Atrapados en la estación y sin solución a la vista con los retrasos del tren de Madrid a Toledo y Ciudad Real

Los usuarios de las líneas de Alta Velocidad Madrid-Toledo y Madrid-Ciudad Real-Puertollano denuncian retrasos diarios que dificultan el vivir en una ciudad y poder trabajar en otra

Tren Avant desde Madrid dirección a Toledo, en la Estación de Toledo.Aldo Gómez

“Es como jugar a la lotería todos los días, pero sin tener décimos”, lamenta Daniel Tévar, de 31 años, que, a diario, coge el tren que sale de Atocha a las 7.45 y que debería llegar a Toledo a las 8:20. Dice esto porque, durante los últimos meses, el llegar a su hora a trabajar, en el Hospital de la capital de Castilla-La Mancha, se está convirtiendo casi en algo excepcional. El motivo son las constantes incidencias que, asegura, padece en el tren que comunica su lugar de residencia con su lugar de trabajo. Cuenta que lleva util...

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“Es como jugar a la lotería todos los días, pero sin tener décimos”, lamenta Daniel Tévar, de 31 años, que, a diario, coge el tren que sale de Atocha a las 7.45 y que debería llegar a Toledo a las 8:20. Dice esto porque, durante los últimos meses, el llegar a su hora a trabajar, en el Hospital de la capital de Castilla-La Mancha, se está convirtiendo casi en algo excepcional. El motivo son las constantes incidencias que, asegura, padece en el tren que comunica su lugar de residencia con su lugar de trabajo. Cuenta que lleva utilizando el servicio desde hace 10 meses y los retrasos los ha vivido desde el principio. “Recuerdo que el primer día ya hubo retrasos, y eso me condicionó bastante”, asegura, y añade que se llegó a plantear “perder el precio del abono y volver a utilizar el coche para desplazarme a Toledo”.

Joel Cabañas, de 36 años, utiliza el mismo tren, pero en sentido contrario. Hasta ahora, cogía el que salía de Toledo a las 7.25 y debería llegar a Atocha a las 8.00. Sin embargo, los retrasos constantes en el servicio lo han obligado a cambiarse al tren anterior, el de las 6.50. Lo ha hecho así porque no puede permitirse llegar tarde todos los días al trabajo. “Yo entro a las 8.15 y si el tren se retrasa ya llego tarde y eso me condiciona la salida, con lo que prefiero salir en el tren anterior”, afirma.

Varios usuarios de Renfe esperan al tren, que llega con retraso, en Atocha, Madrid.Aldo Gómez

Los retrasos los padecen tanto a la ida como a la vuelta. Cabañas coge el tren de las 16.40 hacia Toledo y Tévar el de las 17-25 hacia Madrid. Agosto será todo un encaje de bolillos para Cabañas, porque Renfe ha suprimido tanto el de las 6.50 —su tren de ida a Madrid— como el de las 16.40 —el tren de vuelta—. Tévar ha tenido más suerte y podrá seguir usando este servicio en su horario habitual durante todo el verano. En septiembre, se recuperarán todas las frecuencias.

Renfe asegura que el “descenso en la puntualidad”, tal y como lo han denominado, se debe “a la meteorología y la infraestructura, como consecuencia de limitaciones de velocidad por obras y algunas averías”. No opina igual el responsable del sector ferroviario de UGT en Castilla-La Mancha, Antonio González, que ha explicado que el principal problema radica en que Renfe trabaja prácticamente al límite con el número de trenes disponibles. “Con el restablecimiento de los servicios después de la pandemia y el aumento en el número de líneas de Avant, como las líneas Málaga-Granada, Alicante-Murcia o Madrid-Cuenca-Albacete, no se han incorporado más convoyes, con lo que; si un tren tiene problemas, el sustituirlo por otro es más complicado”, incide.

“A lo mejor el tren que tiene que sustituir al averiado está a 150 kilómetros y se hace imposible llegar en hora”, explica González. Esto además provoca que, si un tren sufre retrasos, afecta también a los siguientes. Este problema no parece que vaya a solucionarse, porque la incorporación de nuevas unidades es un proceso que lleva años: “No se soluciona de la noche a la mañana”, insiste el responsable ferroviario en UGT.

