Ningún partido presenta enmiendas a la totalidad a la reforma de la ‘ley del solo sí es sí’
Los socios habituales del Gobierno esperan que PSOE y Podemos lleguen a un acuerdo en el trámite para cambiar la norma
La reforma de la ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, también llamada ley del solo sí es sí, le concede una tregua al Gobierno, o más concretamente al PSOE. Ningún partido ha presentado enmiendas a la totalidad a la proposición de ley que registraron los socialistas para cambiar la norma estrella del Ministerio de Igualdad, y que desde que entró en vigor el pasado 7 de octubre ha tenido como efecto indeseado rebajas de penas para al menos 721 delincuentes sexuales y casi un centenar de e...
La reforma de la ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, también llamada ley del solo sí es sí, le concede una tregua al Gobierno, o más concretamente al PSOE. Ningún partido ha presentado enmiendas a la totalidad a la proposición de ley que registraron los socialistas para cambiar la norma estrella del Ministerio de Igualdad, y que desde que entró en vigor el pasado 7 de octubre ha tenido como efecto indeseado rebajas de penas para al menos 721 delincuentes sexuales y casi un centenar de excarcelaciones anticipadas. El plazo para presentar enmiendas totales a esta reforma, que ha abierto una brecha profunda entre los socios del Gobierno de coalición, finalizó el sábado a las dos de la tarde. Unidas Podemos ya renunció a enmendar toda la reforma impulsada unilateralmente por los socialistas, después de meses infructuosos de negociaciones entre la ministra de Justicia, Pilar Llop, e Irene Montero, titular del Ministerio de Igualdad.
El Congreso aprobó el 7 de marzo la toma en consideración de la reforma con 231 votos a favor (PSOE, PP, Ciudadanos, PDeCAT, PNV, UPN, Coalición Canaria, PRC y Foro Asturias), 56 en contra (Unidas Podemos, ERC, EH Bildu, la CUP y BNG) y 58 abstenciones, entre ellas la de Vox, que se permitió ese gesto simbólico cuando constató que la iniciativa iba a prosperar. Dos aliados habituales del Ejecutivo, Compromís y Más País, también votaron en blanco, al igual que Junts.
La negativa frontal de UP —secundada por ERC y EH Bildu— a reformar la ley del solo sí es sí en los términos que quiere el PSOE, sumado al respaldo del PP a la modificación, hacía que los socialistas no descartaran posibles enmiendas a la totalidad. Pero ese escenario se diluyó cuando se constató que el principal interesado en hacerlo, Unidas Podemos, no lo haría y optaría por la negociación en la fase de enmiendas parciales. La Moncloa tomó nota también de que los socios del Gobierno reconocieron en algunos casos que la ley podría admitir mejoras y que la coalición no podía renunciar a algún tipo de consenso.
La decisión los socios habituales de no enmendar a la totalidad el texto presentado por el PSOE relaja la tensión en el Gobierno de coalición, a la espera de la siguiente fase en la tramitación de la ley del solo sí es sí. Unidas Podemos quiere pactar enmiendas parciales con el PSOE y otros socios del Gobierno. Los socialistas siempre se han mostrado receptivos a llegar a consensos durante la tramitación. Por eso mismo causó tanto desagrado, más allá del tono que se empleó, el voto negativo de Unidas Podemos a la toma en consideración. La falta de enmiendas a la totalidad supone un respiro para el Gobierno justo a las puertas de la segunda moción de censura de la legislatura. “Parece que hay una gran mayoría que está de acuerdo en que había que trabajar una solución a los efectos no deseados de la norma y confiamos en que podamos sacarla lo antes posible”, ha valorado la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, tras el Consejo de Ministros, que se ha reunido un día antes de lo habitual para no coincidir con la primera de las dos jornadas de la moción de censura.
La disposición de PSOE y UP a negociar las enmiendas parciales podría ayudar a recomponer las relaciones dentro de la coalición y, sobre todo, con sus aliados habituales en el Parlamento. En la frustrada negociación anterior, ERC, Más País, Compromís y EH Bildu pidieron a los partidos del Gobierno que llegaran a un acuerdo entre ellos antes de llevar el asunto al Congreso y trasladarles ese conflicto. Aquellos contactos fracasaron ante las posiciones enquistadas entre el sector socialista del Ejecutivo, que entiende que hay que corregir los aspectos indeseados que provocó la aplicación de la nueva norma por algunos jueces y tribunales, y el Ministerio de Igualdad, que encabeza Irene Montero, que achaca esos problemas a una mala interpretación de la ley.
La propuesta registrada unilateralmente por el PSOE para reformar la ley del solo sí es sí, que es la que ahora se debatirá por la vía de urgencia, eleva las penas de las agresiones sexuales cometidas con violencia o intimidación. Con ese cambio se recupera en gran medida el marco penal anterior, después de que para dar cabida en el delito de agresiones sexuales a las conductas más leves —antes tipificadas como abusos— se rebajaron algunos castigos. Los socialistas plantean ahí un subtipo agravado de agresión en el Código Penal que se aplique a aquellos casos cometidos con violencia, intimidación o sobre una víctima que tenga anulada por cualquier causa su voluntad, lo que penaliza, por ejemplo, las agresiones bajo sumisión química.