David Noguera, presidente de MSF España: “Viviremos situaciones de sufrimiento inédito”

El coordinador de la actuación en Cataluña alerta que no se puede "pedir a los sanitarios un esfuerzo del 150% y los demás ir al 70%”

Barcelona -
David Noguera, presidente de Médicos Sin Fronteras desde 2016.msf

Acostumbrados a intervenir en países en guerra o del tercer mundo, Médicos Sin Fronteras se ha desplegado por primera vez en una emergencia sanitaria que afecta a la población española durante la crisis del coronavirus. La organización ha intervenido en Madrid, Barcelona y Vitoria, apoyando y asesorando a las autoridades sanitarias en proyectos para expandir la capacidad hospitalaria de centros de Leganés, Alcalá de Henares o los cuatro grandes hospitales de la capital catalana, donde también ha actuado en residenci...

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Acostumbrados a intervenir en países en guerra o del tercer mundo, Médicos Sin Fronteras se ha desplegado por primera vez en una emergencia sanitaria que afecta a la población española durante la crisis del coronavirus. La organización ha intervenido en Madrid, Barcelona y Vitoria, apoyando y asesorando a las autoridades sanitarias en proyectos para expandir la capacidad hospitalaria de centros de Leganés, Alcalá de Henares o los cuatro grandes hospitales de la capital catalana, donde también ha actuado en residencias de mayores.

El médico, coordinador de la actuación en Cataluña y presidente de MSF España, David Noguera, habla con la contundencia de quien se ha enfrentado a emergencias humanitarias y alerta de que “vamos tarde” ante un “escenario desconocido” en el que “hay que hacerlo todo y a la vez”. Habla de la necesidad de crear un comité de crisis con un solo mando, y de poner “todos los medios existentes” para frenar “con rapidez y eficacia” el contagio y las muertes. Y apela a “la responsabilidad de la gente” para frenar la Covid-19. “Todo el mundo tiene un rol a jugar. No podemos pedir a los sanitarios un esfuerzo del 150% y nosotros ir a 70 u 80”. “No podemos ir a comprar cada día”, reprocha, y se muestra partidario de aislar a quienes tengan síntomas en hoteles. Además, cree que “deberíamos inyectar personal chino, mil médicos y mil enfermeros”. ¿Y respiradores? “Que los traigan, no sé lo que cuesta, lo que cueste”.

Noguera avisa de que en los próximos días y semanas “viviremos situaciones de sufrimiento inédito”. “Viviremos momentos muy complicados, a nivel de mortalidad, y las familias, en algunas circunstancias, pueden tener dificultades para que se entiendan determinadas decisiones”, afirma. “Creo que la gente se debe preparar, debe ser responsable, todo el mundo tiene un rol a jugar y hay que proteger al sistema sanitario, lo que podamos ayudar tenemos que hacerlo, ya tendremos tiempo de analizar la gestión”.

Ante advertencias tan duras, el médico y presidente de MSF, celebra estar luchando contra la Covid-19 en el primer mundo y con medios e infraestructuras del primer mundo: “Ojalá todas las epidemias pasaran en Europa, que no tiene nada que ver con el Congo o cualquier otro de los escenarios en los que habitualmente intervenimos”. Con todo, reconoce que “esta epidemia es un escenario nuevo para todos” y que “ni las administraciones ni las instituciones estaban preparadas para una epidemia de esta entidad ni complejidad”. “Es necesario olvidarse de las competencias de cada administración e ir a un modelo de gestión de crisis, crear un sistema específico en el que las decisiones se toman de forma rápida y eficiente. Todos los recursos, todos, deben ponerse al servicio de la respuesta a la epidemia, porque de ello dependerá que podamos tener semanas complicadas o bien alargar la situación”.

El presidente de la ONG en España explica, desde su conocimiento, que pese al papel vital del sistema sanitario, “quien derrota las epidemias es la ciudadanía”. “La gente se debe preparar, debe ser responsable”.

El directivo español de la organización explica que, aunque estemos en el primer mundo, hay unos pilares de respuesta que se repiten en cualquier epidemia, en el que el objetivo se resume en dos frases: “Hacer todo lo posible para reducir la mortalidad y hacer todo lo posible para reducir los casos”.

La receta de MSF para frenar al virus pasa por cuatro actuaciones. Una, incrementar la capacidad de los hospitales, que es en lo que la ONG ha colaborado en Madrid y Barcelona, con extensiones en pabellones. Dos, habilitar soluciones extrahospitalarias, camas en otros espacios. Tres, “una búsqueda activa de casos, si es posible con test y si no con una definición de casos (la que se establezca, por ejemplo, si se tiene fiebre y tos) y aislar los casos”. “El confinamiento domiciliario con un enfermo será muy complicado y todas las personas con síntomas deben aislarse en un hotel”. Y cuatro, que los profesionales puedan ir a comer y a dormir en hoteles: para descansar tras jornadas eternas y porque es legítimo que tengan miedo a contagiar a sus familias.

Noguera también lanza un reproche a las administraciones de España, sin citar cuáles: “MSF es muy apreciado, pero hemos encontrado dificultad para acceder a algunas administraciones. No digo más”.

En el equipo de Barcelona está también el enfermero y asesor médico Luis Encinas, que lleva en la mochila haber actuado en 17 brotes de fiebres hemorrágicas (ébola, fiebre amarilla, etcétera) y de cólera. Explica que ha tenido que llegar la Covid-19 a esta latitud para que su entorno entendiera de qué les hablaba cuando se refería a la palabra “confinamiento”. Encinas también se refiere a los “patrones comunes” que se repiten en las epidemias, tanto en la situación sanitaria como en la respuesta que debe darse. Y como el presidente de MASF se refiere a la necesidad de “coordinación”. “En una emergencia debes salvar vidas en cada minuto y cada día, y la respuesta debe ser una cosa muy jerárquica, donde todo el mundo sepa qué debe hacer: es sota, caballo, rey”, dice y añade: “Está bien que se hagan planes de contingencia de 24 páginas, pero hay que anticiparse y actuar: saber quién tiene la llave del pabellón, cuántas camas caben o cuántos grifos hay”.

También apela a la responsabilidad y el “papel enorme” de la sociedad quedándose en casa. “Son parte de la solución”, y recuerda la importancia de cuestiones elementales como lavarse las manos o no salir. Y asegura que “es el momento de cooperar, de la Europa social que siempre se ha citado, o de la solidaridad dentro de España”. Por último, se muestra muy preocupado “por la epidemia psicológica que puede hacer si no se trata bien, si no se acompaña a los familiares de los fallecidos”. “Algo hay que hacer, si no pueden tocar a los muertos, que puedan verles, algo”, pide.

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