Tres de cada cuatro personas de más de 60 años ya han recibido al menos una dosis en Cataluña

Los positivos entre las personas mayores siguen bajando mientras crece el riesgo de contagios entre los jóvenes

Una enfermera vacuna a una mujer en el centro de vacunación de Fira de BarcelonaEnric Fontcuberta (EFE)

Los colectivos de más riesgo están cada vez más protegidos contra el coronavirus. Casi tres de cada cuatro personas mayores de 60 años tienen al menos una dosis de la vacuna, según datos del Govern, y certifica el avance de la inmunización colectiva en Cataluña. Los efectos de la vacunación tienen una consecuencia directa en los contagios y el índice de mortalidad, que aceleran su caída. La otra cara de la moneda es el auge de fiestas y aglomeraciones masivas sin distancias de seguridad entre los colectivos más j...

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Los colectivos de más riesgo están cada vez más protegidos contra el coronavirus. Casi tres de cada cuatro personas mayores de 60 años tienen al menos una dosis de la vacuna, según datos del Govern, y certifica el avance de la inmunización colectiva en Cataluña. Los efectos de la vacunación tienen una consecuencia directa en los contagios y el índice de mortalidad, que aceleran su caída. La otra cara de la moneda es el auge de fiestas y aglomeraciones masivas sin distancias de seguridad entre los colectivos más jóvenes, aún sin protección.

El desenfreno de las fiestas vividas en diferentes puntos de Cataluña en el primer fin de semana completo sin el toque de queda puso en alerta al Govern y a los sanitarios. Las consecuencias de estos encuentros son dobles, según Jaume Sellarès, vicepresidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB). “Se puede dar un aumento de los contagios en los más jóvenes”, explica, “pero a la vez aumentamos la inmunidad de rebaño”.

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Sellarès considera que “pocos de los jóvenes que han participado en las actividades nocturnas acabarán en la UCI”, pero pide extremar la prudencia en estos encuentros. “La mayoría de ellos tendrán fiebre si se contagian, pero no desarrollarán la enfermedad de forma grave”. Sellarès avisa de que estos mismos jóvenes pueden contagiar a personas mayores que aún esperan la vacuna y que tienen un riesgo mayor de acabar en el hospital. El mal menor de los contagios entre los jóvenes es que desarrollarán anticuerpos a la enfermedad que reducirán a la larga el riesgo de contagio. “Los sanitarios estamos muy quemados de todo este tiempo y estas fiestas multitudinarias nos dan miedo”, admite.

La efusividad de los más jóvenes llega en un momento de control de la pandemia en Cataluña. El Departamento de Salud ha reducido a la mitad los diagnósticos semanales por covid. De los más de 10.800 declarados entre el 23 y el 29 de abril, Salud contabilizó más de 5.400 entre el 7 y el 13 de mayo. “La situación parece que está más controlada”, admite Sellarès.

El aumento de la vacunación explica el descenso de la incidencia de las últimas semanas, especialmente entre la gente mayor.El 73% de las personas de más de 60 años ya tiene como mínimo un pinchazo, aunque las pautas completas aún son reducidas. El resultado, sin embargo, lo recoge el último informe del BioComSC, el grupo de investigación de la pandemia de la UPC, publicado este lunes: la incidencia acumulada en los últimos siete días de las personas de más de 65 años es 39% menor que la media de Cataluña. “Es tranquilizador”, celebra Sellarès. “Ahora hablamos cada vez menos de la incidencia en la gente mayor, como tampoco se habla de los casos en las residencias. Esto explica el impacto de las vacunas que se están poniendo”.

Los expertos esperan que la caída de los contagios tenga un impacto en los hospitales. “Las cifras de ingresos y pacientes en las UCI van a bajar, pero siguen siendo preocupantes”, alerta Sellarès. El Departamento notificó 1.145 pacientes con covid en los hospitales, 30 más que la víspera, de los que 399 están en la unidad de críticos. “En verano pasado no había vacuna y estábamos por debajo de 200”, recuerda el vicepresidente del COMB. A pesar de que las cifras absolutas siguen siendo altas, las cifras van disminuyendo poco a poco: hace dos semanas los hospitales registraban más de 1.600 ingresados y la tendencia es que la presión sea cada vez más ligera.

Vacunación en los CAP

El servicio de atención primaria está asumiendo el papel principal en el proceso de vacunación. “Los CAP han hecho un trabajo espectacular”, celebra Sellarès. El médico reivindica la proximidad de los sanitarios de los centros de atención primaria a la hora de atender a los pacientes. “La gente prefiere vacunarse en los CAP porque les atienden sus profesionales de referencia. Es preferible que los pinchazos se administren en estos centros, y que los grandes puntos de vacunación sean un apoyo cuando no se pueda llegar a más personas, no antes”, cree.

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