El Europa defiende a sus dos jugadores trans: “Contra las agresiones tránsfobas y el fascismo, ni un paso atrás”

Alicia Tomás, concejala de Vox en Terrassa, tildó erróneamente a Álex y Nil, dos futbolistas en transición en el filial femenino del club catalán, de “dos tíos con barba que se autoperciben mujer”

El campo del Club Esportiu Europa de fútbol, en Barcelona.Gianluca Battista

La victoria del filial femenino del CE Europa frente al Terrassa FC en la categoría preferente generó polémica en redes sociales. En el centro de ella, Álex y Nil, dos jugadores del equipo femenino de fútbol que, a pesar de haber iniciado su transición y de haber cambiado su nombre, en su DNI aún figura la “F”, una designación que les obliga a competir con mujeres, según explicó el propio Álex hace precisamente ...

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La victoria del filial femenino del CE Europa frente al Terrassa FC en la categoría preferente generó polémica en redes sociales. En el centro de ella, Álex y Nil, dos jugadores del equipo femenino de fútbol que, a pesar de haber iniciado su transición y de haber cambiado su nombre, en su DNI aún figura la “F”, una designación que les obliga a competir con mujeres, según explicó el propio Álex hace precisamente dos años en diversos medios, cuando ya fue objeto de debate por una goleada del Europa al Pujades. “Hay dos jugadoras del Europa femenino B que son imparables por velocidad y potencia”, aseguró un usuario en ‘X’ adjuntando fotografías de ambos jóvenes y que provocaron diferentes reacciones. Alicia Tomás, portavoz del grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento de Terrassa, tildó erróneamente a ambos futbolistas de “dos tíos con barba que se autoperciben mujer”, por lo que el Europa —desde 2021 se definen oficialmente como una entidad antitránsfoba, antirracista, antifascista, antihomófoba, antimachista y antibullying — salió a defender a sus jugadores en un comunicado. Desde el club, de momento, no dan más declaraciones que la nota ya publicada, ya que buscan la manera adecuada de explicar el por qué de la polémica.

Las imágenes llenaron ‘X’ (antes ‘Twitter’) de mensajes tránsfobos. Tomás, que cuenta con dos fotografías en su Instagram posando con camisetas con los mensajes “Fuera islamismo” y “Más muros, menos moros”, dejó clara su postura: “Nuestras chicas del Terrassa FC han perdido contra el Europa porque entre sus rivales había dos tíos con barba que ahora se autoperciben mujer. Décadas de lucha para tener nuestro lugar en el deporte para que ahora la perversa ideología de género quiera borrar nuestra presencia. Nos gobiernan enfermos”, aseguró Tomás. A lo que el Europa salió a defender a sus jugadores. “Frente a la violencia ejercida sobre dos de los jugadores del filial femenino, desde el Club Esportiu Europa decimos no a la violencia transfóbica, LGBTIfóbica y a cualquier otro tipo. […] Contra las agresiones tránsfobas y el fascismo, decimos: ni un paso atrás”, aseguró en un comunicado en ‘X’. Al club de Gràcia se unió otro de la capital catalana, precisamente su eterno rival, el UE Sant Andreu, y mostró su apoyo en la misma red social: “Condenamos y rechazamos estos actos intolerables de la extrema derecha, todo nuestro apoyo a los dos jugadores, a sus compañeras y al CE Europa.”

Desde l’Observatori contra l’LGTBIfòbia ya han registrado el caso como incidencia transfóbica y discurso de odio. “Es el detonante para cargar con el odio y la transfobia, como ya pasó en los Juegos Olímpicos. Es no entender todo lo que ha costado en el deporte competir de una forma amable”, asegura su presidente, Eugeni Rodríguez. Y añade: “[La ley que protege a la comunidad lgtbiq+] 11/2014 ya recoge que esto [los discursos de odio contra personas trans] no está permitido, y que son las autoridades federativas y del deporte que tienen que estar pendientes y crear medidas de prevención. Esto no puede suceder, pero si pasa, hay que ser tajante y férreo, estamos hablando de la libertad y vida de personas”. La tendencia de casos de transfobia ha ido en aumento en Cataluña durante estos últimos años. Según el último informe desde l’Observatori, los incidentes han aumentado notablemente, pasando del 10,6% el 2019 al 27,1% el 2023 del total de sucesos contra el colectivo.

