Sánchez aspira a “alinear” el discurso territorial en el Congreso del PSOE tras las críticas internas
A puerta cerrada, el presidente pide “ambición” e “inconformismo” a la ejecutiva y le traslada que confía en remontar las encuestas y aumentar el apoyo a los socialistas al 35% en las próximas generales
Pedro Sánchez quiere que el 41º Congreso Federal, que el PSOE celebrará del 29 de noviembre al 1 de diciembre en Sevilla, sea mucho más que el interruptor que ponga formalmente en marcha la renovación de liderazgos de toda la estructura del partido y la deje resuelta, y a toda máquina, antes del próximo verano. Es decir, dos años antes del superaño electoral de 2027 con autonómicas, municipales y generales. Y con un añ...
Pedro Sánchez quiere que el 41º Congreso Federal, que el PSOE celebrará del 29 de noviembre al 1 de diciembre en Sevilla, sea mucho más que el interruptor que ponga formalmente en marcha la renovación de liderazgos de toda la estructura del partido y la deje resuelta, y a toda máquina, antes del próximo verano. Es decir, dos años antes del superaño electoral de 2027 con autonómicas, municipales y generales. Y con un año más de margen ganado para los comicios de Castilla y León y Andalucía del primer semestre de 2026 si es que no hay ningún adelanto electoral. “El objetivo es reforzar los territorios donde ganamos pero no gobernamos”, ha transmitido Sánchez a la dirección del PSOE, según trasladan fuentes presentes a EL PAÍS, en una alusión implícita a la pérdida hace año y medio, de la noche a la mañana, de casi todo su poder territorial.
Pero el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, decidido a completar la legislatura, tiene otra prioridad a corto plazo. Sánchez aspira, y así se lo ha transmitido este lunes a la ejecutiva del PSOE, a que el Congreso Federal sirva para “alinear el discurso territorial”. Unas palabras que varios miembros de la ejecutiva federal han interpretado como un mensaje dirigido a los barones críticos con el acuerdo del PSC con ERC de financiación singular para Cataluña, que han denostado con dureza el pacto en público por considerarlo negativo para sus comunidades y suponerles un desgaste electoral importante aunque propiciase la investidura del president Salvador Illa. ”Lo que queremos en el Congreso es hablar de vivienda, de ampliación de derechos laborales, de la mejora de los servicios públicos de calidad y hablar también del modelo de reforma de financiación, hay que definir nuevas competencias autonómicas y ahí será el lugar más idóneo donde todos los miembros de este partido que acudan como delegados puedan participar”, ha indicado en una comparecencia posterior Esther Peña. La portavoz socialista ha pedido a los presidentes autonómicos, no solo a los del PP, “agallas para mostrar una propuesta” sobre el modelo de financiación, que se aprobó en 2009 y está pendiente de renovar desde 2014. Unos términos que han sentado mal en la Junta de Castilla-La Mancha, que preside Emiliano García-Page, donde recuerdan que a finales de enero de 2022 formularon una propuesta completa al Ministerio de Hacienda sobre financiación, con un fondo específico para la despoblación.
El empeño de Sánchez de que el Congreso Federal sea el espacio para aclarar posiciones y resolver las diferencias internas se produce tras un arranque de curso político marcado por el revuelo interno que el último pacto con los independentistas ha originado en el PSOE, con la aplicación de la ley de amnistía todavía coleando. En La Moncloa y Ferraz opinan que esas críticas deberían producirse en todo caso en los órganos internos para no dar “munición” a la derecha. Los líderes territoriales más molestos defienden que no han tenido otra opción y que como pronto podrán hacerlo en el comité federal del sábado, en el que se aprobará el calendario de congresos federal, regionales, comarcales y locales del partido. También demandan una comunicación más fluida con los territorios.
La convocatoria del 41º Congreso Federal coincide con el momento de más contestación interna que Sánchez afronta desde que fue reelegido secretario general en las primarias de 2017. Aunque está por ver hasta qué punto el comité federal del sábado será tenso o quedará en una tormenta en un vaso de agua. “Va a haber mas tranquilidad, algunos ya se han replegado”, barruntan en la cúpula del PSOE. “[El contenido del pacto con ERC] Es un comienzo, no un final, queda mucho que hacer en el modelo de financiación territorial”, ha tratado no obstante de rebajar la tensión Peña en las filas internas.
