El PSOE reivindica que expulsó a Ábalos hace 20 meses, pero admite la dureza del golpe: el segundo secretario de Organización en la cárcel
En las filas socialistas cunde la preocupación mientras el entorno de Sánchez asegura que está tranquilo y que no teme la nueva estrategia del exministro
El Gobierno y el PSOE vivieron una jornada durísima para su imagen, con el segundo secretario de Organización que entra en la cárcel en menos de seis meses, con una dualidad indisimulable. Por un lado, muchos de los ministros y dirigentes consultados insisten en que el golpe de Santos Cerdán fue más duro y reivindican que el líder, Pedro Sánchez, echó a José Luis Ábalos de la cúpula en 2021, y del partido en febrero de 2024, cuando la Ejecutiva le exigió que renunciara a su escaño después de la detención de Koldo García. Con Cerdán fue al revés, lo mantuvo y lo apoyó hasta el último día. Pero,...
El Gobierno y el PSOE vivieron una jornada durísima para su imagen, con el segundo secretario de Organización que entra en la cárcel en menos de seis meses, con una dualidad indisimulable. Por un lado, muchos de los ministros y dirigentes consultados insisten en que el golpe de Santos Cerdán fue más duro y reivindican que el líder, Pedro Sánchez, echó a José Luis Ábalos de la cúpula en 2021, y del partido en febrero de 2024, cuando la Ejecutiva le exigió que renunciara a su escaño después de la detención de Koldo García. Con Cerdán fue al revés, lo mantuvo y lo apoyó hasta el último día. Pero, por otro lado, también la mayoría reconoce el golpe de la imagen de la entrada en la cárcel del todopoderoso Ábalos, escudero de Sánchez durante años, y también admite que ese impacto hace que pierda adeptos, sobre todo entre dirigentes regionales, la idea de que esta crisis está amortizada.
Las fuentes oficiales del PSOE insisten en que el partido actuó “con tolerancia cero, con transparencia y con medidas contundentes desde el primer minuto”. Ninguno de los dirigentes consultados se pone en el escenario de que Sánchez vaya a convocar elecciones como mínimo antes de las andaluzas previstas para junio y la mayoría sigue apostando por agotar la legislatura. Pero el lamento es generalizado por el daño al prestigio del partido.
Sánchez, según señalan fuentes de su entorno, está tranquilo porque cree que ya hizo lo que podía hacer, esto es, echar del partido a todos los implicados, y tampoco teme lo que pueda decir Ábalos, que ya ha empezado a cargar directamente contra la familia del presidente, al señalar en El Mundo que su esposa, Begoña Gómez, podría estar implicada en el rescate de Air Europa. “Si Ábalos ha decidido usar la mentira, allá él”, señalan fuentes de la cúpula del Gobierno, donde ven al ex secretario de Organización completamente desesperado, metido en una teoría persecutoria absurda, pero sin ninguna capacidad de revelar nada que pueda implicar al presidente del Gobierno. “Lo de Air Europa lo ha mirado la justicia con detalle y no hay nada de nada, no hay agua en esa piscina. Estamos hablando de una persona desesperada, a punto de entrar en la cárcel, pero no hay ninguna preocupación porque todo lo que hay es lo que les implicaba a ellos, no hay nada contra Sánchez ni contra el propio PSOE”, resumen.
Centrarse en gobernar
El presidente, señalan en su entorno, está convencido de que hay que centrarse en gobernar para salir de este agujero de credibilidad que le ha provocado este caso. Y sobre todo seguir tomando decisiones en positivo. De hecho, y no de forma casual, Sánchez no dijo una palabra en todo el día de este asunto y se concentró en otro mucho más cómodo: el acuerdo para aumentar un 11% el salario a los funcionarios públicos.
En La Moncloa creen que todo este tipo de decisiones que mejoran la vida de millones de personas, aunque no tengan mucho eco mediático en plena vorágine de Ábalos, van construyendo un muro frente al mensaje de la derecha y la ultraderecha de que España se hunde. Aun así, diversos ministros admiten que es un golpe muy duro ver por primera vez a un exministro de Sánchez en la cárcel, y no a uno cualquiera, sino a quien fue su mano derecha. El ambiente en el Congreso y el Senado este jueves era sintomático: mientras la izquierda iba cabizbaja y evitaba a la prensa, el PP y sobre todo Vox estaban eufóricos.
