Aragonès evita desautorizar a Rufián en sus críticas a Junts sobre Rusia
Junts pide que el portavoz de ERC en el Congreso comparezca en el Parlament
Gabriel Rufián se mantiene firme en las acusaciones lanzadas contra Junts per Catalunya, respecto a los contactos de colaboradores de Carles Puigdemont con el Kremlin. Y el president Pere Aragonès le respalda. El primero, en declaraciones recogidas por TV3, dijo lamentar, este miércoles, que sus manifestaciones molestaran “a según quien”, en referencia a la cascada de reacciones en su contra que brotó de las filas de...
Gabriel Rufián se mantiene firme en las acusaciones lanzadas contra Junts per Catalunya, respecto a los contactos de colaboradores de Carles Puigdemont con el Kremlin. Y el president Pere Aragonès le respalda. El primero, en declaraciones recogidas por TV3, dijo lamentar, este miércoles, que sus manifestaciones molestaran “a según quien”, en referencia a la cascada de reacciones en su contra que brotó de las filas de Junts. Veinticuatro horas después de su reprobación pública por parte de Junts, salió a pedir “disculpas” a los ofendidos, pero, lejos de retractarse de lo dicho, insistió en que “la contundencia” es necesaria cuando se trata de desvincular al independentismo catalán de las injerencias rusas. Aragonès habló para decir que no se pronunciaría sobre el tema para “no contribuir al ruido”. Junts reclama mano dura contra Rufián, pero los líderes de Esquerra desoyen el ruego. “No entraré a valorar las declaraciones que se han hecho ni las cuestiones que se han publicado”, dijo Aragonès, desde Alemania, donde viajó acompañado del consejero de Empresa, Roger Torrent.
La grieta abierta en la coalición de gobierno de Cataluña tras la arenga, el martes, del portavoz republicano en el Congreso, sigue ensanchándose. “Eran unos señoritos que se paseaban por Europa, con la gente equivocada, porque durante un rato se creían James Bond”, afirmó Rufián en una conferencia de prensa. Las declaraciones causaron un enfado sin precedentes en Junts per Catalunya y varios dirigentes del partido exigieron a mandos de Esquerra que las censuraran y desautorizasen a su líder en las Cortes. La enmienda por parte de la dirección republicana no ha llegado. “De ninguna forma tenemos que dejar que vinculen un movimiento democrático, pacífico y que está por intentar ampliar al máximo la base, con un sátrapa como Putin, y si esto pasa tenemos que actuar contundentemente”, reiteró Rufián. Como respuesta al “silencio inaceptable” de ERC, Junts reaccionó pidiendo la comparecencia de Rufián en el Parlament. El registro en la cámara catalana de la solicitud para pedir explicaciones públicas al representante de un partido que es socio de gobierno supone una medida insólita.
Mientras, Josep Lluís Alay, jefe de la oficina de Carles Puigdemont, vuelve a admitir los contactos con Rusia pero restringe los acercamientos mantenidos con dirigentes rusos a conferencias en universidades, visitas a museos y charlas para “explicar la situación política de Cataluña” en los días más combativos del desafío separatista. Alay es una de las personas más activas a la hora de perfilar la estrategia política del expresident huído y, en una entrevista en la emisora RAC1, trató este miércoles de deslegitimar las manifestaciones que hizo Gabriel Rufián el martes en el Congreso. Alay evitó un choque directo con Rufián, “no quiero echar más gasolina al fuego”, pero minimizó la trascendencia del nexo con Rusia. “Yo soy profesor de la Universitat de Barcelona, no es extraño que haga intervenciones en universidades”, alegó, al tiempo que apuntaba que los viajes a Rusia, al menos tres, después del referéndum ilegal por la independencia de Cataluña se enmarcaban en una rueda de contactos con países extranjeros que “tenían interés” por la situación política española.
El secretario de Puigdemont, que domina el ruso, admite contactos con cargos militares del entorno de seguridad de Putin. El acercamiento lo gestionó Alexander Dmitrenko, un empresario ruso con negocios en Cataluña y a quien el CNI identifica como un espía del Kremlin. Alay reconoce que él actuaba como “representante del president Carles Puigdemont”, pero dice desconocer las ocupaciones de sus interlocutores. “No tengo ni idea si tiene contacto con los servicios secretos rusos”, manifestó en RAC1, al ser preguntado sobre Dmitrenko. Tildó de “pura fantasía” las informaciones, aparecidas incluso en el New York Times, que señalan que esos encuentros propiciaban un efecto político desestabilizador. Alay, que dice viajar cada dos semanas a Waterloo para encontrarse con Puigdemont, afirma que entre sus misiones no se encuentra lograr apoyos de tipo económico o tecnológico para impulsar la independencia de Cataluña.
En SER Catalunya, la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, se mostró categórica para replicar las palabras de Gabriel Rufián: “El president Puigdemont no es un señorito, es un exiliado”, dijo. “Creo que muchos votantes de ERC quedaron desconcertados por lo que dijo Rufián”, vaticinó, a la vez que le acusaba de cruzar la ”línea roja” de la lealtad y el respeto. Nogueras trató de devolver el dardo a Rufián: “Nos dice James Bond a nosotros, debe sacar la información de Mortadelo y Filemón”, le espetó.