El PSOE podía haber aguantado hasta octubre de 2025 para convocar el congreso de forma ordinaria, como pasará ahora, pero Sánchez ha decidido convocarlo ya, como se hablaba desde hacía meses, para solventar cuanto antes el desacople entre el calendario orgánico y el calendario electoral. Una vez celebrado el Congreso Federal, se celebrarán en cascada el resto de procesos congresuales, empezando por los de las comunidades autónomas, donde los barones territoriales pondrán a prueba su liderazgo. Después llegarán los congresos comarcales y locales. Tras el maratón de elecciones autonómicas y municipales en mayo de 2023, generales dos meses después, y gallegas, vascas, catalanas y europeas en el primer semestre de este año se ha abierto un horizonte sin elecciones a la vista. Una ventana temporal que no se sabe lo que durará para ir acompasando el calendario orgánico y el calendario del próximo ciclo electoral. Y que ante la falta de tregua en el Congreso, sin los apoyos a los Presupuestos garantizados —aunque el Gobierno contempla prorrogarlos— hasta que Junts y ERC no resuelvan sus procesos internos en octubre y noviembre, explica el movimiento de Sánchez con el Congreso Federal.
Sánchez ha adelantado a la ejecutiva que se presentará a la reelección como secretario general del PSOE. La previsión es que sea confirmado con rotundidad, reconocen hasta sus detractores. Seguro de su posición —otra cuestión serán los congresos en las federaciones—, el presidente ha instado en la ejecutiva, superior a las dos horas y más larga de lo habitual, a emitir “un mensaje de ambición e inconformismo”. “No nos conformamos con lo que tenemos, queremos más”, ha enfatizado Sánchez, que a su llegada ha saludado y besado, uno por uno, a cada integrante de la dirección federal, formada por casi 50 personas. Ni Sánchez ni nadie de su dirección ha hecho una alusión concreta a ningún territorio en concreto, a diferencia de la preocupación que el presidente sí explicitó en junio sobre el resultado en Andalucía y Madrid en las europeas.
En la reunión sí se ha hablado del mal dato de la encuesta publicada este lunes de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER, que tras la remontada de los tres últimos meses otorgan a los socialistas un retroceso de siete décimas, las mismas que gana el PP impulsado por la marejada por la financiación. El secretario general del PSOE ha asegurado que el partido “está en buena forma”, que se encuentra “en una buena posición” y ha recordado que el PSOE tiene una estimación de voto por encima del 30%, una marca que les convierte en el referente de la socialdemocracia europea. Aun así, los números del PSOE no le permitirían volver a ser reelegido presidente debido al estado comatoso de Sumar, que en un año ha perdido a la mitad de sus votantes. Ante esta tesitura, Sánchez se ha puesto como meta “aumentar cuatro o cinco puntos en las siguientes elecciones generales y llegar a un 35%”, comparten fuentes de su dirección.
Sánchez ha insistido en la importancia de que el Congreso Federal servirá para “renovar y actualizar el ideario”, y no solo los liderazgos territoriales, una preocupación que ya expuso tras el desastre en las elecciones gallegas para enojo de los secretarios generales de varias federaciones, que sostienen que son ellos los que pagan el desgaste por la estrategia de distensión en Cataluña, primero con los indultos, luego con la reforma del Código Penal para la derogación de la sedición y la revisión de la malversación, la ley de amnistía y por último con la financiación. No solo es una renovación de caras, “va a ser una actualización de ideas”, ha insistido Sánchez.
El siguiente que ha intervenido en la ejecutiva tras el presidente ha sido Guillermo Fernández Vara. El expresidente extremeño y secretario de política autonómica ha recalcado que, tras unos años en que el debate político era entre “Estado de Naciones y Estado Federal”, ha llegado el momento de abordar el debate del Estado Federal. El reto del futuro, según Fernández Vara, es construir una España Federal, pero sin abordar únicamente el debate desde un punto de vista financiero, sino también de cohesión territorial y con el centro de atención puesto en los ciudadanos.
El resto de intervenciones han ido, sin excepción, en la línea de apoyar la convocatoria del Congreso Federal y la decisión de Sánchez de presentarse de nuevo a la secretaría general, han coincidido la ministra de Igualdad Ana Redondo; Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, vicepresidente del Congreso; Abel Caballero, alcalde de Vigo; Óscar Puente, ministro de Transportes; Juan Espadas, secretario general del PSOE andaluz y portavoz en el Senado; Manuel García Salgado, secretario de memoria democrática y libertad; Elisa Garrido; Víctor Camino, responsable de Juventudes, o Javier Izquierdo, secretario de Acción Electoral. Un cierre de filas que no sorprende y con la mirada puesta en el Congreso Federal. Como todo el PSOE, desde las baronías a los militantes de las 4.000 agrupaciones que se reparten por España.