Argelia envía un nuevo embajador a Madrid y pone fin a 19 meses de crisis diplomática
El Gobierno argelino pide el plácet para el nuevo jefe de su legación en España, que estaba vacante desde marzo de 2022
Argelia ha pedido el plácet (visto bueno) para nombrar a un nuevo embajador en España, restableciendo así unas relaciones diplomáticas plenas que estaban interrumpidas desde que, el 19 de marzo de 2022, retiró al anterior jefe de su legación en Madrid, Said Moussi, según han confirmado a EL PAÍS fuentes gubernamentales. El nuevo representante argelino en Madrid será el diplomático Abdelfetah Daghmoum, exembajador de su país en Guinea Conakry, quien ya estuvo destinado como número do...
Argelia ha pedido el plácet (visto bueno) para nombrar a un nuevo embajador en España, restableciendo así unas relaciones diplomáticas plenas que estaban interrumpidas desde que, el 19 de marzo de 2022, retiró al anterior jefe de su legación en Madrid, Said Moussi, según han confirmado a EL PAÍS fuentes gubernamentales. El nuevo representante argelino en Madrid será el diplomático Abdelfetah Daghmoum, exembajador de su país en Guinea Conakry, quien ya estuvo destinado como número dos en la Embajada de Argelia en Madrid, según ha adelantado El Confidencial.
El retorno del embajador argelino cierra una crisis diplomática de más de 19 meses que ha tenido como principal consecuencia la práctica suspensión de las exportaciones de bienes españoles a Argelia, con pérdidas millonarias para las empresas afectadas, en sectores como el aceite, el papel o los productos cerámicos.
La llamada a consultas del embajador argelino se produjo un día después de que el Palacio Real marroquí difundiera la carta que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dirigió al rey Mohamed VI, en la que calificaba el proyecto marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental como “la base más seria, realista y creíble para la resolución del contencioso” sobre la excolonia española. La misiva selló la reconciliación de Madrid con Rabat y permitió el regreso a la capital española de la embajadora marroquí, Karima Benyaich, tras diez meses de ausencia, que tuvieron su punto culminante con la entrada de más de 10.000 inmigrantes irregulares en Ceuta en mayo de 2021.
Sin embargo, la reconciliación con Rabat desencadenó la inmediata apertura de una nueva crisis diplomática con Argel, principal aliado del Frente Polisario, que consideró el giro del Gobierno español como “una segunda traición histórica de España al pueblo saharaui”, tras el acuerdo de Madrid de 1975, que dejó a la excolonia en manos de Marruecos.
En el caso de Argelia no será el anterior embajador quien regrese, pues Said Moussi fue nombrado en agosto de 2022 embajador de su país en Francia, por lo que Argel ha optado por otro diplomático conocedor de la realidad española. El Gobierno español ya ha recibido la preceptiva petición de plácet para su nombramiento, que se tramitará con toda celeridad, según las fuentes consultadas, por lo que su incorporación a la Embajada en Madrid podría producirse en breve plazo.
Tres meses después de retirar a su embajador, Argelia suspendió el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación entre los dos países, suscrito dos décadas antes, y bloqueó las transacciones financieras con España, estrangulando el comercio bilateral, lo que llevó al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a pedir la intervención de la Comisión Europea, responsable de las relaciones comerciales con países terceros.
Aunque Argelia ha cumplido sus compromisos de suministro de gas, a través del único gasoducto que permanece abierto (el Medgaz, un tubo submarino que une Almería y Beni Saf), España ha buscado suministradores alternativos y las autoridades argelinas han privilegiado a Italia como su mejor cliente en materia energética, en detrimento de la Península Ibérica. Incluso han lanzado un nuevo proyecto, el South2H2, para llevar hidrógeno verde a Alemania a través del país transalpino y Austria, compitiendo con el H2Med, impulsado por los gobiernos de Lisboa, Madrid y París.
Durante el tiempo que la Embajada argelina ha estado vacante las exportaciones españolas a Argelia se han desplomado, con caídas de hasta un 45,9% en 2022 (de 1.888 millones de euros a 1.021) y de un 90% en el primer semestre de este año. Además, las empresas españolas han sido excluidas de las licitaciones de obras públicas en el país magrebí y sus autoridades han suspendido las repatriaciones de inmigrantes llegados irregularmente a las costas españolas, que hasta que se desencadenó la crisis eran devueltos por el Ministerio del Interior en el ferry que cubre la línea Alicante-Orán. En los últimos tiempos se habían producido, sin embargo, algunos signos de distensión, como el restablecimiento de los vuelos regulares de la compañía Air Algérie desde Palma de Mallorca a Argel, el pasado 29 de octubre, que auguraban una flexibilización de la posición argelina.
El cambio de actitud desmiente la tesis de que el ministro Albares se había convertido en un obstáculo para la normalización de las relaciones bilaterales por no haber informado con antelación a las autoridades argelinas del giro del Gobierno español sobre el Sahara. Las críticas del PP a este cambio, y la forma en que se produjo, habían levantado además la expectativa de que un nuevo Gobierno presidido por Alberto Núñez Feijóo podría desandar el camino recorrido y volver a la tradicional equidistancia entre las posiciones de Argelia y Marruecos sobre el Sahara, una posibilidad frustrada por los resultados electorales del 23-J. Finalmente, Argel ha decidido no esperar a la constitución del nuevo Gobierno para mover ficha y restablecer plenamente las relaciones políticas, aunque está por ver si estas conllevan la inmediata normalización de las económicas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores español no ha querido confirmar ni desmentir esta información y tampoco la Embajada de Argelia en Madrid ha contestado a los requerimientos de EL PAÍS para dar su versión.