Jaume Collboni incluye en el presupuesto de este año el tranvía hasta paseo de Gràcia para acercarse a los comunes

El alcalde cuenta con el apoyo de ERC en el primer trámite de las cuentas, pero está lejos del sí de Barcelona en comú

El tranvía circulando por la Diagonal de Barcelona, a la altura de la calle de Marina, en octubre pasado.Massimiliano Minocri

Lo dijo el domingo pasado y lo ha cumplido. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni tira millas con el presupuesto del Ayuntamiento de la ciudad pese a no tener garantizados los votos que necesita de sus hasta ahora socios más estables, los comunes y ERC. La idea es darse unos días o semanas y cerrar la carpeta, tanto si es para cerrar el pacto como si es que no. Le bastaría con el sí de los comunes (a quien guiña el ojo con dinero para prolongar el tranvía por la Diagonal hasta paseo de Gràcia, la principal novedad de las cuentas) y la abstención de los republicanos, que facilitarán el primer trámite, la aprobación inicial. Si no, la ciudad puede funcionar con las cuentas del año pasado prorrogadas: 3.807 millones de euros, récord histórico. El proyecto presentado este jueves asciende a 3.850 millones (un 1,2% más respecto al proyecto inicial de 2024), de los que 836 van a inversión (un 9% menos, por la caída de Fondos Next Generation). Si supera la aprobación inicial el próximo miércoles, la definitiva sería en el pleno de febrero.

El teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, ha calificado el proyecto de presupuestos de “ambicioso, que continúa la transformación de la ciudad, con modelo económico, vertiente social y claramente progresista”. Valls ha destacado la apuesta por el tranvía: 214 millones de euros de inversión el Ayuntamiento y 114 del Govern (que tampoco tiene presupuesto, por ahora), para prolongarlo por la Diagonal “y este mandato acabar las obras hasta el paseo de Gràcia”. Este tramo es el más sencillo, que no entra en meollo de las obras: la distancia de la avenida entre el céntrico paseo y Francesc Macià. “Es el presupuesto del tranvía, la idea es una sola licitación para ejecutar en dos fases”, ha aclarado sobre una fórmula que adelantó su este diario.

Valls, como el Govern: “No renunciamos a gobernar”

Valls ha tendido la mano a ERC asegurando que el proyecto “incorpora buena parte de las demandas manifestadas, y las que no están incluidas tenemos clara voluntad de incorporarlas”. El miércoles, los republicanos dejaron claro que la semana que viene facilitarán la tramitación de las cuentas. Sobre los comunes, les ha avisado de que “los pactos implican renuncias por parte de todo el mundo” y de que está dispuesto a hablar siempre que sea en el marco presupuestario. Esto es una clara referencia a exigencias de Barcelona en comú, que incluyen cuestiones como regular el alquiler de temporada y no flexibilizar el 30% de vivienda pública actualmente impuesto a los promotores. En cualquier caso, igual que hizo esta semana la portavoz del Govern de Salvador Illa, Sílvia Paneque, ha avisado: “No renunciamos a gobernar”. Illa no ha presentado su proyecto de cuentas.

La jefa de filas del grupo, Janet Sanz, ha rechazado el proyecto presentado: “Parece que renuncia a tener presupuesto, no incorpora los proyectos que pedimos, es prácticamente el mismo, es un Gobierno que no quiere molestar a las élites”, ha asegurado y ha reivindicado que “el 30% sí es presupuesto, todo es presupuesto”. Sanz ha enumerado sus exigencias: “Que Collboni se comprometa por escrito con el 30%, hacer más supermanzanas y abrir una funeraria pública”. Sobre el anuncio-anzuelo del tranvía, ha valorado: “No puede ser en dos fases”.

Por parte de Junts, el presidente del grupo municipal, Jordi Martí, ha señalado que el incremento del proyecto presentado por Valls es inferior al IPC y ha asegurado que no pueden apoyarlos: “No vemos credibilidad ni ha sido compartido con la primera fuerza de la oposición”. Martí ha tachado las cuentas de “continuistas, beben de los últimos años de Gobierno [del PSC con la ex alcaldesa] Ada Colau, no da respuestas a las necesidades de la ciudad”.

El proyecto destina 201 millones de euros a vivienda (construcción pero también movilización de suelo), 422 millones a seguridad (se reforzará la Guardia Urbana e incluye el nuevo centro de coordinación de emergencias), 907 a servicios sociales y educación, y 363 a limpieza y mantenimiento. Para acción climática (como el plan clima escuela que se paga con la tasa turística), la cifra asciende a 105 millones. Entre otros proyectos concretos que ha citado Valls figuran La Rambla, La Meridiana, Ronda de Dalt, Fira de Barcelona, la Ciutadella e inversiones en centros deportivos, depósitos pluviales o el túnel de la Rovira. En la información adelantada no figura la rehabilitación de los interiores de manzana, uno de los proyectos estrella de los socialistas como alternativa a la Superilla de la ex alcaldesa Ada Colau. “Es un proyecto de mandato, hemos comenzado con las paredes medianeras y la arquitecta jefe tiene sobre la mesa la reforma de interiores”, ha precisado la gerente, Laia Claverol.

El presupuesto muestra la saludable situación financiera de la ciudad, reconocida en los listados internacionales: de nuevo el endeudamiento se sitúa entorno al 30% de los ingresos corrientes, el ahorro bruto está en la franja entre el 15% y el 20% y el Ayuntamiento paga a los proveedores en menos de 30 días. Valls ha destacado del proyecto la contención del gasto corriente del consistorio, que la presión fiscal a la ciudadanía baja y que sube la turística.

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