El tren que debía salir de Toledo a las 7.25 el pasado 7 de junio llegó con una demora de 50 minutos, porque el maquinista viajaba en un tren procedente de Madrid que tampoco llegó a su hora. Como consecuencia también se vio retrasado el tren Madrid-Toledo de las 8.40 porque ambos servicios utilizan el mismo convoy. Para evitar estos inconvenientes, el maquinista ya no viaja desde hace unos días como un usuario más y llega desde Madrid por otras vías, fundamentalmente en taxi.

Estación de tren de Toledo.Aldo Gómez

Asociaciones de Afectados

Los viajeros afectados —se calcula que los tres primeros trenes dan servicio a casi un millar de personas por sentido— han empezado a organizarse para exigir soluciones a Renfe. Se están terminando los trámites para el registro de una asociación de afectados, que estará presidida por Héctor Borreguero, ingeniero mecánico vinculado al mundo ferroviario. Asegura que cerca de 90 personas se han inscrito ya en el colectivo, que reclama un servicio de calidad. Y añade que hay algunas reivindicaciones que se han conseguido aplicar, como el informar de las incidencias a los usuarios. “Ahora se explica por megafonía qué ocurre y se da más información al viajero, lo que contribuye también a relajar la tensión”. Y es que en ocasiones, como pasó el 19 de abril, la Policía Nacional ha tenido que personarse en la estación toledana por la agitación que se estaba viviendo ante el retraso de dos trenes.

A estos problemas se suman otros, atribuibles a Adif —quien gestiona la vía— como las obras que se están llevando a cabo en la LAV Madrid-Andalucía y que ha obligado a incrementar los tiempos de viaje en cinco minutos desde el pasado 1 de junio hasta septiembre. “Desde esa fecha, los problemas son continuos. No ha pasado ni un solo día en que no haya habido algún retraso”, asegura Borreguero, que añade que “por ejemplo, el 5 de junio el tren de las 7:25 llegó a Madrid 10 minutos tarde, el 6 de junio llegó 20 minutos tarde y el día 7 el retraso fue de 50 minutos”. Una de las últimas averías, registrada la tarde del viernes 16 de junio, llegó a provocar retrasos de hasta dos horas en un trayecto que apenas dura 30 minutos.

Fuentes de Adif afirman que ahora mismo se está acometiendo una renovación de los 9 viaductos que hay en Sierra Morena, lo que ha obligado a reducir la velocidad de los trenes a 120 kilómetros por hora. Esto condiciona todo el tráfico ferroviario, aunque no pase por ahí, porque es necesario amoldar todos los horarios. Pese a todo, Adif también asegura que las incidencias son “puntuales” y “similares a las que suelen producirse en otras líneas de alta velocidad liberalizadas”, es decir, en aquellas donde se ha dado entrada a operadores privados.

Cambiar de trabajo o de vivienda

Los continuos retrasos hacen que los viajeros empiecen a replantearse su trabajo o su lugar de residencia. Es el caso de Tévar, que asegura que “volver a Madrid a trabajar es una idea que cada vez cobra más fuerza” y que no descarta en absoluto en los próximos meses. Cabañas, por el contrario, afirma que lo que se está planteando es buscarse un trabajo en Toledo.

Varios pasajeros en la estación de Toledo en un día con retraso de trenesAldo Gómez

Raúl Sánchez, de 49 años y periodista de profesión, lleva una década utilizando este servicio y asegura que ha sido desde primeros de año cuando ha empezado a notar las incidencias. Recuerda que hasta ese momento la puntualidad de los trenes “era prácticamente absoluta”. En su caso, no se plantea ni cambiar de trabajo ni de lugar de residencia y solo le queda la resignación.

Estos problemas no se circunscriben a la línea Madrid-Toledo. Viajeros del Avant Madrid-Ciudad Real-Puertollano también lamentan los continuos retrasos. Viven una situación parecida a los de Toledo y el motivo es el mismo. Antonio Palomino, médico en el Hospital de Ciudad Real, lleva utilizando desde hace 27 años este servicio. Reconoce que las incidencias siempre han existido, pero lamenta la pérdida de calidad en el servicio. “No respetan nunca el horario. Con suerte salen unos 10 minutos más tarde y sin ningún tipo de explicación”, recalca.

El servicio de proximidad que une la capital de España con capitales de provincia nació como una forma de poder trabajar en Madrid y residir en ciudades como Toledo o Ciudad Real. Sin embargo, las continuas incidencias, aunque no son diarias porque la semana pasada apenas ha habido retrasos —algo excepcional en lo que llevamos de junio—, hacen que la paciencia de los usuarios esté casi al límite, y sin solución a medio plazo.

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