Cataluña prevé retrasar el toque de queda a la 1.30 en Nochebuena y Nochevieja
El plan del Govern para la Navidad amplía el horario de los restaurantes durante los festivos y las reuniones familiares podrán ser de un máximo de 10 personas, niños incluidos
El Govern flexibilizará las restricciones sociales del toque de queda y las reuniones familiares durante la Navidad. Tal y como ha anunciado este miércoles en el Parlament el presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonés, entre el 24 de diciembre y el 6 de enero habrá medidas especiales, independientemente de la situación epidemiológica y del tramo de la desescalada en el que se encuentre la comunidad. Aunque esta tarde se reúne el Consejo Interterritorial de Salud para perfilar la hoja de ruta común en cuanto a restricciones sociales en las fiestas navideñas, el Ejecutivo catalán y...
El Govern flexibilizará las restricciones sociales del toque de queda y las reuniones familiares durante la Navidad. Tal y como ha anunciado este miércoles en el Parlament el presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonés, entre el 24 de diciembre y el 6 de enero habrá medidas especiales, independientemente de la situación epidemiológica y del tramo de la desescalada en el que se encuentre la comunidad. Aunque esta tarde se reúne el Consejo Interterritorial de Salud para perfilar la hoja de ruta común en cuanto a restricciones sociales en las fiestas navideñas, el Ejecutivo catalán ya se ha adelantado y ha anunciado su propio plan: en Nochebuena y Nochevieja el toque de queda comenzará a la 1.30 y la víspera del día de Reyes, a las 23.00. Además, las reuniones sociales serán de hasta 10 personas, niños incluidos. El anuncio del Govern de flexibilizar las restricciones durante la Navidad choca, sin embargo, con los últimos datos de evolución de la curva epidémica en Cataluña, que lleva dos días con la velocidad de expansión del virus al alza.
En las reuniones familiares podrán juntarse dos burbujas de convivencia diferentes (no más de 10 personas en total), pero el Govern pide no mezclar grupos familiares en los distintos festivos. Es decir, que siempre sean las mismas dos burbujas de convivencia —la “burbuja de Navidad”, la llaman— las que se reúnan. El Ejecutivo catalán también flexibilizará los encuentros con personas que viven en residencias y permitirá las salidas de las personas internadas para visitar a sus familiares durante las fiestas.
En restaurantes y bares se podrán reunir grupos de hasta seis personas por mesa los días 24, 25, 26 y 31 de diciembre y el 1 de enero, aunque el aforo total del local dependerá de la fase de la desescalada en la que se encuentre Cataluña en ese momento. La noche de Fin de Año y Nochebuena, además, podrán estar operativos hasta la 1.00, pero se recomienda priorizar el uso de espacios al aire libre y reforzar la ventilación. En lo que respecta a las actividades de la cultura popular, solo estarán permitidas en espacios perimetrados, preferentemente al aire libre, con control de aforo y registro previo para evitar aglomeraciones. Los parques de Navidad no estarán permitidos.
Estas medidas se mantendrán independientemente de la situación epidemiológica y la fase de reapertura de la actividad en la que esté Cataluña en esas fechas. De hecho, hoy en día, el calendario del plan de desescalada del Govern pende de un hilo. O de una centésima. Por segundo día consecutivo, la velocidad de transmisión del coronavirus (la Rt, que mide a cuántas personas contagia de media un positivo) vuelve a crecer y ya hace tambalear el pase a la fase 2, previsto para el próximo lunes. Según los últimos datos del Ejecutivo catalán, que corresponden a la semana del 22 al 28 de noviembre, cuando se reabrió la restauración y las actividades culturales y deportivas, Cataluña tiene una Rt de 0,89 —100 infectados contagian a otras 89 personas—. El indicador sigue por debajo de 1, como recomiendan las autoridades sanitarias para mantener la pandemia bajo control, pero pone en jaque la desescalada: el Govern solo pasará de fase el lunes si la Rt es menor de 0,90.
Aragonés ha asegurado este miércoles en el Parlament que Cataluña está logrando reducir “tres veces más rápido” que Madrid los indicadores de la segunda ola de la pandemia. Y, si bien es cierto que la incidencia acumulada sigue bajando —256,84 casos por 100.000 habitantes—, el cambio de tendencia de la Rt puede virar el rumbo de la curva epidemiológica. La semana pasada se reportaron 8.391 nuevas infecciones, la cifra más baja desde principios de octubre, pero la presión asistencial sobre los hospitales sigue siendo elevada: 1.674 personas hospitalizadas por covid-19, 449 en cuidados intensivos (UCI).
Lo que sí dependerá de la situación epidemiológica y la fase de la desescalada en la que se encuentre Cataluña es la movilidad. Si se mantiene el calendario del plan de desescalada, a partir del 21 de diciembre, la comunidad entraría en el tramo 3 de reapertura y se levantaría el confinamiento perimetral de la comunidad. Las restricciones de movilidad, por tanto, quedan a merced de la curva epidemiológica, aunque el Govern ha confirmado que permitirán el retorno al domicilio familiar de las personas que están fuera de Cataluña por motivos laborales o de estudios.
“Prudencia”
A la espera de resolver si el crecimiento de la velocidad de expansión del virus es puntual o consolida la tendencia al alza, el Procicat, el órgano del Govern que coordina la respuesta a la pandemia, decidirá este jueves, previsiblemente, si Cataluña avanza el próximo lunes a la fase 2 de su desescalada. Este nuevo tramo implica más aforo en restaurantes, comercios y eventos culturales y el levantamiento del confinamiento perimetral por municipios los fines de semana.
Por lo pronto, de cara al puente de la Constitución este fin de semana, la Generalitat ha decidido no flexibilizar ni intensificar las medidas restrictivas actuales. La jefa de Epidemiología y Medicina Preventiva de Vall d’Hebron, Magda Campins, ha pedido este miércoles en Catalunya Ràdio, “mucha prudencia” en estos festivos. “No haga la pillería de irse el jueves y volver el lunes” para sortear el confinamiento perimetral de fin de semana, ha advertido Campins.
“Hay que valorar si la tendencia de la Rt sigue al alza. Es verdad que viendo que se avecina el puente y la Navidad, nada hace presagiar que la evolución vaya a mejor. Es preocupante que el número de casos
aumente. Hay que tener prudencia”, advierte Toni Trilla, jefe de medicina preventiva del Clínic.
Los comunes exigen no flexibilizar las medidas si los indicadores no son buenos
Los comunes han expresado este mediodía en el Parlament su rechazo a flexibilizar las medidas en las dos semanas de Navidad con independencia de si los números de la pandemia no acompañan. Marta Ribas, diputada de los comunes, ha mostrado su sorpresa por el plan anunciado por la consejera de Salud y ha recalcado que el objetivo es que no haya una tercera ola en enero. Por ello, ha reclamado al Govern que deje de “confundir” y de ser un elemento de incertidumbre. “Se tiene que pensar en un plan de reapertura si los indicadores acompañan; si no, no”, ha repetido con firmeza. “El plan de reapertura debería generar certezas. Dejen de generar contradicciones, ruido, sean previsibles y dejen de marear a la ciudadanía”, ha dicho. En la misma seisón, el vicepresidente Aragonès ha replicado a Carlos Carrizosa, líder de la oposición, que no les pidan acelerar el cambio de fases cuando los índices de la velocidad de transmisión están por encima de lo recomendado. Poco antes, había anunciado la flexibilización del toque de queda los días señalados de Navidad mientras Salud anunciaba el plan durante la celebración de Pleno. Àngels Piñol
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