ERC se enreda con su máquina del fango

El escándalo de los carteles contra Ernest Maragall ilustra la consolidación de las campañas políticas encubiertas en Cataluña

A la izquierda, los mariachis que mandó ERC a una reunión de Junts. A la derecha, Sergi Sabrià.David Zorrakino (Europa Press) / Eric Renom (LaPresse)

Dijo la frase con una mezcla de justificación y de orgullo inconfesable. “Quizás las campañas contemporáneas no son tan bonitas como nos gustarían”. Sergi Sabrià, exviceconsejero de Estrategia y Comunicación de la Generalitat y hombre fuerte en la maquinaria estratégica de ERC, se liberó el jueves cuando anunció su renuncia al puesto. Y tal fue su descargo que admitió lo que nadie admite: la política también se ejerce con el rostro oculto. La última víctima de la crisis interna de ERC descubrió antes de irse la máquina del fango del partido.

Los carteles difamatorios que sufrió Ernest Maragall y que salieron de su propio partido durante la campaña electoral de las municipales de 2023 se presentan como la punta de un iceberg extendido. “Esta partida la juega todo el mundo”, se justificó Sabrià, ideólogo en la sombra de algunas maniobras políticas que buscaban intervenir en la esfera mediática sin meter al partido en medio. “Campañas cercanas al activismo”, dijo. Campañas sin logo. Anónimas. “Las campañas de marca blanca han existido siempre”, analiza Verónica Fumanal, experta en comunicación política. “Hacer una campaña desde un punto de vista supuestamente no partidista siempre funciona”, añade. “En su día había personas organizadas que mandaban cartas al director de los periódicos para hablar bien o mal de algo”.

Sabrià citó varios ejemplos de intervenciones realizadas en los últimos años bajo su dirección: desde los mariachis que se plantaron ante la sede de Junts cuando estos valoraban su continuidad dentro del Govern (“un mal día de un rival político”, concretó él); a la actuación de un grupo de personas disfrazadas de sardinas en los trenes de Rodalies días antes de las municipales de 2023 para denunciar la situación de la red ferroviaria catalana. También se atribuye a ERC un grafiti que representaba el alcalde Jaume Collboni (PSC) y el líder de Junts en el Ayuntamiento, Xavier Trias, besándose en plena campaña. Todas buscaron desestabilizar a los rivales políticos sin manchar el nombre del partido.

¿Quién hay detrás de este tipo de acciones? “Puede haber personas que actúen solas, pero si acabas rascando siempre encuentras algún responsable que las induce. Las cosas no pasan por casualidad”, analiza David Espinós, cofundador de Khimera, especialista en comunicación estratégica. Fumanal libera a los candidatos, pero señala que detrás del ejecutor “siempre” hay algún responsable político que “tiene la plena confianza del líder”.

La consolidación de las redes sociales facilita actualmente el desgaste político. “La cantidad de campañas sin logo que se realizan son similares al de otras épocas. Lo que ocurre es que las redes han ampliado los efectos y han favorecido las barbaridades”, entiende Xavier Roig, consultor en comunicación estratégica y exdirector de campaña de Pasqual Maragall.

Con la posibilidad de actuar bajo el perfiles falsos, las redes se han llenado de mensajes políticos orquestados. Un análisis para EL PAÍS de la empresa OnBranding confirmó la proximidad política del perfil @Veridic_info con ERC en la red social X. La cuenta, creada a finales de octubre de 2023, pretendía combatir los bulos informativos y verificar la información. Pero el análisis identificó tendencias favorables a ERC y al Govern en detrimento de otros partidos, especialmente Junts per Catalunya. Para ello cuestionó directamente a periodistas, a medios de comunicación y a usuarios reales. “Todo ello, sumado a las conexiones en los seguidores y seguidos del perfil con personas de ERC principalmente, hace que sea probable que la gestión y creación del perfil @Veridic_info haya sido realizada por una persona afín a ERC”, resumió el documento de OnBranding. La cuenta fue eliminada hace meses y diversos miembros del partido consultados evitan responder cuando se les pregunta al respecto.

No solo ERC esconde su mano en las redes. Aún es un misterio quien era la misteriosa Joana Masdeu que apoyaba a Francesc de Dalmeses, mano derecha de la presidenta de Junts, Laura Borràs, poco después que intimidara a una periodista en TV3. Masdeu, que se presentaba como periodista, atacaba a dirigentes del partido y sus mensajes alcanzaron tanta repercusión que el mismo exsecretario general de la formación, Jordi Sánchez, le ofreció un cara a cara consciente de que realmente no existía.

Pasqual Maragall y la bebida

A Pasqual Maragall (PSC) le atribuyeron una tendencia a los excesos con la bebida cuando aún era alcalde de Barcelona. “Le afectó muchísimo”, recuerda Roig. La idea sobre un supuesto alcoholismo del socialista, asegura el estratega, salió del núcleo de Convergencia (CiU). “Buscaban desestabilizarle”, añade. Y lo consiguieron, porque sus asesores evitaron los brindis públicos durante cualquier inauguración y pasaron a pedir Coca-cola para evitar que el mensaje calara.

Desde CiU también buscaron erosionar a sus rivales con la distribución durante la campaña para las autonómicas de 2006 de un millón de copias de DVD contra el primer tripartito. TV3 denunció el uso fraudulento de imágenes propias y el actual líder de Junts en el Ayuntamiento, Xavier Trias, acabó asegurando que no lo hubiera hecho. “En una campaña se trata de mandar un mensaje que consiga un contraste: lo tuyo tiene unas cualidades; y los otros, unos defectos”, resume Roig.

Sabrià se va como el último gran director de orquesta de la Esquerra más ganadora. “Hoy en política todo es comunicación y lo aplicamos cada día y cada hora. Y los resultados avalaron la apuesta [de profesionalizar la comunicación del partido]”, defendió. Su marcha, sin embargo, deja aún algunas dudas. “Cuando alguien dimite es que no queda otro remedio. Y eso ocurre cuando la responsabilidad era directa o indirecta”, plantea Fumaral. “Creo que nadie dimite sin tener ninguna responsabilidad”.

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