Una “imagen pésima”
En las filas del PSOE, en privado, hay dirigentes que asisten con preocupación al carrusel de noticias vinculadas a quienes fueran sus responsables del área de más peso del partido, la secretaría de Organización. “¿Qué diríamos al revés, si el PP estuviese en nuestra situación? Estamos dando una imagen pésima como partido y como Gobierno. No eran unos cualquiera. En el territorio tenemos que dar la cara y es un golpe durísimo en un año que es preelectoral. La cosa está muy complicada y todo lo nacional te contamina, no te permite hacer campaña”, lamenta en privado un dirigente territorial, que no pertenece al Gobierno a diferencia de la mayoría de los responsables de las federaciones más importantes del PSOE.
“Lo raro es que no estuviera en prisión antes”, opina otro líder autonómico, que no le resta ninguna gravedad a este golpe. El miércoles pasado Cerdán salió de Soto del Real tras 142 días en prisión preventiva —coincidió con el primer mitin de Sánchez en la campaña de las elecciones extremeñas— y ocho días después su predecesor en Ferraz dormirá en la cárcel madrileña, que durante años estuvo asociada a la corrupción del PP con inquilinos como su extesorero Luis Bárcenas. “No hemos aguantado una semana sin un secretario de Organización en la cárcel”, resume un secretario general de una federación del PSOE.
“No se han cruzado de milagro”, añade un senador que, como tantos en su bancada, ha tenido importantes responsabilidades en sus territorios o en el Gobierno. Y que recuerda: “A los dos les puso Pedro y delegó en ellos el día a día del partido tras las primarias desde junio de 2017 a junio de 2025. Eso son ocho años”. “No es comparable a lo de Santos, que nadie lo esperaba, pero tanto como decir que está amortizado… Lo volvemos a revivir, cuando no es esto es aquello”, asiente un secretario provincial alineado con Ferraz.
Los mensajes de Page y González
Emiliano García-Page, el único barón del PSOE abiertamente crítico, avisó este jueves del viraje en la estrategia de Ábalos, que disparó contra el Gobierno en vísperas de la decisión del Supremo. “El PSOE es víctima de Ábalos, es víctima de Koldo, es víctima de Santos Cerdán. El PSOE como organización no es culpable, pero es evidente que esto nos hace un daño reputacional como partido incontestable. Nos afecta a todos. El que se quiera engañar se puede engañar, pero cuando el núcleo duro del entorno del presidente del Gobierno, del secretario general del partido, el núcleo duro, digamos la miga del pan, está en prisión o va a estarlo y está afectado por graves casos de corrupción, pues podemos mirar para otro lado, pero lo cierto y verdad es que la opinión mayoritaria de la gente es que nos afecta al conjunto, y eso es lo doloroso”, recalcó el barón socialista antes de un homenaje al fallecido Javier Lambán en el Senado, acto al que no acudió ningún miembro del Gobierno.
En esa línea, Felipe González criticó de forma implícita la respuesta de Sánchez a los escándalos que afectan a Ábalos y Cerdán. “Cuando algunos denuncian la politización de la justicia, no es cierto. Hay una judicialización de la política que lo que supone es la falta de responsabilidad de los políticos para tomar las decisiones que les corresponden y acudir a los tribunales”, manifestó el expresidente del Gobierno a su salida del homenaje a Lambán.
El secretario general del PSOE riojano, Javier García, pide que “todo el peso de la ley caiga” sobre los que “se han aprovechado de un cargo público para presuntamente recibir mordidas”. “Presuntos delincuentes, pero sinvergüenzas con todas las letras”, responde con un sentimiento de “asco y rechazo”.
“Puede ser que haya comunidades donde todo esto que nos está pasando no tenga tanto eco y se pueda concluir que está amortizado, pero en los sitios donde la dicotomía es entre el PSOE y el PP la cosa sí que está más candente”, comparte otro barón territorial que aun así percibe a Sánchez “fuerte y convencido” y no le ve convocando elecciones generales de inmediato.