Interior cesa al jefe de la Guardia Civil en Melilla tres meses después de su nombramiento
El ministerio argumenta que el coronel Torresano “no reúne las condiciones para el puesto” después de que criticara que no se investigaran las agresiones a los agentes en la tragedia de Melilla
El Boletín Oficial de la Guardia Civil ha publicado este martes la orden por la que se procede al traslado forzoso “por necesidades de servicio” del coronel Jesús Vicente Torresano Muñoz, hasta ahora máximo responsable del instituto armado en Melilla, a la Jefatura de Enseñanza, en Madrid. El movimiento supone en realidad la destitución del alto mando, que había sido nombrado para el puesto en la ciudad autónoma hace menos de tres meses. Aunque la decisión no aparece motivada en el boletín, fuentes del instituto armado aseguran que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha tomado ...
El Boletín Oficial de la Guardia Civil ha publicado este martes la orden por la que se procede al traslado forzoso “por necesidades de servicio” del coronel Jesús Vicente Torresano Muñoz, hasta ahora máximo responsable del instituto armado en Melilla, a la Jefatura de Enseñanza, en Madrid. El movimiento supone en realidad la destitución del alto mando, que había sido nombrado para el puesto en la ciudad autónoma hace menos de tres meses. Aunque la decisión no aparece motivada en el boletín, fuentes del instituto armado aseguran que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha tomado la decisión a petición de los superiores del propio mando y, en concreto, de los generales Félix Blázquez, jefe del Mando Operativo, y Juan Luis Pérez Martín, máximo responsable del Mando de Fronteras y Policía Marítima. Ambos enviaron a la directora general, María Gámez, un texto en el que recomendaban el cese de Torresano al considerar que en el poco tiempo que llevaba en el cargo había demostrado que “no reúne las condiciones profesionales y personales necesarias para ese puesto”.
Estas mismas fuentes aseguran que en estos tres meses se habían sucedido los incidentes internos, pero que la razón que ha terminado por precipitar el cese fue la decisión del coronel de enviar a la dirección general un escrito en el que lamentaba que la investigación abierta por la fiscal de sala de Extranjería, Beatriz Sánchez, por la tragedia de Melilla, en la que murieron al menos 23 migrantes, se cerrase sin la imputación por atentado contra la autoridad de algunos de los migrantes que agredieron aquel día a los 56 guardias civiles que resultaron heridos, uno de ellos de gravedad. En aquel escrito, la Fiscalía no apreció indicios de delito en la actuación de los agentes, pero sí abrió la puerta a que los guardias que durante el salto lanzaron “decenas” de piedras contra los que intentaban saltar la valla fueran investigados por Interior por si hubieran incurrido en una infracción disciplinaria. Finalmente, no se abrió ningún expediente, coinciden en señalar varias fuentes de la Guardia Civil.
Otras fuentes matizan que Torresano, en aquel escrito, pedía la elaboración de un protocolo de actuación y garantías jurídicas con instrucciones concretas para que los agentes pudieran actuar amparados legalmente contra los migrantes que les agreden en los saltos de la valla, y evitar así que sean devueltos en caliente al otro lado de la frontera y que estos delitos queden impunes. En la tragedia de Melilla, en la que resultaron heridos más de medio centenar de agentes, 470 inmigrantes fueron devueltos en caliente, pero no hubo detenidos. En sus dos comparecencias en el Congreso por aquellos sucesos, Grande-Marlaska hizo una defensa férrea de la actuación de los agentes, aunque el Defensor del Pueblo había criticado precisamente que algunos de ellos lanzasen piedras a los inmigrantes, en la misma línea que después hizo la Fiscalía.
El coronel Torresano accedió al cargo de jefe de la Comandancia de Melilla ―que es de libre designación―, el 18 de noviembre. Hasta entonces, estaba destinado, en comisión de servicio, en la Plana Mayor de la Zona de Madrid. En la ciudad autónoma reemplazó al también coronel Antonio Sierras, que había sido destinado como consejero de Interior en la Embajada de España en Israel poco después de gestionar los sucesos de junio en la frontera con Melilla. Tras la destitución de Torresano, su segundo en la comandancia, el teniente coronel Arturo Ortega, queda al mando hasta que se produzca el nombramiento de un nuevo coronel.
La destitución del coronel ha provocado reacciones en el seno del instituto armado y en el Congreso. La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) la ha calificado en una nota de prensa de “repentina y sorprendente”, y ha criticado que no se hayan dado explicaciones “sobre las causas” de la iniciativa. “La nefasta gestión que afecta a la Guardia Civil continúa de este modo y los agentes que trabajan en la frontera son quienes más lo sufren”, añade el comunicado, en el que piden a Grande-Marlaska que dimita. Por su parte, el grupo parlamentario del PP ha registrado una petición para que el ministro comparezca en la comisión de Interior para dar explicaciones por la destitución.
No es la primera vez que una decisión de Interior provoca malestar en el seno de la Guardia Civil. En agosto de 2018, al poco de asumir la cartera, Grande-Marlaska destituyó al coronel Manuel Sánchez Corbí como jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), tras la filtración a la prensa de un correo interno en el que criticaba la falta de fondos reservados. En mayo de 2020 hacía lo mismo con el entonces jefe de la Guardia Civil en Madrid, el también coronel Diego Pérez de los Cobos, por “pérdida de confianza” tras filtrarse a la prensa detalles de una investigación del cuerpo sobre la manifestación del Día de la Mujer en Madrid el 8 de marzo de 2020 y su supuesta relación con la propagación de la covid-19. La primera decisión ya ha sido avalada por el Tribunal Supremo, pero el alto tribunal aún debe pronunciarse sobre la segunda tras recurrir el alto mando la sentencia de la Audiencia Nacional que dio la razón a Interior.