Ya tenemos fecha de independencia, ahora 2025
En breve lograrán, entre los que todavía se lo creen, un hastío que se convertirá en desafección y la independencia acabará en el baúl de los recuerdos… por aburrimiento.
Os aseguro que, casi como si de una promesa religiosa se tratara, había decidido no volver a hablar de la independencia de Cataluña, ni siquiera con amigos. Admitido por todos que ya no llegaría nunca, incluso he llegado a tener la sensación de que los partidos independentistas asumían que uno no puede seguir engañando a la ciudadanía indefinidamente.
Pues he tenido que romper mi promesa.
El otro día, en el programa Aquí Cuní, l...
Os aseguro que, casi como si de una promesa religiosa se tratara, había decidido no volver a hablar de la independencia de Cataluña, ni siquiera con amigos. Admitido por todos que ya no llegaría nunca, incluso he llegado a tener la sensación de que los partidos independentistas asumían que uno no puede seguir engañando a la ciudadanía indefinidamente.
Pues he tenido que romper mi promesa.
El otro día, en el programa Aquí Cuní, la nueva presidenta de la ANC (Assemblea Nacional catalana), Dolors Feliu, una abogada especialista nada más y nada menos que en Derecho Constitucional, a la pregunta de Josep Cuní de si había fecha para la independencia de Catalunya, decía: “El horizonte serían las próximas elecciones al Parlamento de Catalunya, utilizando las herramientas que nos da nuestra hoja de ruta que ya quedó aprobada con el anterior secretariado, y la fecha, como muy tarde, teniendo en cuenta que las elecciones se podrían adelantar, sería febrero de 2025″.
Sí, como lo oyen, de nuevo la presidenta de un club privado se arroga el poder de influir en la política catalana y hasta de poner fecha y ubicación de nuestras fronteras. Carme Forcadell ya lo hizo en 2015 cuando aseguró, siendo también presidenta de la ANC, que la independencia llegaría el día de Sant Jordi de ese año, quizás sea cosa del cargo inventarse falsas realidades. Sea lo que sea, huele a “democracia en estado puro”, eso sí, ¡siguiendo la hoja de ruta que ya habían perdido, y que recogían poniendo nuevo horizonte para la independencia! Feliu no concretó hora pero, para no decepcionar, imagino que sería a las 17.14… Ni tampoco duración, que quizá también sea de 56 segundos, como en 2017.
Tras escucharla una se quedaba con ganas de preguntarle: ¿señora Dolors, la misma hoja de ruta que en las anteriores independencias?
Sin embargo, Joan Canadell, diputado de Junts, no ve claro lo de 2025, aunque sí algo más tarde, en 2030: “Es curioso que la Copa del América de vela 2024, que organizarán Colau y Collboni, y que inaugurará el rey, no tenga un movimiento de oposición y en cambio los Juegos Olímpicos sí. En 2024 la probabilidad de que seamos un Estado es mínima, en cambio el 2030 es alta… muy alta si los catalanes lo decidimos”.
Ya tenemos una segunda fecha, por si nos falla la primera.
Lo que más sorprende, es que con la cantidad de promesas vacías de todos estos visionarios, que solo generan frustración, sus potenciales seguidores no anden hartos. Claro que la venta de camisetas para el 11 de septiembre va bajando y no hay demasiados suscriptores de la ANC. En breve, diría el sentido común, lograrán, entre los que todavía se lo creen, un hastío que se convertirá en desafección y la independencia acabará en el baúl de los recuerdos… por aburrimiento. Y porque, ojalá, a algunos empezarán a preocuparse por tener trabajo estable, pagar la vivienda o que desaparezcan las listas de espera en Sanidad.
Pero mientras, como ya está claro que no ho tenim a tocar, pues qué sé yo, que sigan vendiendo camisetas, pero mejor sin fecha de independencia impresa, así les valdrán todos los años.
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