PSC y Junts critican que Aragonès ponga el pacto sobre el referéndum como prioridad para el 2023

Ni en Junts ni en el PSC se ha movido algo después de que, en la noche del lunes, el president Pere Aragonès pusiera el 2023 como el año para sentar las bases del referéndum acordado sobre la independencia. Ambos partidos fueron fríos cuando Aragonès lo propuso en el Debate de Política General, el pasado mes de septiembre, y lo han vuelto a ser este martes, día después del discurso del jefe del Govern por Sant Esteve. “M...

Ni en Junts ni en el PSC se ha movido algo después de que, en la noche del lunes, el president Pere Aragonès pusiera el 2023 como el año para sentar las bases del referéndum acordado sobre la independencia. Ambos partidos fueron fríos cuando Aragonès lo propuso en el Debate de Política General, el pasado mes de septiembre, y lo han vuelto a ser este martes, día después del discurso del jefe del Govern por Sant Esteve. “Me decepciona mucho que siga insistiendo en fijar horizontes imposibles para Cataluña y que no son un punto de consenso”, ha respondido el líder de la oposición, Salvador Illa. “Nos pareció más el discurso de un presidente de partido que de un país, pidiendo la adhesión a una estrategia de partido” ha agregado por su parte Jordi Turull, el número dos de Junts.

En su discurso de Sant Esteve, Aragonès anunció la puesta en marcha de “una gran conversación con el conjunto de la sociedad” para perfilar el llamado Acuerdo de Claridad. Se trata de la hoja de ruta que se tendría que seguir para eventualmente convocar un referéndum acordado, sin fechas en el calendario, pero que sí dejaría claras cuáles serían las condiciones para celebrarlo y valorar su resultado. La base de esa “conversación” es la ponencia política que ERC debatirá en su próximo congreso en enero. De ahí que Turull critique que Aragonès pida “adhesiones” a un proyecto que no es de país sino de los republicanos. “El president no está en posición de pedir adhesiones cuando ha perdido la mayoría que el año pasado ya había permitido aprobar unos Presupuestos en forma y tiempo”, ha criticado Turull desde Vic, donde ha atendido a los medios para valorar el discurso de su exsocio de Govern.

Illa, en una entrevista a SER Catalunya, ha mostrado también su rechazo al referéndum que proponen los republicanos. “Sabe que no se celebrará. Lo sabe perfectamente”, ha dicho el socialista. En Junts llevan la crítica aún más allá y Turull (olvidando que su programa electoral incluye el referéndum acordado) le ha respondido que “Cataluña ya votó el 1 de octubre de 2017).

La propuesta de acuerdo de claridad de ERC dice que, si más de la mitad del censo catalán participara en esa hipotética votación y el sí a una pregunta clara sobre la independencia obtuviera más del 55% de los votos, el Gobierno central esté obligado a abrir una negociación para pactar los términos de la secesión. En el pasado, el propio Pedro Sánchez rechazó que se llegue a celebrar una votación en esos términos.

Para el jefe de la oposición en Cataluña, el discurso de Aragonès fue decepcionante. “Valdría más fijar objetivos razonables para 2023, como por ejemplo que Cataluña genere prosperidad y aproveche para volver a ser líder económico de España”, ha explicado Illa. “Lo tenemos a nuestro alcance, sobre todo si no hacemos tonterías con inversiones que pueden venir aquí”, ha añadido en referencia a proyectos atascados como el del megacentro de convenciones y casinos Hard Rock, en Tarragona. Se trata de una de las condiciones que los socialistas ponen en el centro de la negociación de los Presupuestos de la Generalitat para el 2023, que siguen sin aprobarse.

Turull ha lamentado que Aragonès no hiciera “un discurso ambicioso, potente, desde el punto de vista económico, social y nacional” y ha recordado que en el pleno del Parlament se ha rechazado la vía del acuerdo de claridad propuesta en septiembre pasado. El número dos de Junts también se ha referido a la negociación de las cuentas. Espera que el president “no pida adhesión a su propuesta” sino que también “sea capaz de negociar y aceptar” las propuestas que le ha trasladado Junts. Para que las cuentas tiren adelante es necesario que o socialistas o los exsocios las voten a favor o, al menos, que ambos se abstengan.

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