva cúpula que dirigen Oriol Junqueras y Elisenda Alamany y las candidaturas que pugnaron por el liderato el pasado mes de diciembre, la dirección actual ha logrado que las tres ponencias que se someten a votación salgan bien paradas del proceso de enmiendas, con los críticos renunciando a las más espinosas y que apuntaban directamente al tándem que lleva las riendas, al intentar acortar la duración y compatibilidad de los cargos de presidencia y secretaría general. Cierta paz comienza a dilucidarse tras meses broncos en uno de los socios claves en la gobernabilidad tanto en el Congreso como en el Parlament.
Junqueras, el pasado 14 de diciembre, logró imponerse como nuevo presidente de ERC. Sin embargo, para poder acceder al cargo fueron necesarias dos vueltas. La candidatura del exvicepresident logró un 52% de los apoyos ante Xavier Godàs, el representante de Nova Esquerra Nacional (NEN), una lista que agrupaba al entorno de la exsecretaria general Marta Rovira y que obtuvo el 42%. El regreso de Junqueras había estado lejos de ser el triunfo que él esperaba y los críticos (que también incluyen a Foc Nou, la tercera candidatura que no pasó de la primera vuelta) vieron que había espacio para atemperar a los ganadores en la siguiente fase del Congreso extraordinario que se convocó, precisamente, por el cisma entre el líder del partido y Rovira.
Godàs y los suyos, con el capital de tener a su favor el 42% del partido, han intentado sin éxito mantener por tres meses cierto espíritu de renovación de la cúpula, poniendo la continuidad de Junqueras y sus ambiciones electorales de cara a ser el candidato a las próximas elecciones catalanas en el centro del debate. En la Asamblea, que se extenderá, hasta el domingo, se votan tres documentos: las ponencias política y organizativa y un texto que busca reorientar el camino para lograr la independencia de Cataluña que el partido ha de seguir, poniéndose 2030 como año clave para recuperar la mayoría independentista en la calle y en las instituciones.
Tanto los exmiembros de NEN como Foc Nou querían aprovechar el proceso de enmiendas para incidir en las intenciones de la nueva cúpula. Una muestra de los esfuerzos realizados por la actual cúpula pero también de la falta de fuelle de los críticos se ve en cómo ha ido el proceso de negociación de la ponencia política. En total, el texto recibió 867 enmiendas, de las cuales solo cinco llegan vivas al debate en Martorell. En el Congreso de 2023, el mismo documento, centrado entonces en el llamado acuerdo de claridad para el referéndum, había tenido 270 enmiendas, de las cuales solo dos se debatieron en el plenario en Lleida.
En el centro del debate se encontraba las enmiendas que tenía precisamente hay Junqueras y Alamany como protagonistas. Por un lado se quería impedir que Junqueras, que ya lleva 13 como presidente de la formación, pudiera volverse a presentar para el próximo periodo. Además se pretendía implantar un sistema de compatibilidades que impidiera que cargos orgánicos del partido tuvieran responsabilidades institucionales. Esto iba contra las ambiciones de Junqueras -pendiente de cómo se resuelve la amnistía- pero también de Alamany, que aspira a ser la alcaldable por Barcelona. “Nova Esquerra ha decidido retirarlas ante el compromiso de la dirección de celebrar un debate específico en este mandato para abordar el tema con profundidad”, explicó el grupo de críticos en una nota. Un 90% de las enmiendas de NEN fueron o bien incluidas íntegramente o transaccionadas.
También está por verse el futuro de las corrientes críticas. Tanto desde los entornos de Foc Nou como de los cercanos a Godàs e inclusive un colectivo donde está el exdiputado en el Congreso Joan Tardà -fieles a Junqueras- se había planteado posibilidad de revivir esa figura. Se buscaba así dar un espacio fijo a las ideas disidentes de la ortodoxia del partido, lo cual podría de alguna manera escenificar más claramente una oposición. Una fuente de la dirección explica que se ha logrado transaccionar este punto, aunque está por verse efectivamente qué grupos dan el paso para conformarse como tal.
La asamblea de la formación, sin embargo, no irá completamente como a la nueva cúpula le gustaría. Por un lado, la comisión de garantías, principal órgano de control interno, ha tirado por el suelo la pretensión de que se votaran las conclusiones de la llamada comisión de la verdad, un grupo ad hoc prometido por Junqueras que tenía que investigar la estructura b del partido que, supuestamente, dio luz verde al ataque de falsa bandera de los afiches vejatorios contra los hermanos Maragall. El partido también se ha tenido que esforzar para aislar polémicas como la del presunto caso de acoso laboral en el grupo del Congreso, la pasada legislatura, con la diputada Pilar Vallugera en el ojo del huracán. Las nuevas posible revelaciones, como el dictamen sobre el seguimiento de los pactos con el PSOE y PSC serán las dos incógnitas del fin de semana.
El dilatadísimo proceso congresual de ERC encara ya su última etapa, con una cascada de congresos regionales donde se renovarán esas direcciones. Tampoco ahí parece que los críticos puedan tener capacidad de plantar cara Junqueras, al tenor del sucedido en las diferentes asambleas territoriales donde se tenían que debatir las enmiendas presentadas a la hoja de ruta. La desmovilización de los críticos es tan grande que les impidió culminar el enfrentamiento. “Rehacer y reorientar la izquierda independentista será un trabajo estratégico y de fondo y las elecciones municipales de 2027 un punto de inflexión”, aseguró en redes sociales Godàs, el pasado miércoles, dando a entender que, de momento, se refugia en el palacio de invierno.