El grupo IAG reinventa a Level para “conquistar” los vuelos de largo radio desde Barcelona
La compañía de bajo coste para rutas transoceánicas se emancipa de Iberia y obtiene el certificado de operador aéreo
Level acelera para tomar la delantera en la oferta de vuelos transoceánicos que pueden operar desde el aeropuerto de Barcelona-El Prat. La compañía del grupo IAG, donde también se engloban British Airways, Iberia, Vueling y Aer Lingus, se reinventa siete años después de su nacimiento para poder abordar con mejores condiciones “la conquista del largo radio desde Barcelona”, según palabras del nuevo consejero delegado de la compañía, Rafael Jiménez Hoyos. Las conexiones con Asia, y en menor medida con América, suponen la gran asignatura pendiente que tiene el aeropuerto de El Prat y son el eje sobre el que pivota el debate político acerca de la conveniencia o no de ampliar la infraestructura aeroportuaria. IAG, que ya controla con Vueling el 41% de todos los vuelos nacionales y de corto alcance que despegan desde Barcelona, ha identificado un territorio virgen y busca anticiparse para ocupar un nicho del mercado de larga distancia que podría resultar goloso para la competencia. “Barcelona puede ponerse al nivel de Madrid, Londres y Dublín”, afirmó Jiménez Hoyos este lunes en un acto para la prensa donde se informó del proceso de emancipación de Iberia que ha completado Level para obtener el certificado de operador aéreo (AOC) que le faculta para actuar como compañía independiente.
Level empezó a volar en 2017 con una flota de apenas dos aviones, cedidos por Iberia, y ahora tiene seis, con la previsión de llegar a los ocho aparatos en propiedad en 2026. Su creación coincidió con la potente apuesta en Barcelona que planteó Norwegian para programar rutas directas a precios muy ajustados a Estados Unidos. IAG reaccionó inventándose Level y la presentó como una low cost para el largo recorrido, pero sin dotarla de personalidad propia. La compañía ha ejercido como una marca comercial que funcionaba con la licencia de Iberia. Ofrece cinco destinos a Estados Unidos (Nueva York, Boston, San Francisco, Los Angeles y Miami) a precios de oferta que pueden rondar los 100 euros. Además, conecta directamente la capital catalana con Buenos Aires y Santiago de Chile, por menos de 500 euros el billete, según asegura la compañía. La idea es que sus Airbus A330-200, con 308 plazas disponibles, amplíen rutas en el continente americano. Se descarta por el momento que vayan a explorar destinos asiáticos.
La aerolínea detalla disponer de una plantilla de 50 comandantes y 85 copilotos, la mayoría llegados desde las filas de Iberia. No bastan para las necesidades previstas y, para cubrir vacantes, se ha activado un proceso de selección de personal.
El mes pasado Level presentó a Rafael Jiménez Hoyos como nuevo máximo responsable de la compañía. Bregado como ejecutivo en Iberia, Vueling, Air Nostrum y Clickair, y con una trayectoria de 17 años en el Ejército, donde llegó al grado de comandante, el nuevo CEO no entra en el fondo de los detalles que han motivado ahora el movimiento de independización, más allá de relacionarlo con “la ambición” del grupo por dinamizar las rutas de largo recorrido desde Barcelona. “Tiene todo el sentido que se forme como una compañía autónoma e independiente”, abunda.
Cuando fue presentado como nuevo jefe, la empresa concretó que Level se encuentra “en una posición estratégica” en Barcelona y que IAG tiene “el firme compromiso de contribuir al desarrollo del hub internacional del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, fomentando el crecimiento económico y la conectividad global”.
El aeropuerto catalán encadena ejercicios al alza y, con unos 50 millones de pasajeros al año, roza su tope de capacidad, fijado en los 55 millones de usuarios. En los últimos años, Aena ha tratado de liderar las demandas sobre la ampliación de las instalaciones para, entre otras razones, poder incrementar la oferta de vuelos de larga distancia. Incluso llegó a acordar con la Generalitat, cuando la comandaba Pere Aragonès, una inversión de 1.700 millones de euros para construir una terminal nueva, bajo la condición de ampliar una de las pistas del aeropuerto para, precisamente, darle más recorrido de despegue a los aviones de mayor tamaño que salen cargados de pasajeros hacia destinos transoceánicos. La Generalitat se desentendió de la idea a última hora alegando que el impacto medioambiental sería inasumible, pero la llegada al Govern de Salvador Illa ha desempolvado aquella idea, toda vez que el PSC siempre se ha declarado partidario de la necesidad de ensanchar el aeropuerto. “Que Barcelona ampliara el aeropuerto sería interesante para nosotros”, manifiesta el CEO de Level. “Todo lo que sea que Barcelona amplíe su conectividad y de una propuesta mejor, entendemos que es positivo”, resalta.