Una semana de bajón comercial en La Jonquera
Los continuos mensajes desde Francia de que Cataluña no es segura hacen mella entre una clientela casi exclusivamente francesa
“Pues llevamos así casi dos semanas”, dice la camarera de un bar-restaurante de La Jonquera, en la frontera con Francia, en Cataluña. “Se ve que allí les están venga a decir que no bajen aquí… Y dejan de venir, claro”. Las declaraciones de este viernes del primer ministro francés, Jean Castex, recomendando a sus ciudadanos no ir a Cataluña ante los rebrotes de contagios de coronavirus, no son más que otro episodio de una retahíla de consejos que van apare...
“Pues llevamos así casi dos semanas”, dice la camarera de un bar-restaurante de La Jonquera, en la frontera con Francia, en Cataluña. “Se ve que allí les están venga a decir que no bajen aquí… Y dejan de venir, claro”. Las declaraciones de este viernes del primer ministro francés, Jean Castex, recomendando a sus ciudadanos no ir a Cataluña ante los rebrotes de contagios de coronavirus, no son más que otro episodio de una retahíla de consejos que van apareciendo en diversos medios de comunicación franceses desde la semana pasada: “Oyen por la tele y leen en los periódicos que no es seguro ir a Cataluña”, comenta el empleado de un estanco en El Pertús, la acera española, como quien dice, de este municipio que comparte nacionalidades francesa y española. El resultado es que los grandes aparcamientos a las afueras de La Jonquera y de El Pertús (que pertenece al mismo municipio de la comarca del Alt Empordà) están medio vacíos. Los coches que se ven, sin embargo, tienen matrícula francesa.
El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, quiso contrarrestar las declaraciones de Castex lanzando un mensaje de tranquilidad: “Es evidente que la situación actual no es óptima y que tiene un impacto económico y social, pero transitar por Cataluña, circular por Cataluña, vivir en Cataluña es seguro siguiendo las medidas de seguridad que, de acuerdo con los Ayuntamientos, está tomando el Govern”. La alcaldesa de La Jonquera, Sònia Martínez, fue más allá, pidiendo a los Gobiernos catalán y español “una reacción clara y enérgica” ante las declaraciones de Castex, que calificó de “injustas” y de “desastre”. Martínez ha recordado que hace tiempo que se detecta una campaña desde Francia para evitar que sus ciudadanos vengan a comprar “y a pasar las vacaciones a nuestra casa”, ha dicho.
Ese mensaje del miedo, coronado el viernes con la recomendación abierta de no desplazarse a Cataluña, ha hecho mella en muchos ciudadanos que suelen cruzar la frontera para hacer compras. En otros, no: “Yo vengo cada sábado a hacer la compra de la semana”, dice Manuel, vecino de Perpiñán, cargando el maletero de su coche; entre otros productos, asoman dos cajas de latas de cerveza, algunas botellas de licor y varios cartones de tabaco. “Vengo, como siempre, pero con mi mascarilla, y me vuelvo, no creo que sea peligroso”.
Pero lo cierto es que los grandes supermercados, estancos, licorerías o perfumerías de esta zona, con una clientela francesa casi al 100%, están notando la ausencia de otros franceses que, al contrario de Manuel, hacen caso de su primer ministro: “Tienen miedo de contagios”, dice el encargado de Biurrun, una gran superficie dedicada, principalmente, a la venta de licores y de productos de alimentación en El Pertús. “Hace una semana, por lo menos, que vienen muchos menos”.
Coincide el responsable de un estanco unos metros más abajo: “Hace una semana, tenía cola en la calle, en parte motivada por las distancias de seguridad, pero era un no parar de clientes. Ahora, la clientela se ha reducido en casi un 30%”, explica. “Los clientes nos llaman y nos han llegado a preguntar si se ha cerrado la frontera, o si es seguro venir a comprar… Les han metido el miedo en el cuerpo”. Es lo mismo que constata la propietaria de una tienda de ropa en la calle de atrás: “Ellos protegen su país, sus intereses, y no quieren que la gente salga de Francia. Ya hacen bien, ya. Para ellos, claro”, dice, resignada. “No está en nuestras manos, nos están colgando un sambenito, como nosotros hacemos con Lleida, por ejemplo. Ya a nadie se le ocurre ir ahora a Lleida…”.
A la entrada de La Jonquera por la carretera N-II, desde Francia, la situación es idéntica. “Hoy es el peor día”, chapurrea en castellano un encargado de seguridad de un supermercado. Y mira hacia dentro: algún cliente distraído entre pasillos repletos de botellas de licores, cajeras aburridas… “Hoy no ha aparcado ni un autobús. Y cada día suelen hacerlo cinco o seis, te lo digo porque a los chóferes les regalamos una botella de Ricard. Pues hoy, ni una…”