Sánchez defenderá en Israel ante Netanyahu la solución de los dos Estados y la conferencia de paz que negoció en Bruselas
El presidente, que viaja a Jerusalén justo cuando se acaba de anunciar una tregua de cuatro días en Gaza, aboga por que España reconozca al Estado de Palestina, pero no de forma inmediata ni unilateral
Pedro Sánchez transmitirá este jueves al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en Jerusalén, y posteriormente al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, en Ramala (Cisjordania), un mensaje nítido: España apuesta con claridad por la solución de los dos Estados, esto es, la creación de un Estado palestino que conviva con Israel por medio de un proceso de paz. El presidente del Gobierno, que ha liderado en la UE las posiciones más críticas con Israel por el bombardeo de la franja de Gaza durante 47 días (que ha dejado ya 14.000 muertos, según las autoridades sani...
Pedro Sánchez transmitirá este jueves al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en Jerusalén, y posteriormente al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, en Ramala (Cisjordania), un mensaje nítido: España apuesta con claridad por la solución de los dos Estados, esto es, la creación de un Estado palestino que conviva con Israel por medio de un proceso de paz. El presidente del Gobierno, que ha liderado en la UE las posiciones más críticas con Israel por el bombardeo de la franja de Gaza durante 47 días (que ha dejado ya 14.000 muertos, según las autoridades sanitarias gazatíes) en represalia por el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, asume así una reclamación histórica de la izquierda, pero, como anunció en el debate de investidura, el reconocimiento del Estado de Palestina no se hará de forma unilateral ni inmediata. Esta minigira por Oriente Próximo, el primer viaje al extranjero de Sánchez tras lograr su tercera investidura como presidente del Gobierno, coincide con el importante acuerdo, alcanzado este miércoles por Israel y Hamás a través de mediadores, por el que el grupo armado palestino liberará a 50 rehenes, a cambio de cuatro días de tregua, la entrada de cientos de camiones de ayuda humanitaria a Gaza y la excarcelación de 150 presos palestinos.
El jefe del Ejecutivo plantea que hay que llegar al reconocimiento del Estado de Palestina, pero de forma coordinada con los demás socios europeos, y después de una conferencia de paz que precisamente él negoció en la última cumbre de la UE para que todos los socios, incluidos los más cercanos a Israel como Alemania y Francia, la defendieran. En aquella reunión en Bruselas, Sánchez no logró que la UE pidiera un alto el fuego humanitario, como aspiraba, por la oposición de Alemania, Austria y otros, pero sí que se apostara por una conferencia de paz. El líder socialista, que viaja con el primer ministro belga, Alexander de Croo, que en enero tomará el relevo de España en la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, llevará esa posición de la UE a Netanyahu y le planteará la necesidad de una conferencia de paz.
Sánchez defenderá el reconocimiento del Estado de Palestina, pero no de manera inmediata. El problema de esperar al consenso dentro de la UE es que Alemania y otros países podrían vetar indefinidamente ese gesto, porque están en posiciones muy cercanas a Israel, sobre todo por motivos históricos, ya que fue el Holocausto nazi lo que impulsó el nacimiento del Estado de Israel tras la II Guerra Mundial.
Sin embargo, en La Moncloa señalan que hay que caminar hacia ese acuerdo en la UE para el reconocimiento de Palestina, pero no necesariamente dando derecho de veto a Alemania; es decir, que se podría hacer si varios países están de acuerdo y se avanza en esa solución tras una conferencia de paz, sin requerir unanimidad. Lo que no quiere Sánchez, señalan en su entorno, es un reconocimiento unilateral por parte de España sin más, como reclama Sumar, porque eso tendría un valor solo simbólico y no supondría avanzar en la solución del problema.
El titular de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que este miércoles ha participado en una reunión del Med-9 (Francia, Alemania, Portugal, Italia, Eslovenia, Croacia, Chipre, Malta y España) en Madrid, ha abogado por que los países europeos partidarios de reconocer al Estado palestino se coordinen entre sí, pero ha situado ese paso en el marco de una Conferencia de Paz que consagre la fórmula de los dos Estados.
Pedro Sánchez es uno de los últimos líderes de la UE en viajar a Israel porque hasta ahora estaba en funciones, pero también porque ha tenido tensiones importantes con el Gobierno de Netanyahu, que llegaron incluso a una minicrisis diplomática por un comunicado de la Embajada israelí muy crítico con las posiciones del Ejecutivo español. Sánchez siempre ha condenado de forma rotunda el atentado de Hamás que dejó más de 1.200 muertos el pasado 7 de octubre y ha defendido que Israel tiene derecho a defenderse, pero con límites: respetando el derecho internacional, sin bombardeos indiscriminados sobre la población civil.
La tensión de Israel era sobre todo con las frases más duras de las ministras de Podemos, que ahora han salido del Gobierno. Las posiciones de Sumar no son muy diferentes a las de Podemos en este asunto e incluso Yolanda Díaz ha elegido a una ministra de origen palestino, Sira Rego, pero de momento no se han repetido las tensiones diplomáticas.
Sánchez, que busca un papel destacado para España en la escena internacional, también viajará a Ramala para verse con Abbas y después saltará a Egipto para reunirse el viernes con su presidente, Abdel Fattah Al Sisi, y con el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit. Y también se desplazará en la tarde del viernes a la frontera egipcia con Gaza, en Rafah, para comprobar in situ la entrada de ayuda humanitaria, justo cuando el flujo aumentará ostensiblemente a raíz del acuerdo entre Israel y Hamás.
El presidente tiene intención de visitar este jueves el kibutz Beeri, atacado por Hamás, donde se pueden comprobar los restos de la matanza de civiles. Para Sánchez es importante dejar claro que España apoya a Israel frente a los atentados de Hamás y se solidariza con el país, pero a la vez cree que la reacción no puede ser dejar a la franja de Gaza sin ayuda humanitaria, sin combustible, sin comida y sin agua y bombardear zonas llenas de civiles y con miles de niños. Esto se pudo ver con claridad en la cumbre de la UE, donde Sánchez se fajó para arrastrar a algunos socios muy cercanos a Israel a posiciones más intermedias y logró el compromiso de promover una conferencia de paz tan pronto como sea posible, un asunto que trasladará a Netanyahu aunque aún ese horizonte parece muy lejano.