De Tiana al lago Turkana pasando por el Delta Birding Festival

La feria catalana de los pájaros pone varias veces el cartel de completo en su jornada principal

Francesc Giró echa una última mirada con sus viejos prismáticos antes de donarlos para Kenia en el Delta Birding Festival, el sábado.

Escena muy emocionante en el Delta Birding Festival (DBF), el gran festival de ornitología que se celebra hasta hoy domingo en el Delta del Ebro, en el tradicional recinto Món Natura, entre Poblenou y la playa del Trabucador, a la sombra rosada del vuelo de los flamencos (esto es el Nakuru catalán) y en un paraje tan lleno de agua en algunos puntos que parece Carentan inundado por Rommel el Día D. Un veterano birder, el biólogo y conservacionista Francesc Giró, echaba una última mirada con su...

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Escena muy emocionante en el Delta Birding Festival (DBF), el gran festival de ornitología que se celebra hasta hoy domingo en el Delta del Ebro, en el tradicional recinto Món Natura, entre Poblenou y la playa del Trabucador, a la sombra rosada del vuelo de los flamencos (esto es el Nakuru catalán) y en un paraje tan lleno de agua en algunos puntos que parece Carentan inundado por Rommel el Día D. Un veterano birder, el biólogo y conservacionista Francesc Giró, echaba una última mirada con sus viejos y queridos prismáticos, que tantos pájaros han visto, antes de hacer donación de ellos a la organización de la feria para que se los envíen a la tribu keniata de los daasanach, cuya pasión ornitológica puede ayudarles a mejorar sus vidas.

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“Es el mejor final que se me ocurre para mis binoculares”, dijo Giró, al que los prismáticos le han acompañado “de los 20 a los 40 años, una época inolvidable de observación de aves”.

La feria, que ayer tuvo que cerrar varias veces la entrada al alcanzarse los 900 visitantes del aforo autorizado por las medidas anticovid (la mascarilla es obligatoria, aunque la mayoría de las instalaciones están al aire libre), está recogiendo binoculares donados por particulares e instituciones como parte de su proyecto de conservación de este año, que en esta ocasión es más antropológico que estrictamente ornitológico. La idea de fondo es que los daasanach conviertan su región en zona de turismo para la observación de aves y ellos mismos hagan de guías, lo que repercutirá en una mejora de sus vidas y del ecosistema.

Giró se despidió de sus queridos binoculares, unos bonitos y fiables Leitz vintage en una manoseada caja de cuero que parecía la pistolera de un oficial de las Brigadas Internacionales, con una leve caricia. Todo birder sabe el cariño que se les coge a esos instrumentos con los que hemos pasado tantas horas inolvidables de éxitos y, sobre todo, vamos a ser sinceros, de fracasos. De Tiana, donde vive el amante de los pájaros catalán viajarán los prismáticos al lago Turkana, en cuyas orillas residen los daasanach, pasando por el DBF. Hay que añadir en el trayecto, aunque suene raro y exótico, Helsinki, en cuya Universidad trabaja el biólogo catalán Daniel Burgas, que es quien trabaja con los daanasach al este del Turkana y ha desarrollado el proyecto de estímulo ornitológico a la tribu, que incluye además publicar una guía de campo de aves en su idioma.

Una colonia de flamencos en el Delta del Ebro.(c) K.Storsberg
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En uno de esos estupendos corros espontáneos que propicia la feria y que hacen que, además del programa de actividades, merezca tanto la pena la visita, se juntaron Giró, Burgas, el director del evento Frances Kirchner y otras personas, a cuál más sudado y pintorescamente vestido (para ir a ver pájaros te pones cosas que no sacarías del armario sin rubor en otras circunstancias), y Burgas nos explicó algunas de sus aventuras entre los daasanach, como la ocasión en que estaba con una partida de ellos, que son ganaderos seminómadas, y los atacaron cuatreros de una tribu rival armados. “Sonaban disparos por todas partes”, contó. Los daasanach del Turkana son unos veinte mil y los pájaros forman parte de su vida. “Tienen mucho conocimiento, y mucha vista”. Entre las aves que les son especialmente apreciadas está el avestruz, del que obtienen las plumas para engalanarse y mostrar estatus.

La feria desarrolla desde el viernes su séptima edición en un ambiente de vuelta a la normalidad y con gran entusiasmo pajaril. A ello ayuda un verdadero despiporre de aves estos días en el delta: José Luis Copete, el Messi de la ornitología, como le llaman, ha visto en la tradicional salida de maestros rarezas como un halcón de Eleonora (por Eleonor de Arborea, gobernanta en el siglo XVI de la hoy tan actual Cerdeña, y que promulgó la primera ley de defensa de rapaces) y un pato malvasía; otros nos hemos contentado con mucho menos.

Ayer tuvo lugar uno de los grandes momentos del festival con la conferencia a cargo de Per Älstrom, una autoridad mundial, sobre 50 millones de años de evolución de los paseriformes. De lo apasionado que es este público del DBF da fe que se quedara mucha gente fuera.

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