Las secuelas de la covid

El sistema sanitario debe hacer un esfuerzo de adaptación para integrar la atención de los pacientes, que van a requerir de un enfoque multidisciplinar. Son secuelas físicas, pero también psicológicas

La UCI covid del hospital del Mar de Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

A principios del año 2020, se hablaba de la covid como una gripe, pero más intensa que, sobre todo, afectaba a los pulmones. Las evidencias científicas nos han mostrado que la covid es una enfermedad infecciosa con un gran componente inflamatorio. El daño citopático producido por el coronavirus, la desregulación inmunológica asociada a la infección y el daño inflamatorio en los tejidos son los principales mecanismos patogénicos que explican su afectación multiorgánica. Es cierto que su principal órgano diana, al que más daña, son los pulmones, pero pueden verse afectados otros muchos órganos. ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

A principios del año 2020, se hablaba de la covid como una gripe, pero más intensa que, sobre todo, afectaba a los pulmones. Las evidencias científicas nos han mostrado que la covid es una enfermedad infecciosa con un gran componente inflamatorio. El daño citopático producido por el coronavirus, la desregulación inmunológica asociada a la infección y el daño inflamatorio en los tejidos son los principales mecanismos patogénicos que explican su afectación multiorgánica. Es cierto que su principal órgano diana, al que más daña, son los pulmones, pero pueden verse afectados otros muchos órganos. En los casos graves de covid, la tormenta de citoquinas generada (las citoquinas son los soldados del sistema inmune que se activan para combatir la infección) puede dirigirse a muchos otros órganos, como el cerebro, el corazón, el hígado o los riñones. Por eso, las secuelas de la covid a corto, medio y largo plazo pueden ser muy variadas, persistentes y preocupantes.

Hay que distinguir dos entidades clínicas diferentes que se engloban dentro del denominado síndrome de covid postagudo. La primera, denominada long-covid o covid persistente, hace referencia a la situación clínica donde los síntomas, presentes o no en el momento de la infección, se prolongan más allá de cuatro semanas de forma permanente, recurrente o con mejoría progresiva. El segundo, la secuela, se refiere al daño irreversible orgánico después de 12 semanas tras la infección y que conlleva a diferentes grados de alteraciones permanentes. Se estima que entre el 10-15% de las personas que han padecido la covid tienen síntomas persistentes durante semanas o meses después de la infección. Existe una amplia variedad de síntomas, pero los más frecuentes son la fatiga, los síntomas cardiorrespiratorios y los neurológicos. En Cataluña, según un informe realizado por el Grupo Colaborativo Multidisciplinar para el Seguimiento Científico de la covid (GCMSC) en mayo de 2021, antes de la quinta ola, se estimaba que alrededor de 90.000 personas podrían estar afectadas por este problema.

Una de cada dos personas hospitalizada por el virus sufre, medio año más tarde, alguna secuela relacionada

Llevamos más de año y medio de pandemia, y han surgido multitud de estudios científicos sobre el denominado síndrome de covid postagudo. En una exhaustiva revisión de 57 estudios publicada en octubre de 2021 en Jama Network Open (la revista de la asociación médica americana) se analiza la frecuencia de secuelas a corto y largo plazo de la covid. Estos 57 estudios incluyen los datos de más de 250.000 personas que padecieron la infección y de las cuales, el 79% fueron hospitalizadas por esta causa. Uno de los datos más relevantes es que la mitad de estas personas han sufrido al menos una secuela postaguda a corto plazo (un mes después de la infección), porcentaje similar al de personas que han sufrido o sufren una secuela a largo plazo (más de 6 meses después de la infección). Es decir, una de cada dos personas que ha sido hospitalizada a causa de la covid sufre, medio año más tarde, una secuela relacionada con la enfermedad.

Y ¿cuáles son las secuelas más frecuentes según este estudio? Se han definido 38 manifestaciones clínicas diferentes: pulmonares: dificultad para respirar, tos, falta de oxígeno, fibrosis pulmonar, alteraciones radiológicas… (10-65%); neurológicas: cefalea, pérdida de memoria, dificultad de concentración, pérdida del olfato y de gusto… (8-23,8%); problemas de salud mental: ansiedad, depresión, trastornos del sueño… (13-29,6%); fatiga o debilidad muscular (37,5%), cardiovasculares: palpitaciones o dolor torácico (9-13,3%); gastrointestinales: diarrea, dolor abdominal… (6%); caída del cabello (20,8%) y alteraciones en la piel (2,8%).

Gracias a la vacunación se han reducido considerablemente los ingresos y las muertes

Los síntomas prolongados y las secuelas de la covid pueden tener graves repercusiones sobre la capacidad de las personas para incorporarse al trabajo, con consecuencias significativas a nivel psicológico, social y económico, tanto para ellas como para sus familias y para la sociedad. El sistema sanitario debe hacer un esfuerzo de adaptación para integrar la atención de los pacientes que sufren estas secuelas, que van a requerir de un enfoque multidisciplinar, con participación de diferentes perfiles de profesionales sanitarios, tanto del hospital como de atención primaria que permita un seguimiento eficiente, global y completo del paciente. Como indica el estudio, son secuelas físicas, pero también psicológicas. El estrés postraumático, la ansiedad, la depresión, el miedo… son lesiones emocionales que perviven todavía en muchas personas. Hay personas que se contagiaron en la primera ola, en marzo de 2020, y aún tienen secuelas importantes, que les impiden llevar a cabo una vida normal.

Gracias a la vacunación, en muchos países se han reducido de forma considerable las hospitalizaciones y las muertes. Lo “urgente”, salvar vidas, lo estamos logrando, pero no debemos olvidar que hay que poner en marcha estrategias apropiadas para abordar esta segunda carga adicional con el objetivo de minimizar su impacto.

Magda Campins es doctora y miembro del Grupo de Investigación en Epidemiología y Salud Pública del Vall d’Hebron Instituto de Investigación.

Archivado En