Eduardo Sánchez Gatell: “Al matar a Carrero Blanco, ETA intentó obstruir la salida ‘democrático-burguesa’ al franquismo”

El exdiputado del PSOE, que en los años setenta colaboró con la banda terrorista, asistió a los preparativos del crimen del que se cumplen 50 años

Eduardo Sánchez Gatell, junto a la Iglesia Francisco de Borja, en Madrid, donde estalló el coche bomba.Santi Burgos

“Con el magnicidio contra el presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, y el asesinato de 13 personas en la cafetería Rolando, en la calle madrileña del Correo, por la explosión de una bomba, ETA pretendió provocar una reacción represiva de la dictadura para obstruir lo que consideraba la vía democrático-burguesa, y propiciar una salida revolucionaria al franquismo”. Esa es la conclusión de Eduardo Sánchez Gatell, que...

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“Con el magnicidio contra el presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, y el asesinato de 13 personas en la cafetería Rolando, en la calle madrileña del Correo, por la explosión de una bomba, ETA pretendió provocar una reacción represiva de la dictadura para obstruir lo que consideraba la vía democrático-burguesa, y propiciar una salida revolucionaria al franquismo”. Esa es la conclusión de Eduardo Sánchez Gatell, que fue testigo de la gestación de ambos atentados —en diciembre de 1973 el primero, y septiembre de 1974 el segundo— por la relación que mantenía entonces con Eva Forest, principal colaboradora de ETA en Madrid, y con José Miguel Beñarán, Argala, miembro del comando etarra que mató a Carrero. Muchos años después, Sánchez Gatell —que llegó a ser detenido y amnistiado por esos hechos— se alejó del mundo abertzale y obtuvo escaño con el PSOE en la Asamblea de Madrid.

Sánchez Gatell, madrileño de 68 años, pertenecía a una familia próxima al PCE y amiga del matrimonio formado por Eva Forest y el dramaturgo Alfonso Sastre. Gatell frecuentaba el domicilio de la pareja porque, además, era amigo de su hijo Juan. En enero de 1973 fue detenido y maltratado por el policía Billy el Niño por participar en las luchas estudiantiles. Se radicalizó y se acercó al matrimonio, que animaba un Comité de Solidaridad con Vietnam que terminó apoyando a ETA. En septiembre de 1973, Forest propuso a Gatell crear un grupo armado en Madrid y él entró así en su círculo de confianza. “Un grupo armado que no actuó, pero que sirvió de apoyo a ETA en Madrid”, señala.

El 11 de septiembre de 1973, el día del golpe de Estado en Chile contra el presidente Salvador Allende, Gatell conoció a Argala en el domicilio de Forest y Sastre. “Eva me lo presentó como militante de ETA y me sorprendió que celebrara la caída de Allende. Decía que demostraba que la lucha armada era el único camino. Eva sabía que en mi casa había mucha sensibilidad hacia Chile por la amistad de mi madre con Pablo Neruda [Angelina Gatell era poetisa y biógrafa de Neruda] y desaprobó la celebración de Argala. Pero nos contó que Sastre había advertido a Allende de la necesidad de tomar las armas”, rememora Gatell.

Entre septiembre y diciembre, mes del asesinato de Carrero, Sánchez-Gatell —que asegura que ignoraba que se estaba preparando ese atentado— asistió en el domicilio del matrimonio a una docena de reuniones en las que participó Argala. “Era un seminario en el que comentábamos El Capital de Marx”, dice. Recuerda a Argala como “un hombre tímido, formado y de trato agradable”. En esos mismos días participó en una excursión juvenil a Boca de Asno (Madrid), organizada por la Juventud Obrera Católica (JOC), se hizo con el grupo y le escucharon fascinados.

Gatell asegura que Forest influía mucho en Argala. Cree que ella fue quien informó de la facilidad de atentar contra Carrero. “Forest espió a Carrero, asistió a misa con un pañuelo en la cabeza y gafas oscuras e informó a ETA, según nos contó tiempo después. Pero quien influía intelectualmente en Argala era Sastre, muy prestigiado entonces”, sostiene.

Sastre sostenía en aquellas reuniones, recuerda Gatell, que había que evitar que la salida al franquismo fuera una “democracia burguesa” como, a su juicio, pretendía el PCE de Santiago Carrillo. Su alternativa era que un grupo, mediante acciones armadas, provocara una reacción represiva del régimen, alentando así la revolución. “El instrumento para lograrlo era crear una organización militar separada de las estructuras políticas. Argala asumía estas tesis y se reflejaron en ETA”, prosigue Gatell.

Policías buscan entre los daños causados ​​por un atentado con bomba, el 20 de diciembre de 1973, en el que ha muerto el primer ministro Luis Carrero Blanco. Europa press / AFP

Sin embargo, el atentado contra Carrero no provocó una represión brutal del franquismo y en 1974 se evidenciaba ya su debilidad frente a las movilizaciones obreras y estudiantiles y su enfrentamiento con la Iglesia, en un contexto internacional de cambio con la caída de las dictaduras griega y portuguesa. “Sastre y Forest estaban preocupados. Les urgía actuar para evitar la salida democrático-burguesa del franquismo que desfallecía. Esa urgencia explica el brutal atentado de la calle del Correo de septiembre de 1974″, añade.

En junio, tres meses antes de ese atentado, Forest encargó a Gatell participar en la instalación de un refugio en Avenida de América de Madrid, con tres militantes etarras: Fausto Villanueva Txapu, Juan Manuel Galarraga Potxolo y José María Arruabarrena Tanke. “Eran distintos a Argala. Machistas, bravucones, alardeaban de un nacionalismo cerril y antisocialista”, dice Gatell. Un día, Forest me comentó que iba a haber una acción en Madrid más importante que la de Carrero. Cuando sucedió el atentado, el 13 de septiembre, até cabos”.

Gatell asegura que Forest lo celebró. “¿Has visto, Eduardo? Hemos dado en el corazón del régimen”, me dijo. Ante mi estupefacción, dijo que los muertos eran policías. Sastre comentó en la cárcel que el atentado era nuestro Moncada, en alusión a la acción armada con la que Fidel Castro lanzó la revolución cubana”.

El 16 de septiembre fue detenida Forest en su domicilio, en presencia de Gatell. Él fue arrestado en octubre tras las declaraciones de Forest. Sastre huyó a Portugal, pero regresó a España y se entregó. “El Juzgado Militar nos procesó por terrorismo. A mí por preparar el refugio de la Avenida de América. Sastre salió en libertad provisional en julio de 1975. A mí me retiraron la acusación de terrorismo y pasé al TOP por asociación ilícita. Quedé libre en enero de 1976. Forest, en junio de 1977. Y la causa de la calle del Correo, como la de Carrero, amnistiadas”. El matrimonio vivió en Euskadi hasta su fallecimiento. Gatell, psicólogo, se afilió al PCE en 1976 y en 2001 ingresó en el PSOE. Fue diputado autonómico en Madrid dos legislaturas.

Gatell opina que “el huevo de la serpiente” etarra lo incubó Argala en Madrid, influido por Sastre y Forest. Tras el atentado de la calle del Correo encabezó la escisión de ETA militar, que impuso el militarismo en la banda hasta su final. El exdiputado celebra que hoy “la izquierda abertzale debata sobre cuestiones sociales, defienda sus reivindicaciones nacionales en el Parlamento y contribuya a conformar mayorías progresistas”. “Es la mayor derrota de ETA que podemos concebir”, afirma.

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