Álbumes sobre una Cataluña extinguida

La editorial Efadós publica libros de historia gráfica desde hace 28 años

Bendición de animales en Sant Antoni a principios del XX en una imagen del libro 'Sant Antoni desaparegut'.Carlos Pérez de Rozas

Rescatar el pasado de una ciudad o el de un barrio cuando ya no quedan testigos, o apenas. En eso ayuda la colección Catalunya Desapareguda de la editorial Efadós. Son libros con unas doscientas fotografías, debidamente documentadas, que cubren desde finales del siglo XIX a mediados del XX. Son 400 títulos de muchas localidades o lugares (Igualada, Vic, Manresa, Tibidabo, Liceu...) y parte de ellos proviene de un empeño editorial de mayor envergadura, la colección L’Abans, cuyos volúmenes albergan cerca de un m...

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Rescatar el pasado de una ciudad o el de un barrio cuando ya no quedan testigos, o apenas. En eso ayuda la colección Catalunya Desapareguda de la editorial Efadós. Son libros con unas doscientas fotografías, debidamente documentadas, que cubren desde finales del siglo XIX a mediados del XX. Son 400 títulos de muchas localidades o lugares (Igualada, Vic, Manresa, Tibidabo, Liceu...) y parte de ellos proviene de un empeño editorial de mayor envergadura, la colección L’Abans, cuyos volúmenes albergan cerca de un millar de imágenes de cada localidad. En el caso de Barcelona, y con la colaboración del Ayuntamiento, además de algunos álbumes temáticos, como la ciudad nocturna o nevada, la colección se divide por barrios. Efadós publica libros de historia gráfica desde hace 28 años. El afán de sus fundadores, Josep Arís y Jaume Campderrós, por divulgar el patrimonio local a través de las fotografías antiguas les empujó a publicar un libro en su pueblo natal, El Papiol (Baix Llobregat). Fue el germen de la colección L’Abans que ahora cubre 160 municipios de Cataluña y ha generado un archivo de medio millón de imágenes. El lema de la editorial, Hilos de recuerdos, fragmentos de historia, se mantiene en las 36 colecciones temáticas centradas en Cataluña y las Baleares. Actualmente la editorial se está abriendo a otros mercados como el del País Vasco y tiene la intención de expandirse por otros territorios del Estado.

El periodista y escritor Albert Torras ha publicado los volúmenes dedicados a la Rambla, el Liceu, recién salido de imprenta, y el de Sants (del que hizo un L’Abans). Vecino y activista del barrio, admite que en este caso la recolección de fotografías estuvo facilitada por la tarea histórica del Centre Excursionista. “Celebraban concursos de fotografía y tenían mucho trabajo hecho”. Pero eso no le ha ahorrado el rastreo de álbumes familiares “para recuperar fotografías inéditas”. Para Torras, la voluntad de escribir historia no debe olvidar la anécdota. “Para reflejar la vida del barrio intento un equilibrio entre la foto documentada y bien hecha y la que suministra una familia, menos perfecta técnicamente, pero desconocida”. Una de sus fotos preferidas del libro es la que muestra la fábrica del Vapor Vell, que duró poco en el barrio, y los huertos de enfrente. “Es el paso del Sants rural al industrial”. Con el libro aprendes que Sants tenía playa… “El pueblo de Sants tenía playa y es el actual distrito de Barcelona con más costa, pero el único donde no puedes llegar al agua. El puerto se llevó sus playas”.

Pau Vinyes, sobrino de Montserrat Roig, es el autor de Sant Andreu de Palomar desaparegut. Aunque la obra hereda el trabajo de dos L’Abans dedicados al barrio (1880-1976, escrito conjuntamente con Jordi Rabassa, y 1960-1997), “intenté no ser repetitivo y hay mucho material inédito”. Vinyes comenta la emoción con que alguna familia le abrió entre lágrimas una caja de zapatos con fotos antiguas que provocaban el rebrote de recuerdos. Del libro destaca la foto de 1903 de la iglesia parroquial con un gran andamio y la piedra de Montjuïc que se empleó en la fachada. “Consultamos el proyecto original y la iglesia debía tener dos campanarios. Uno no llegó a levantarse”. “Otra foto es la de una procesión de Corpus 1909. Un icono de la época con las autoridades militares y civiles, el capellán con la custodia, la banda de música y muchos vecinos arrodillados. Pasa por delante de una antiquísima farmacia y de una espartería que se derribó en los años 40 del siglo XX para que el trolebús pudiera girar”. Al lector pueden sorprenderle las imágenes de atletismo femenino popular en los años 30, unas precursoras, o de los equipos de baloncesto femenino de la Fabra y Coats y de La Maquinista de los años 40 y 50 del siglo pasado. Vinyes ha escrito biografías del periodista Joaquim Ventalló, del alcalde republicano de Gramenet de Besós Celestí Boada, fusilado por los franquistas, o del último alcalde republicano de Barcelona, Hilari Salvadó. En julio saldrá su biografía sobre Jaume Carner, ministro de finanzas con Azaña y precursor del actual impuesto sobre la renta.

Uno de los últimos libros publicados es el dedicado al barrio de Sant Antoni. Lo ha escrito Josep Fabra i Llahí, que fue profesor de Geografía e Historia. Vivió muchos años en el barrio, como un servidor. Sigue cultivando la historia local y para el libro tuvo especial empeño en rastrear las fotos que cualquier vecino pudiera tener en cualquier carpeta o cajón. El libro es un testimonio de la transformación del barrio, pero también un entrañable álbum familiar que dice muchas cosas sobre una determinada y cambiante época. Fabra ha documentado, por ejemplo, el crecimiento en altura de los edificios del barrio y la desaparición de los talleres y la pequeña industria. Para la portada del libro ha escogido la bendición de animales por Sant Antoni. “Porque aparece el mercado, el icono más potente del barrio, una fiesta popular y los escolapios, la escuela donde estudié. Es un recuerdo emotivo”. La otra foto que destaca es la del Teatre Circ Olympia (1924-47). “Podía haber escogido imágenes del Price, pero son de menor calidad y era un local más conocido. El Olympia tenía un edificio majestuoso y albergó desde circo y boxeo a mítines políticos”. Fabra trabaja ahora en un libro sobre la vida cotidiana en su infancia, no tanto con el ánimo de construir una autobiografía como de alimentar la memoria sobre el barrio. Y no descarta futuras investigaciones sobre algunas industrias - “por ejemplo El Pavo o Dulces Tardà, que fabricaba el chiclé Bazooka”, aquel generoso masticable con tres redondeles- o sobre la guerra civil. Eso sí, siempre hablando de Sant Antoni.

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