Nace la gigantesca esfera de Las Vegas, Made in Zaragoza

El nuevo espacio de ocio en la ciudad de los casinos apabulla por sus dimensiones, 112 metros de altura por 157 de ancho, y se ha ideado, calculado y proyectado desde el estudio de un joven arquitecto en Zaragoza

Una vista nocturna de la infraestructura led The Sphere en Las Vegas en julio.Tayfun Coskun (Anadolu Agency / Getty)

Cuando este viernes se iban a encender las pantallas esféricas más grandes del mundo, en la fachada e interior del recién estrenado Madison Square Garden de Las Vegas (Nevada, EEUU) se iban a iluminar las luces por primera vez con una que pocos se imaginan que llevan sello español. Un concierto de los irlandeses U2 inauguraba por la noche este edificio icónico cuyo principal reclamo es una esfera recubierta de una pantalla led de 54.000 metros cuadrados (15.000 la del interior) y 128k de resolución que se han ideado, calculado y proyectado desde el estudio de un joven arquitecto en Zaragoza, M...

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Cuando este viernes se iban a encender las pantallas esféricas más grandes del mundo, en la fachada e interior del recién estrenado Madison Square Garden de Las Vegas (Nevada, EEUU) se iban a iluminar las luces por primera vez con una que pocos se imaginan que llevan sello español. Un concierto de los irlandeses U2 inauguraba por la noche este edificio icónico cuyo principal reclamo es una esfera recubierta de una pantalla led de 54.000 metros cuadrados (15.000 la del interior) y 128k de resolución que se han ideado, calculado y proyectado desde el estudio de un joven arquitecto en Zaragoza, Miguel Fontgivel.

La Sphere de las Vegas es el nuevo espacio de ocio en la ciudad de los casinos, y solo sus dimensiones apabullan: 112 metros de altura por 157 de ancho, con capacidad para 18.000 espectadores, es considerado el edificio esférico más grande del mundo. Ha supuesto una inversión de 2.500 millones de euros, y se ve de lejos -tanto de día como de noche- gracias a su pantalla exterior que recubre la fachada como una segunda piel con más de 50 millones de luminarias LED que ofrecen imágenes con un nivel de brillo y resolución que “es 32 veces más que el de la mejor televisión de alta definición”.

Quien presume puede hacerlo. Es el arquitecto zaragozano, de 42 años, Miguel Fontgivel, que ha capitaneado al equipo responsable, un total de 23 profesionales, 30 en los momentos álgidos del proyecto, que han combinado la informática, la ingeniería y la arquitectura, utilizando incluso inteligencia artificial para diseñar y calcular las dos pantallas del edificio. “Un trabajo de cinco años, más complejo en las matemáticas que en la arquitectura”, dice Fontgivel. “Todo el edificio -cuenta este arquitecto- está construido para dar servicio a estas pantallas porque todo lo demás, la estructura, las instalaciones, está supeditado a ellas, ya que nos pidieron la pantalla más espectacular del mundo, inmersiva, con una geometría esférica de 360 grados, y de aquí se deriva todo”.

Y la principal responsable de esa complejidad no tiene ni 30 años. Cristina Simón, arquitecta de Teruel de 29 años, embarazada de su primer hijo y proyecto también de ingeniera informática (está en tercer curso del grado), es la autora de buena parte de estos cálculos sesudos y complejos. Todavía no había acabado Arquitectura en la Universidad de Zaragoza cuando empezó a trabajar en el estudio de Fontgivel y ella ha sido, según él, “la clave de toda la fachada exterior”. Un equipo en femenino y plural que al propio Fontgivel sorprendió porque “no es común ver a tantas mujeres STEM liderando un proyecto tecnológico”.

La firma zaragozana Oboria/Saco, conformada mayoritariamente por mujeres, está detrás de la creación del Madison Square Garden de Las Vegas. El equipo es liderado por Miguel Fontgivel.Rocío Badiola

“Cada vez somos más mujeres en estas disciplinas” dice Cristina. Ella, junto con Adela Pérez, Beatriz Carnicer y Ana Sabater, jóvenes arquitectas e ingenieras, han sido las encargadas de sacar adelante este proyecto que ha supuesto para todas, según explica Cristina, “un reto gigante por sus dimensiones y porque ha ido mucho más allá de la arquitectura, creando nuevas disciplinas que combinan la programación con los cálculos y el diseño”. Es -sintetiza su jefe- “un trabajo de polinización cruzada”. El diseño es de tal complejidad, asegura Fontgivel, “que con medios convencionales hubiera sido imposible”.

Lo sabe bien otro de sus jóvenes profesionales. Juan José Martínez, de 30 años, ingeniero de diseño, o Manuel Mayorga, ingeniero industrial que ha sido la cabeza del modelo BIM (de computación en 3D) en la pantalla interior. Para todos ha sido este su trabajo de mayor envergadura. Y ellos han sido los responsables de teselar esta geometría esférica, de alta complejidad matemática, que debía casar piezas, fachada y estructura.

Pero el equipo de Fontgivel empieza a tener experiencia en estos retos a pesar de su juventud. Su empresa, Oboria, nace como un spin-off de Vubari Global, la responsable en 2017 de diseñar la pantalla LED en el edificio más alto del planeta, el Burj Khalifa. Y de ahí, este encargo que han hecho también de la mano de otra de sus firmas, SACO, con filial en Canadá y que ha sido la encargada de fabricar las piezas.

En un estudio con vistas, frente a la calle que desemboca en la basílica del Pilar de Zaragoza, está amueblado de Ikea, el centro de operaciones de Fontgivel. Y hasta allí están llegando ya ofertas de grandes proyectos de distintos rincones del mundo que “no puedo desvelar por los acuerdos de confidencialidad” y que le auguran un crecimiento exponencial. Todo demuestra, dice, “que desde una capital de provincias se puede pensar en global”. Él lo aprendió en la Expo de Zaragoza (2008) cuando el equipo del entonces alcalde juan Alberto Belloch lo fichó para dirigir el pabellón de la ciudad en la muestra. Solo tenía 25 años. Hoy no estará en Las Vegas en la inauguración de la esfera porque su pareja, también trabajadora del estudio, está a punto de dar a luz a su primer hijo. Pero lo celebrarán, desde la distancia, con el ritmo de U2, la banda que estrenará sus pantallas porque ha cerrado conciertos en exclusiva en este espacio hasta diciembre

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