Uno de los ‘mossos’ detenidos por la huida de Puigdemont es escolta del expresidente Quim Torra
Ya son tres los agentes detenidos como sospechosos de haber colaborado con la huida de Carles Puigdemont en su regreso a España el pasado jueves
Xavier Manso, uno de los tres mossos detenidos por colaborar presuntamente con la huida a Waterloo (Bélgica) de Carles Puigdemont, trabaja como escolta para el expresident de la Generalitat Quim Torra. Así lo ha confirmado el propio Torra en las redes sociales esta sábado. El expresidente ha calificado de “sorprendente, incomprensible e injusta” la decisión de los ...
Xavier Manso, uno de los tres mossos detenidos por colaborar presuntamente con la huida a Waterloo (Bélgica) de Carles Puigdemont, trabaja como escolta para el expresident de la Generalitat Quim Torra. Así lo ha confirmado el propio Torra en las redes sociales esta sábado. El expresidente ha calificado de “sorprendente, incomprensible e injusta” la decisión de los Mossos d’Esquadra de suspender de empleo y sueldo a Manso, uno de los agentes profesionales que “velan” por su seguridad. Después de siete años, el líder de Junts regresó a Cataluña en pleno debate de investidura, dio un breve discurso el jueves ante más de 2.000 fieles que lo esperaban en Arc de Triomf, en Barcelona, y volvió a desparecer esquivando los controles desplegados por los Mossos en el marco de la denominada Operación Jaula. Este viernes, los Mossos detuvieron cerca de Figueres (Girona) a un tercer agente de este cuerpo policial relacionado con la fuga de Puigdemont. Los dos agentes arrestados el día anterior ya están en libertad. Uno de ellos, propietario del vehículo en el que presuntamente huyó el expresident de la zona donde había intervenido ante sus seguidores, declaró que había prestado el coche a una amiga. El agente está de baja desde hace meses.
“Solicito respetuosamente que se se revise esta decisión con la máxima urgencia y que se acuerde la incorporación inmediata del señor Xavier Manso a su lugar de trabajo, el equipo de escoltas que velan por mi seguridad. Después de una revisión justa y objetiva del caso se llegará a la conclusión de que esta medida disciplinaria ha sido un error”, ha exigido el que estuvo a la cabeza de la Generalitat durante los años más duros del procés―de 2018 a 2020―, hasta que el Tribunal Supremo le inhabilitó para el cargo, condenándole por desobediencia. En esta carta ―dirigida al conseller en funciones de Interior, Joan Ignasi Elena, a través de la red social X (antes Twitter)― Torra insiste en que Manso ha demostrado ser un profesional “comprometido, eficiente y con una conducta impecable”, e insiste en que le dejen volver a disfrutar de sus vacaciones.
En la línea de Torra se pronunció anoche el propio Puigdemont con una publicación en la que tachaba de “lamentable” la rueda de prensa del viernes en la que los máximos responsables Mossos rindieron cuentas por la huida del líder de Junts. “No puedo creer que la caza de brujas que se ha desatado contra algunas personas concretas, simplemente porque las han visto a mi lado en momentos determinados, sea protagonizada desde ámbitos políticos que se llenan la boca de lucha antirrepresiva”, señalaba Puigdemont en un documento en el que subrayaba: “Nunca he tenido la voluntad de entregarme voluntariamente ni de facilitar mi detención. Entiendo las razones por las que el Tribunal Supremo tiene la obsesión por tenerme en sus manos, pero ni el operativo ni la reacción de los mandos políticos y policiales de los Mossos es comprensible ni aceptable.”
La fuga del expresident, sobre el que pesa una orden de arresto dictada por el juez Pablo Llarena, ha generado una ola de descrédito en torno a la policía autonómica cuyos responsables, sin embargo, evitaron la autocrítica durante su primera comparecencia pública de este viernes. El consejero Elena, el director general de la policía catalana, Pere Ferrer, y el comisario jefe de Mossos, Eduard Sallent, definieron como “ejemplar” el trabajo delos agentes este jueves. Los responsables aseguraron que no sabían que Puigdemont estaba en Barcelona desde días antes de la investidura y que no fue arrestado el jueves para evitar problemas de seguridad con los miles de manifestantes que habían acudido al acto de bienvenida al líder independentista.
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