Cataluña solo desencalla cinco parques de renovables desde 2019

El nuevo plan del Govern para la energía eólica y solar genera recelo en el sector

Un parque de energía fotovoltaica en Flix (Tarragona).Josep Lluís Sellart

“El incremento de la capacidad de generación renovable el año 2020 en Cataluña ha sido ínfimo [...]. La dependencia de la generación nuclear ha aumentado”. De esa forma avisa el último informe del Observatorio de las Energías Renovables en Cataluña, que aglutina a organizaciones empresariales del sector, de la atrasada situación en la que se encuentra la transición energética. Apenas cuatro parques fotovoltaicos y la ampliación de otro existente, con una potencia total de 32,6 megavatios (MW), han salido a informaci...

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“El incremento de la capacidad de generación renovable el año 2020 en Cataluña ha sido ínfimo [...]. La dependencia de la generación nuclear ha aumentado”. De esa forma avisa el último informe del Observatorio de las Energías Renovables en Cataluña, que aglutina a organizaciones empresariales del sector, de la atrasada situación en la que se encuentra la transición energética. Apenas cuatro parques fotovoltaicos y la ampliación de otro existente, con una potencia total de 32,6 megavatios (MW), han salido a información pública desde que la Generalitat estrenó en noviembre de 2019 un decreto para intentar agilizar la implantación de plantas de generación verde. El Govern estima que Cataluña necesitará hasta 2030 de 4.000 MW de nueva capacidad eólica y 6.000 MW de fotovoltaica. Apenas el autonconsumo se ha librado de la astenia que padece la generación de electricidad no contaminante.

El plan para agilizar el impulso de nuevos proyectos que dibujó la entonces consejera de Empresa, Àngels Chacón (PDeCAT), parece haber resultado del todo insuficiente para una comunidad que se ha situado a la cola en la producción de energía verde. Los expertos temen que ahora el nuevo rumbo que quiere dar el Ejecutivo a la implantación de molinos de viento y placas solares suponga una nueva paralización. ERC y la CUP pactaron en su acuerdo de investidura una moratoria para reordenar la forma de aprobar los grandes proyectos —la Generalitat dispone de capacidad para permitir iniciativas de hasta 50 megavatios, a partir de ahí la competencia es del Gobierno central— y desde el pasado 17 de mayo no se reúne la ponencia de renovables, la mesa interdepartamental encargada de dar el visto bueno inicial a los proyectos de competencia autonómica.

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El Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, en manos de ERC, prevé presentar en noviembre próximo una modificación del decreto vigente que las empresas esperan con recelo, al sospechar que las nuevas condiciones de salida echarán atrás a posibles promotores. El Govern ha planteado que ese decreto obligue a los impulsores de parques eólicos y solares a que, se cuente de entrada con el acuerdo de un 85% de los propietarios donde se plantea implantar las instalaciones —y previsiblemente las líneas de evacuación de electricidad—, que se haya informado a los municipios afectados e incluso que se abra la posibilidad de que obliguen a tener una parte de inversión (en torno a un 20%) que surja de inversores locales. El objetivo sería evitar que los grandes promotores sean los únicos participantes en el negocio. En esa misma línea se plantea dar mayor protagonismo a las instalaciones no superiores a los cinco megavatios y a las comunidades energéticas locales (en las que podrán participar ayuntamientos y vecinos), que partirán con ventaja en la tramitación de expedientes al declararlas de interés territorial.

“No tengo claro si merece la pena hacer un nuevo decreto. Vamos tarde y no podemos parar”
“No tengo claro si merece la pena hacer un nuevo decreto. Vamos tarde y no podemos parar”

Esas exigencias, sin embargo, apuntan a un freno por el coste en tiempo y dinero para un proyecto inicial que puede representar para los inversores sin tener garantizado su éxito. La oposición territorial ha sido y continúa siendo uno de los grandes problemas con los que ha contado la implantación de nuevos parques en Cataluña. Una vez se aprobó el pasado decreto desde la Generalitat se aseguró que una de las tareas pendientes hacer pedagogía para que los municipios aceptaran la implantación de parques en sus terrenos.

