Aragonès cambia de plan para presionar al PSC y avisa que el Govern aprobará el presupuesto catalán sin tener apoyos
Con el envite, Esquerra se arriesga a que los socialistas presenten una enmienda a la totalidad cuando tampoco tiene el apoyo de Junts
Los presupuestos de la Generalitat para 2023 permanecen atrancados y el gobierno catalán explora la estrategia de la patada hacia delante para contrarrestar la presión de la oposición. Esquerra denuncia que no hay motivos para que las cuentas sigan bloqueadas y avisa que, si sus socios potenciales continúan dando largas, optará por tomar la ruta del desfiladero. Todo o nada. Esto es, aprobar las cuentas en el Govern y deja...
Los presupuestos de la Generalitat para 2023 permanecen atrancados y el gobierno catalán explora la estrategia de la patada hacia delante para contrarrestar la presión de la oposición. Esquerra denuncia que no hay motivos para que las cuentas sigan bloqueadas y avisa que, si sus socios potenciales continúan dando largas, optará por tomar la ruta del desfiladero. Todo o nada. Esto es, aprobar las cuentas en el Govern y dejarlas en manos de la validación del Parlament. El asunto tiene un efecto directo, los presupuestos para 2023 pueden despeñarse debido a la falta de apoyos parlamentarios, pero esconde un trasfondo tacticista: Trasladando las cuentas al Parlament, ERC confía en marcar el paso de la tramitación y arrebatarle al PSC la iniciativa en la negociación. La apuesta no está exenta de riesgos, porque los socialistas ya han avanzado que si el Govern ejecuta la aprobación sin respaldos, los presupuestos serán recibidos en el Parlament con una enmienda a la totalidad.
Durante semanas, el equipo de Pere Aragonès repitió que no había planes de aprobar el presupuesto en el Govern si, antes, no se contaba con apoyos suficientes para ratificarlo en el Parlament. ERC gobierna con una minoría de 33 diputados sobre 135 y se había impuesto avanzar con pies de plomo para no importunar las conversaciones con posibles socios. En juego está poder acceder a un paquete de 3.000 millones de euros en 2023, lo que eleva el presupuesto hasta los 41.000 millones de euros. “Ya no podemos esperar más”, ha advertido este lunes Marta Vilalta. La portavoz de ERC ha puesto de relieve que Junts y PSC tienen elementos suficientes como para poder concretar un acuerdo que encarrile los presupuestos. “No hay escollos, el acuerdo depende de la voluntad política de los partidos que están negociando”, ha justificado. “Pedimos que sean responsables”, les ha reprendido.
El volantazo de Esquerra llega después de asegurarse un acuerdo con En Comú Podem. El empujón de los ocho diputados de los comunes no es suficiente para alcanzar la mayoría que valide los presupuestos, y el Govern opta ahora por meter prisa a la negociación. Alcanzar un pacto con Junts se anuncia como una posibilidad remota, el portavoz de los posconvergentes Josep Rius ha señalado este lunes que el acuerdo está “muy lejos”, y los republicanos cuelgan la pelota en el tejado socialista. “Si alguien quiere dilatar la negociación pensando que puede hacer daño al Govern, a quien perjudica es a las empresas y a la gente de nuestro país”, ha alegado Vilalta.
El primer secretario del PSC, Salvador Illa, acusa a Esquerra de alentar la bronca, en lugar de concentrarse en facilitar acuerdos. “Menos declaraciones absurdas que no aportan nada, y más trabajo”, dijo Illa este fin de semana.
El PSC alega que las negociaciones “van a buen ritmo” y rehuye aceptar ultimátums del Govern. Los socialistas tratan de marcar el paso de la negociación e introducen demandas como el desarrollo del Cuarto Cinturón en el Vallès y piden un compromiso del Govern con el proyecto turístico BCN World en Tarragona o con la ampliación del aeropuerto de Barcelona.
Si Esquerra opta por aprobar los presupuestos en el Govern pondrá automáticamente en marcha la tramitación para su convalidación parlamentaria. Una apuesta que Aragonès trataba de evitar por el riesgo que implica, pero que no supone un gesto insólito. Durante semanas, Aragonès aseguró que su prioridad era pactar los presupuestos con Junts, y Oriol Junqueras rechazaba un acercamiento con el PSC.
Los aprietos del calendario han introducido cambios de perspectiva. La patronal Foment del Treball ha reclamado este lunes agilidad en la aprobación presupuestaria. Su presidente, Josep Sánchez Llibre, ha avisado que de no haber acuerdo entre partidos se tendrían que prorrogar las cuentas de 2022, lo que supondría una “irresponsabilidad y una inmoralidad”.
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