Cándido Conde-Pumpido, elegido presidente del Tribunal Constitucional
“La Constitución no permite ni la secesión, ni la independencia ni la autodeterminación”, ha señalado el magistrado tras su elección. Inmaculada Montalbán será la vicepresidenta del órgano de garantías
El magistrado Cándido Conde-Pumpido ha sido elegido este miércoles presidente del Tribunal Constitucional e Inmaculada Montalbán, vicepresidenta. La votación de los magistrados se ha inclinado a favor del veterano magistrado y ex fiscal general por seis votos a favor, frente a cinco en contra, según fuentes judiciales. El tribunal de garantías tenía que eleg...
El magistrado Cándido Conde-Pumpido ha sido elegido este miércoles presidente del Tribunal Constitucional e Inmaculada Montalbán, vicepresidenta. La votación de los magistrados se ha inclinado a favor del veterano magistrado y ex fiscal general por seis votos a favor, frente a cinco en contra, según fuentes judiciales. El tribunal de garantías tenía que elegir a su nuevo presidente entre dos aspirantes del grupo progresista del tribunal, después de que hubieran fracasado todos los intentos de presentar una sola candidatura. Cándido Conde-Pumpido y María Luisa Balaguer competían para hacerse con la presidencia del órgano de garantías durante los próximos dos años y medio. Los cuatro magistrados del sector conservador han apoyado a María Luisa Balaguer, que, con el suyo, ha recogido cinco votos. Durante su primera intervención en el cargo para agradecer la confianza y los votos recibidos para ocupar la presidencia, Conde-Pumpido ha afirmado ante el pleno: “La Constitución no permite ni la secesión, ni la independencia, ni la autodeterminación”.
El voto de la magistrada María Luisa Segoviano se ha decantado finalmente a favor de la candidatura de Conde-Pumpido, lo que ha decidido la elección. Se ha llegado a este resultado tras intensas gestiones para tratar de mantener unido al grupo progresista del Constitucional, que está compuesto por siete magistrados. Sin embargo, finalmente hubo dos candidaturas, ante la posibilidad de que el voto de Segoviano, que no había anunciado públicamente, apoyase la opción de Balaguer, que se presentó con un programa en el que se ponía en primer plano la defensa del derecho a la igualdad y la perspectiva de género como elementos esenciales de su gestión si alcanzaba la presidencia. Este sesgo de la “campaña” vivida en el Constitucional ha influido en el acceso de la magistrada Inmaculada Montalbán al cargo de vicepresidenta del tribunal. Con esta designación, la mayoría progresista del órgano de garantías ha querido lanzar un nítido mensaje de que la nueva cúpula del Constitucional es muy sensible al derecho a la igualdad y a la consolidación de la perspectiva de género.
La composición de esta nueva cúpula, por otro lado, ha supuesto que el sector conservador del Constitucional no tenga presencia en los cargos más importantes del tribunal, al revés de lo que vino sucediendo en anteriores mandatos. También hay en ello un mensaje claro de la nueva mayoría progresista. Si hubiera existido una sola candidatura promovida por este grupo, el vicepresidente hubiera sido con toda probabilidad el magistrado del bloque conservador Ricardo Enríquez, quien ha actuado desde el lunes pasado como presidente provisional del órgano de garantías, por ser el de mayor edad.
Sin embargo, la decisión del grupo conservador de apoyar a Balaguer, consiguiendo con ello dividir al sector progresista, ha recibido una tajante respuesta. Para alcanzarla, ha sido decisiva la postura adoptada finalmente por María Luisa Segoviano, evitando separarse de su grupo natural, como magistrada identificada en sus sentencias con postulados progresistas.