¿Qué plantea Podemos para reformar el ‘solo sí es sí’? Igualdad dice haber presentado siete propuestas y ninguna es pública
El contexto electoral empaña los debates dentro del Ejecutivo y marca la estrategia del socio minoritario
Siete. Ese es el número de propuestas de reforma de la parte penal de la ley del solo sí es sí que el Ministerio de Igualdad asegura que ha presentado a la parte socialista del Ejecutivo. Pública, sin embargo, no se ha hecho ninguna. El argumento siempre ha sido el mismo, lo han repetido hasta el último momento: “Preservar la negociación”. Ni cuando los socialistas informaron de su proposición de reforma, ni cuando la registraron en solitario el pasado 6 de febrero, ni el pasado viernes, cuando cristalizó la ruptura y se supo que irían adelante con los votos del PP. Porque “hasta el últ...
Siete. Ese es el número de propuestas de reforma de la parte penal de la ley del solo sí es sí que el Ministerio de Igualdad asegura que ha presentado a la parte socialista del Ejecutivo. Pública, sin embargo, no se ha hecho ninguna. El argumento siempre ha sido el mismo, lo han repetido hasta el último momento: “Preservar la negociación”. Ni cuando los socialistas informaron de su proposición de reforma, ni cuando la registraron en solitario el pasado 6 de febrero, ni el pasado viernes, cuando cristalizó la ruptura y se supo que irían adelante con los votos del PP. Porque “hasta el último minuto”, desde el área de Irene Montero esperaban que pudiera llegarse a un acuerdo con sus socios de Gobierno. No ha ocurrido, y la noche de este martes, la propuesta del PSOE fue tomada en consideración en el Pleno del Congreso con 231 votos a favor (PP, Ciudadanos y algunos aliados minoritarios), 56 en contra (UP, ERC y Bildu) y 58 abstenciones, entre ellas la de Vox.
La única propuesta de la que informaron y que explicaron fue la que no implicaba tocar la parte penal, pocos días después de que se conocieran las primeras rebajas de penas y excarcelaciones a reos de delitos sexuales —que superan ya las 700 y 70, respectivamente—. Era desarrollar las medidas para la protección de las víctimas. Entre ellas, dar competencias a la Fiscalía de sala sobre la mujer para los delitos de libertad sexual —ahora solo las tiene en la violencia que se da en la pareja o expareja—, o la especialización de los órganos judiciales, para que pueda haber juzgados específicos para delitos sexuales.
Del resto, solo se conoce que una de ellas tenía que ver con introducir la violencia y la intimidación como agravante en la norma, pero no como subtipo agravado (que es lo que recoge la propuesta socialista); “y algún retoque de las penas mínimas”, dijo a finales de enero la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género Victoria Rosell. Pero ninguna convenció nunca ni al Ministerio de Justicia ni al resto de la parte socialista. Y de algunas de ellas ni siquiera han recibido respuesta, según han afirmado en varias ocasiones tanto la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, como Pablo Echenique, el portavoz parlamentario.
El debate en la coalición se produce después de una legislatura en la que la bandera de la Igualdad, históricamente en manos de los socialistas, ha estado en disputa entre los socios. Ahora, además, en un contexto preelectoral. En el partido creen que tanto la insistencia socialista como la acusación de que las siete iniciativas presentadas eran prácticamente la misma buscaban únicamente “deslegitimar” e invalidar la propuesta de Igualdad.
En contraposición a la presión del PSOE (y la demanda periodística), la formación de Ione Belarra ha preferido centrar la ofensiva en el plano político, y dejar a un lado los aspectos técnicos. Tan solo un día después de que los socialistas registraran su iniciativa en solitario, las declaraciones de la ministra de Justicia, Pilar Llop, en la Cadena SER —al afirmar que en una agresión es “sencillo” probar si ha habido violencia o intimidación, porque basta “con una herida”—, dieron una baza a Igualdad, que vio una grieta en el argumentario del PSOE con el que atacar, e incluso hacer mucho daño, al socio mayoritario del Gobierno.
A menos de tres meses de las elecciones municipales y autonómicas y en un año también de generales, la estrategia política se vuelve central para Podemos. El partido enfrenta una cita compleja el 28 de mayo y su papel en el proyecto que lidera Yolanda Díaz para los comicios previstos en diciembre está aún por definir. En la negociación de Podemos con Sumar, una figura como la de Montero, número dos del partido, emerge como fundamental y, haciendo de la necesidad virtud, la formación ha decidido reforzar su imagen en toda esta crisis. Este martes, la titular de Igualdad era, junto a Belarra, la única ministra presente en la bancada del Gobierno durante el debate. “Es mi obligación”, justificó.
Con todo, y pese a que el grupo parlamentario ha votado unido en contra de la propuesta del PSOE (también la propia Díaz), distintas voces de Unidas Podemos discrepan de la estrategia de confrontación liderada por Igualdad y que tanto ha molestado al PSOE. En la misma semana en que la vicepresidenta segunda pedía silencio a todas las partes y “cuidar la coalición”, Belarra llamaba a los socialistas “fuerza conservadora”, sus múltiples portavoces se han referido reiteradamente a la proposición de ley presentada en solitario como “Código Penal de La Manada”, y el lunes incluso llegaron a tachar la votación de “traición al movimiento feminista”. Fuentes de UP admiten que el departamento de Montero ha sido “inflexible” y que sus responsables se han “enrocado” en sus posiciones, pero descartan convertir la crisis con el socio de Gobierno en la enésima batalla interna, lo que los debilitaría frente al PSOE y la derecha.
La polémica por el solo sí es sí ha llegado también en un momento complejo para el proyecto de Díaz, que aún no ha anunciado oficialmente su candidatura a las generales, pero que sí ha iniciado los contactos con Podemos y el resto de partidos para conformar una coalición electoral. El contexto de tensión con el PSOE e intenso debate público que lo opaca prácticamente todo ha dejado poco espacio en las últimas semanas para otro tipo de anuncios y la campaña de autonómicas y municipales marcará la agenda, por lo que los plazos se achican.
Pese a la crisis, el socio minoritario de la coalición no contempla una salida del Ejecutivo y justifica que el viraje del PSOE a la derecha hace más necesaria que nunca su permanencia en el Gobierno, aunque los socialistas han optado por invisibilizarlos (la propia Montero ha estado ausente de la rueda de prensa en La Moncloa para presentar la ley de paridad, cuya redacción tampoco es suya). En plena disputa con Díaz, a pocos meses de los comicios, nadie ve probable que el partido de Belarra vaya a prescindir del foco mediático que da el Gobierno y ellos mismos justifican que todavía queda agenda social pendiente.