“No tengo claro si merece la pena hacer un nuevo decreto. Vamos tarde y no podemos parar”, señala la presidenta del Clúster de Energía Eficiente de Cataluña, Esther Izquierdo, quien evita las críticas antes de conocer el nuevo texto que prepara Acción Climática, pero advierte de lo que necesita el sector: “Pedimos que el trámite administrativo pueda ser ágil. Y la ratio de los proyectos que pasan ha de mejorar. Hay muchos proyectos que son válidos”.

Silencio administrativo

Esa afirmación es una clara referencia a la relativa aprobación de proyectos presentados en la ponencia de renovables. En el caso de los parques fotovoltaicos apenas han superado el corte sobre su viabilidad 182 de los 400 proyectos presentados, mientras que en el caso de los parques eólicos han pasado ese primer trámite administrativo apenas 71 de 157 emplazamientos. Y de todos esos, apenas cuatro nuevos proyectos son los que han visto como la autorización administrativa previa se publicaba en el Diario Oficial de la Generalitat. Según la base de datos de la ponencia 135 parques fotovoltaicos y 34 huertos solares estarían pendientes del visto bueno inicial. Fuentes del sector eléctrico consideran que el hecho de que la ponencia no se haya reunido desde mayo podría provocar su aprobación inicial por silencio administrativo al no tener respuesta en tres meses. En todo caso, desde el Departamento de Acción Climática se sostiene que igualmente esos proyectos deberán asumir las condiciones que fije el nuevo decreto.

“Es un tema grave, porque muchas empresas podrían acogerse a ese silencio administrativo, pero también temen hacerlo porque solo es un primer paso”, asume Joan Vila, presidente de la comisión de Energía de la patronal Pimec. Su visión es pesimista, porque a su entender el problema que proyecta es la falta de estrategia y una apuesta supeditada a pequeños proyectos que no bastarán para abastecer la demanda energética. Solo el autoconsumo ha crecido en Cataluña en los últimos años, pero representa un pequeño porcentaje del total y la propia consejera, Teresa Jordà, reconocía en una comparecencia parlamentaria de julio que serán necesarias grandes instalaciones para alimentar la electricidad que Cataluña necesita.

De momento, esos grandes proyectos solo los está comandando el Ministerio de Industria. Incluso grandes parques que se construirán en Aragón acabarán descargando su electricidad en Barcelona —en la subestación de Begues— tal y como está previsto que lo haga la iniciativa de Forestalia, que está a la espera el informe de impacto ambiental del Ministerio de Transición Ecológica.

“No se ve una línea clara de actuación y pueden peligrar proyectos industriales a causa de esa falta de determinación”, dice la diputada Sílvia Paneque, portavoz del PSC en materia de energías renovables en el Parlament. Se refiere a la incongruencia que Cataluña quiera albergar una fábrica de pilas de baterías para coches, que es la transición a la que se enfrenta la automoción, sin ser capaz de darle electricidad renovable, que sería lo más coherente.

Jordà, en su comparecencia, señaló que uno de los problemas que ha conllevado el anterior decreto fue un “malestar general del país”, sobre todo en el ámbito local. Los municipios vieron la oleada de proyectos presentados como un ataque al territorio. La apuesta por la fotovoltaica, por su consumo de suelo, puede acabar siendo un problema para la agricultura. Lo cierto es que para alcanzar los objetivos de energías renovables para 2050 hay que multiplicar por diez la generación actual.

Proyectos en fase de información pública

Estos son los parques solares (ninguno eólico lo ha conseguido) que han pasado al trámite de información pública, en el que se pueden presentar alegaciones:

Sant Pere Sallavinera. Es un parque de tres megavatios de capacidad y que ocupará 5,3 hectáreas. Fue de los primeros que llegaron a la ponencia. Promovido por Solar Llach prevé una inversión de 1,7 millones de euros.

PortAventura. Impulsado por el propio grupo del parque temático, prevé generar 6,6 MW en Vila-Seca. La inversión será de 4,8 millones.

L’Arboç. La previsión es generar cinco megavatios y ocupar 8,7 hectáreas. Solar Jupiter prevé destinar 3,4 millones a su construcción.

Constantí-42. Es la instalación más potente que ha salido a información pública, con 14,5 MW y placas solares que ocuparán 17,4 hectáreas. El promotor es IOSA Green Energyu y la inversión prevista alcanza los 6,9 millones de euros.

Sant Feliu de Buixalleu. Es una ampliación de 3,5 megavatios a la instalación actual y es la última tramitación conocida actualmente, de este mismo mes de agosto.

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