Felipe González prefiere repetir elecciones a una amnistía que “deshará la convivencia”

El expresidente socialista afirma que Pedro Sánchez aún está a tiempo de decir “hasta aquí hemos llegado”. Asegura que el perdón no cabe en la Constitución: “No merece la pena”

Felipe González, en un fotograma de su reflexión en vídeo sobre la situación política de este 8 de noviembre.Rodríguez Arroyo. Jorge
Madrid -

Felipe González, expresidente del Gobierno, ha vuelto a mostrar su rechazo frontal a la amnistía que el PSOE negocia con los independentistas catalanes para facilitar la investidura de Pedro Sánchez y ha dejado claro que prefiere una repetición electoral antes que un perdón que, asegura, “está rompiendo la sociedad”, “deshará la convivencia” y puede acabar con la Constitución, pero no romper España. En una reflexió...

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Felipe González, expresidente del Gobierno, ha vuelto a mostrar su rechazo frontal a la amnistía que el PSOE negocia con los independentistas catalanes para facilitar la investidura de Pedro Sánchez y ha dejado claro que prefiere una repetición electoral antes que un perdón que, asegura, “está rompiendo la sociedad”, “deshará la convivencia” y puede acabar con la Constitución, pero no romper España. En una reflexión en vídeo sobre la situación política actual, publicada este miércoles por la fundación que lleva su nombre, González afirma que una amnistía “por siete votos, solo para una investidura, ni siquiera para gobernar, no merece la pena”, por lo que pide al presidente en funciones que pare la negociación, pese a que el acuerdo es inminente: “Está a tiempo de decir basta, hasta aquí hemos llegado porque no cabe en la Constitución”. Y, ¿cuál es la solución para el exlíder socialista? “Salir a ganar las elecciones, si se repiten”. Y si se quiere la amnistía, agrega, “que se haga una consulta a todos los españoles”.

González inicia su reflexión con una condena de los actos violentos ante las sedes del PSOE, precisamente contra la amnistía, y con un llamamiento “a la serenidad, a que los ciudadanos no se dejen contaminar de una polarización extrema y los líderes políticos cumplan con su función y sean capaces de condenar los actos de violencia”. El expresidente asegura que la “polarización está calando en la sociedad y está rompiendo amistades”, por lo que pide calma y mesura.

El grueso del vídeo, de 28 minutos, está destinado a combatir la amnistía, cuyo acuerdo se espera para las próximas horas, porque “sus primeros efectos están rompiendo la sociedad”. González muestra su negativa total a pedir perdón a los independentistas, que es lo que dice que supone la amnistía, y niega que la negociación vaya a facilitar “un gobierno progresista”. “Los de Puigdemont no son progresistas”, sentencia.

Dos puntos concitan un especial rechazo del exlíder socialista. Por un lado, asegura sentirse “avergonzado porque la amnistía se esté redactando en Bruselas con las personas que pretenden ser amnistiadas”. Por otro, rechaza visceralmente un mediador para asegurar los acuerdos. “No aceptaré que venga alguien a ser un veedor o mediador del conflicto con los independentistas, de ninguna manera, y en eso mantendré una vez más la posición tradicional del partido”, afirma.

El exdirigente socialista insiste en que esta amnistía, “desde el punto de vista jurídico, no cabe en la Constitución”, tras lo cual hace este parlamento: “Se ha negado que podía haber amnistía y autodeterminación ¡hasta el 24 de julio, el día siguiente del resultado electoral! (...) y la razón para esto, lo digo con dolor, es una razón, de oportunidad o de oportunismo. Cambia la posición del partido porque se siente la necesidad, en términos de calmar la vida política, de una amnistía cuando los primeros efectos están rompiendo la sociedad. [Sánchez] está a tiempo de decir hasta aquí hemos llegado porque no cabe en la Constitución. Pero Puigdemont tira del ronzal para llevarnos donde no queremos ir”.

El expresidente subraya que él apoyó los indultos y que estos sí que funcionaron “como un elemento de pacificación”, algo que no va a ocurrir, asegura, con una amnistía que no concite un consenso social y político como la de 1977. “Políticamente, una amnistía que no concite el consenso de las cámaras nunca funcionará, deshará la convivencia; y si quieren una amnistía, que hagan una consulta a todos los españoles o un acuerdo como el del Viernes Santo para Irlanda”. Lo que no cree, insiste, en “en esas tonterías de que se va a romper España”, aunque sí estima “que se pone en peligro la convivencia y el funcionamiento institucional”.

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