Promesas de los candidatos de Barcelona en vivienda: una subasta de miles de pisos sin concreción

El gran tema de debate ciudadano en Barcelona, el precio de los alquileres y el difícil acceso a la vivienda, salta, como no, a los programas electorales de los partidos políticos. Desde hace semanas, los candidatos a la alcaldía lanzan cifras de tres ceros sobre nue...

El gran tema de debate ciudadano en Barcelona, el precio de los alquileres y el difícil acceso a la vivienda, salta, como no, a los programas electorales de los partidos políticos. Desde hace semanas, los candidatos a la alcaldía lanzan cifras de tres ceros sobre nuevos pisos para engrosar el parque público. Con verbos habituales en los programas electorales, que no suelen concretar dónde, cuándo ni quién paga: impulsar, instar, apostar, movilizar, priorizar, dotar, crear, exigir… Todos --salvo el equipo de la alcaldesa y alcaldable, Ada Colau--, prometen retocar o derogar la obligación de que los promotores privados destinen un 30% de los pisos a alquiler público. También la mayoría cita medidas como la cesión de suelo público a cooperativas, convertir locales en vivienda cuando se den condiciones de habitabilidad, bajar oficinas de edificios a plantas bajas, rehabilitar o ayudas a inquilinos. Y la Sareb se cita como fuente para ganar parque público, aunque poco de aprovechable queda ya en la ciudad de la cartera de activos tóxicos.

Los comunes de la alcaldesa y alcaldable Ada Colau lanzan una cifra modesta (5.000 pisos que no cuentan obras a futuro, sino ya en marcha o compras), comparada con la promesa incumplida de 8.000 en 2015, que tantos reproches les ha valido. El PSC mira a lo largo (hasta 2050), y lanza multitud de cifras, desde el potencial de edificación en la ciudad hasta cuestiones más concretas como un plan para construir 1.500 viviendas de protección al año hasta 2030. ERC habla de 8.000 pisos asequibles sin concretar cómo. Y Junts propone un pacto por la vivienda a 30 años y fruto de la concertación público-privada. Pero sin cifras. Valents tampoco pone números sobre la mesa; Ciutadans promete generar 2.500 de alquiler social y asequible; y el PP habla de 40.000 sin precisar cuántos son públicos.

Barcelona en comú. Un baño de realismo. Los comunes de Colau no solo se muestran conservadores en las cifras (5.000 pisos “gracias al esfuerzo de los años pasados” y otros 2.000 en marcha durante el próximo mandato), sino que al enumerar medidas dan un paso atrás respecto a 2019. En el programa de entonces prometían incrementar la reserva impuesta del 30% al 50% en algunos barrios. La propuesta desaparece el programa de 2023. Por el contrario, presumen de un incremento del parque público, que es “el mayor del Estado” (9.000 en 12 años), en buena parte con compras; y de haber impulsado reformas legislativas, como la regulación de la extensión de contratos o del precio del alquiler; multas al acoso inmobiliario o pisos vacíos; o haber creado la unidad antidesahucios, que ha evitado 20.000.

ERC. 20.000 en cuatro años, 8.000 públicos. Esquerra, con Ernest Maragall de candidato, habla de aumentar el parque de alquileres asequible (de impulso público y privado) en 20.000 pisos, 8.000 de ellos públicos. El programa presenta una extensa batería de fórmulas para conseguirlo (la receta-combo construcción, rehabilitación, movilización), pero sin concreción ni números. Entre otras medidas, tanteo y retracto, movilizar suelo, “regeneración urbana”, “instrumento financiero metropolitano que gestione fondos para construcción”, “organismo de suelo solidario” o movilizar el parque de las 90.000 personas mayores que viven solas con mecanismos de compensación.

PSC. Muchos miles hasta 2050. El capítulo de vivienda del programa de Jaume Collboni, tiene mirada amplia y larga, pero poca concreción. Estima un potencial de hasta 100.000 pisos asequibles hasta 2050, para alcanzar el objetivo de solidaridad urbana de un 15% de vivienda a precio limitado. Sobre la vivienda social, apuesta por producir más “público y privado”. “Pasar de los 32.000 pisos asequibles construidos actuales 50.000 en 2030 y 100.000 en 2050″. Los 18.000 primeros, construyendo 1.500 pisos sociales al año, con producción propia municipal o con acuerdos con operadores privados.

Junts. Un gran pacto a 30 años, pero sin cifras. El programa de Xavier Trias propone un pacto a 30 años, con concertación y diálogo, pero no cuantifica cuántos pisos protegidos habría que construir. Arremete contra las políticas de la actual alcaldesa, cuestiona “las políticas erráticas” hechas en la ciudad “durante demasiados años” y cita fórmulas ya mencionadas (Sareb, pequeños propietarios, locales, tanteo y retracto). Pero sus propuestas no van acompañadas de números.

Ciutadans. 2.500 viviendas de alquiler social. El programa de la candidatura que lidera Anna Grau promete 2.500 “viviendas de alquler social y asequible rotatorio utilizando solares municipales y rehabilitando”, además de acuerdos con empresas privadas para sumar más psos al parque. Se comprometen a derogar la obligación del 30% de pisos públicos, a una rebaja del 15% del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y la creación de una “unidad antiokupas de la Guardia Urbana”.

PP. “La tercera revolución urbanística”. Los populares, encabezados por Daniel Sirera, promete “facilitar la construcción de 40.000 nuevas viviendas” en zonas como La Marina de la Zona Franca y Sagrera. Sobre vivienda asequible, habla de “aumentar”, sin más concreción.

Valents. Más pisos a escala metropolitana. Tampoco la candidatura de Eva Parera cuantifica las viviendas protegidas que sí afirma que aumentará de la mano del Área Metropolitana. Se centra más en la supresión del 30% y de las compras por tanteo y retracto.

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