No es la primera vez que Álex Alcaide hace frente a esta polémica. Hace ya dos años, en pleno debate sobre la Ley Trans, el filial femenino ganó un partido 23-0 al Pujadas. En la media parte, cuando el marcador se decantaba 10-0 a favor del club de Barcelona, publicaron un tweet con la imagen de Álex con total normalidad, tal y como lo viven desde el Europa. Le acusaron de ser superior físicamente y pusieron en duda su presencia en el equipo. La realidad es otra: Álex marcó tan solo dos goles. “Siempre he tenido un cuerpo grande y musculatura. Ahora se me ha desarrollado un poco más y he ganado más fuerza, pero en el campo juego con chicas que me compiten y me ganan. […] El día que vea que me aprovecho de ello daré un paso al lado. En estos tres años y medio nunca me he sentido superior al resto para poder decir que saco provecho. Mis compañeras de ahora y de antes me apoyan”, explicó a Planta Baixa, programa de TV3, hace dos años. Empezó el tránsito con 21 años, y poco después hizo el cambio de nombre, pero no el de género. “A la larga quiero que mi DNI me corresponda”, aseguró Alcaide en aquel momento. Es el paso necesario para poder jugar con hombres, tal y como también constata Ricardo de la Rosa, abogado especialista en derecho LGTBIQ+. “Físicamente estoy a mitad de camino. Si hago el cambio jugaría con chicos, pero físicamente no estaría a su nivel porque el cambio a mi edad es mucho más difícil”, añadió el joven.

Precedentes en el deporte

De la Rosa asegura que el tránsito legal en España ha sufrido tres fases. “Hasta 2007, si la persona trans quería cambiar la mención de género y nombre en el Registro Civil, tenía que demandar al Estado y demostrar que había un error mediante una prueba médica, psicológica y un certificado médico que asegurase que se había realizado la reasignación de género”, explica. A partir de 2007, “ya no hacía falta un pleito”, pero sí demostrar que se había seguido un “tratamiento psicológico y médico por dos años”. “Desde 2023, con la Ley Trans, que es muy garantista y nada frívola, es diferente”, continúa De la Rosa. Sin aportar “pruebas”, la persona acude al Registro Civil mediante cita previa y manifiesta el cambio. “En un plazo máximo de tres meses, se cita de nuevo a la persona para que ratifique su petición, se traslada al fiscal y se resuelve en unos 15 días”, continúa el abogado. Pero Ricardo señala un problema: al realizar el cambio de género en el Registro Civil, este no se actualiza automáticamente en el resto de ámbitos, por lo que se tiene que solicitar a las entidades e instituciones. Y, algunos de estos trámites, como los universitarios, devienen tasas. Para el abogado, las dificultades de las personas trans pasan por la no “compresión de la situación” de ellas y la no “aceptación”.

Lo sufrió también Valentina Berr, la primera futbolista trans de Cataluña que participó en un equipo de fútbol femenino federado. Pasó, precisamente, por el Europa, pero también por el Terrassa y el antes conocido como Levante Las Planas. Pero tuvo que retirarse por la transfobia sufrida y el deterioro de su salud mental en consecuencia. “No cuelgo las botas. Me las cuelgan. Hasta aquí aguanto”, publicó en el momento de su retirada.

El debate social sobre las personas trans en el deporte sigue abierto. Desde los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, algunos organismos deportivos como la Federación Internacional de Natación, de Atletismo o la Unión Ciclista Internacional, prohibieron que atletas que no hicieron su tránsito antes de los 12 años participasen en competiciones femeninas. Pero también se endurecieron las normas, en el caso del atletismo, en aquellos atletas con diferencia en el desarrollo del sexo, como es el caso de Caster Semnya, deportista a quien la Federación le exige desde 2018 someterse a un tratamiento hormonal para reducir su nivel de testosterona, ya que su organismo produce más de lo que la ciencia considera habitual en una mujer. Debate que también persiguió a la boxeadora argelina Imane Khelif, campeona olímpica en la categoría -66kg este pasado verano en París tras ponerse en su duda su sexualidad, sus niveles de testosterona y ser una víctima más de ataques transfóbicos, a pesar de no pertenecer al colectivo.


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