La imprevisibilidad de Puigdemont mantiene en vilo a Junts

El expresidente catalán convoca a toda la cúpula del partido en el sur de Francia para desvelar sus planes ante las elecciones catalanas del 12 de mayo

Carles Puigdemont, durante una intervención en el Parlamento Europeo en Bruselas en 2021.Associated Press/LaPresse (APN)

Carles Puigdemont desvela este jueves en Elna, sur de Francia, sus planes políticos más inmediatos. El expresidente catalán, que se marchó a Bélgica en 2017 para evitar ser juzgado, se ha visto obligado a acelerar su toma de decisiones por la convocatoria precipitada de elecciones en Cataluña. En Junts sostienen que Puigdemont tenía la determinación de presentarse a las elecciones europeas...

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Carles Puigdemont desvela este jueves en Elna, sur de Francia, sus planes políticos más inmediatos. El expresidente catalán, que se marchó a Bélgica en 2017 para evitar ser juzgado, se ha visto obligado a acelerar su toma de decisiones por la convocatoria precipitada de elecciones en Cataluña. En Junts sostienen que Puigdemont tenía la determinación de presentarse a las elecciones europeas del 9 de junio, para revalidar su escaño de eurodiputado.

Puigdemont iba a dejar para después del verano, con la ley de amnistía supuestamente ya en vigor, el anuncio de si se apuntaba a la carrera por la Generalitat o si prefería entronizar a alguien de su plena confianza. Pero el adelanto electoral ha precipitado la necesidad de poner nombre y apellido al cabeza de cartel para el próximo 12 de mayo. En Junts per Catalunya la unanimidad en torno a la figura de Puigdemont es pétrea, pese a que la imprevisibilidad que rodea al personaje no es ajena a nadie. Cuando Junts ocupaba la mitad de las consejerías de la Generalitat, Puigdemont fue una de las voces más activas para salir del Govern. Meses más tarde, después de las municipales, trató de evitar cualquier pacto de su partido con el PSC, incluso a costa de dejar escapar el control de diputaciones provinciales. En la campaña por las generales del 23-J, aseguró que Junts vetaría al PSOE: “Sánchez no será presidente con nuestros votos”, y luego él mismo se encargó de negociar un acuerdo por la investidura.

Pere Aragonès se había pasado semanas asegurando que los comicios catalanes llegarían “cuando tienen que ser”, lo que sobre el papel demoraba la batalla por la Generalitat hasta el mes de febrero de 2025. Sin embargo, la incapacidad de Esquerra para conseguir una mayoría y aprobar los Presupuestos de 2024 ha hecho trizas el calendario. La semana pasada, en cuanto Aragonès comunicó el adelanto electoral, el secretario general de JxCat, Jordi Turull, se apresuró a manifestar que había que apostarlo todo a la carta del expresident.

Pese a la reciente aprobación de la ley de amnistía en el Congreso, sigue siendo aventurado poner una fecha fija al retorno a España de Puigdemont. En Junts se asume el escenario de una campaña electoral sin la presencia física de su principal estandarte, y Turull solo se ha atrevido a aventurar que el expresident podría estar en el Parlament el día que se celebre el debate de investidura. “Habrá un periodo [hasta la] toma de posesión del acta de diputado en el que no es necesario que venga”, manifestó el secretario general de Junts en una entrevista a EL PAÍS. La idea es apelar a Puigdemont para revitalizar el desgaste que acusa el independentismo, arañar votos a Esquerra y a la CUP, y recortar las distancias con el candidato del PSC, Salvador Illa, a quien las encuestas ponen como favorito.

Entre los miembros de la dirección de Junts predomina la idea de que Puigdemont es un personaje “poco interesado en los asuntos de partido”. Pese a ser el líder indiscutible de la formación, no ocupa ningún cargo orgánico en la estructura de JxCat. Desde Bélgica, optó por dedicarse a lo que él denomina “la internacionalización” del conflicto catalán y priorizó sus labores en el Consell de la República, la entidad privada que trató de publicitar como una Generalitat paralela. En el último medio año, las eventualidades parlamentarias han alterado el papel que desempeñaba Puigdemont. Primero, el resultado del 23-J puso a Junts en un papel clave para el juego de mayorías en el Congreso, y el expresidente se encargó personalmente de diseñar las condiciones del pacto con el PSOE para apoyar la investidura de Pedro Sánchez. Ahora, el adelanto electoral en Cataluña le aúpa como el elegido para ser el candidato. A nadie se le pasa por alto que la apuesta por el jefe del partido está a expensas de la ley de amnistía. Si el número uno se tiene que quedar en el banquillo, se multiplica la relevancia de quien ocupe el número dos de la lista. Fuentes de Junts descartan que este jueves pueda haber anuncios en este sentido. El sábado sí se conocerá quiénes encabezan la lista en Girona, Tarragona y Lleida.

Por lo pronto, Puigdemont ha logrado situar toda la atención sobre Elna, municipio francés con unos 8.000 vecinos. Su conferencia de este jueves, a las siete de la tarde, será seguida en directo por toda la cúpula de JxCat. La estrategia pasa por mostrar unidad en torno al líder. Un objetivo que no es menor en una formación que sufre los efectos de una severa agitación interna por las diferencias que mantienen el secretario general, Jordi Turull, y la presidenta de la formación, Laura Borràs. Tras su condena judicial por trocear contratos públicos, Borràs ha visto cómo se reducía su cuota de influencia en la toma de decisiones, pero defiende que conserva el tirón entre las bases independentistas. La confección de las listas para el 12 de mayo será otro capítulo para evaluar el poder de cada una de las facciones que tratan de convivir dentro de Junts.


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