Madrid, Comunidad Valenciana y Canarias, territorios clave para las alianzas de la izquierda en mayo

Podemos e IU protegen el diálogo para una coalición en las autonómicas y municipales de la tensión entre Iglesias y Díaz. Las negociaciones están hoy muy abiertas

La líder de Podemos, Ione Belarra; la 'número dos' del partido, Irene Montero; y el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, el pasado julio en el Congreso.CHEMA MOYA (EFE)

Las elecciones autonómicas y municipales de mayo pondrán de nuevo a prueba la unidad a la izquierda del PSOE, muy tocada tras los comicios andaluces y con el proyecto de la vicepresidenta Yolanda Díaz aún a medias. A seis meses de la cita con las urnas, los partidos del grupo se afanan en forjar candidaturas que eviten una debacle como la de junio y permitan llegar a noviembre de 2023 con la organización intacta. En un contexto...

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Las elecciones autonómicas y municipales de mayo pondrán de nuevo a prueba la unidad a la izquierda del PSOE, muy tocada tras los comicios andaluces y con el proyecto de la vicepresidenta Yolanda Díaz aún a medias. A seis meses de la cita con las urnas, los partidos del grupo se afanan en forjar candidaturas que eviten una debacle como la de junio y permitan llegar a noviembre de 2023 con la organización intacta. En un contexto de fuertes tensiones en Unidas Podemos (UP), las negociaciones se antojan clave en comunidades como Madrid, Comunidad Valenciana y Canarias, que incluyen a otros actores en la ecuación, en algunos casos predominantes, como Más Madrid y Compromís. El escenario está aún hoy muy abierto y el papel de Díaz, aún por decidir, es una de las principales incógnitas.

Desde la vuelta del verano, las conversaciones entre las dos principales organizaciones de UP no han avanzado demasiado. Podemos acaba de celebrar sus primarias e IU está haciendo ya lo propio allí donde se presenta más de una candidatura. Ambos partidos trasladan la intención de llegar a acuerdos y prefieren resguardar este proceso de las últimas declaraciones de Pablo Iglesias en las que el exvicepresidente pidió a Díaz “respeto”, la urgió a sentarse a negociar con los partidos y lanzó reproches a IU. Pero el clima es de desconfianza y el ruido no ayuda.

El partido del ministro Alberto Garzón se ha dado de plazo hasta finales de enero para lograr un acuerdo con la formación de Ione Belarra. La consigna en los dos lados es clara. Nadie quiere repetir un escenario como el andaluz, donde las negociaciones se apuraron tanto que Podemos y el ecologista Alianza Verde acabaron fuera del registro de la marca. La polémica lastró a la confluencia, que obtuvo tan solo cinco diputados, frente a los 17 de cuatro años antes.

“Lo que no puede ser es que cada negociación sea un todos contra uno”, advierte ahora una fuente de Podemos. El partido, que reivindica su papel de liderazgo, asegura tener voluntad de cerrar pactos para ir en coalición, pero reclama que estos sean “justos” y no se intente obtener en los despachos la representación que no se logró en las urnas. IU, mientras, hace valer su implantación territorial y alcaldías emblemáticas como Zamora o Rivas-Vaciamadrid.

Podemos, que en 2019 se quedó fuera de los parlamentos de Cantabria y Castilla-La Mancha, se juega ahora revalidar su presencia en los ejecutivos de coalición de seis comunidades: Navarra, La Rioja, Aragón, Comunidad Valenciana, Baleares y Canarias. Pero la batalla va más allá y adquiere gran relevancia en territorios como Madrid, cuna del partido. En esta comunidad, Más Madrid, principal fuerza de la oposición con Mónica García como portavoz en la Asamblea, ya ha rechazado diluirse en otra marca y fuentes de Podemos, que postula a Alejandra Jacinto, descartan también un pacto. El riesgo de quedarse sin representación existe. Izquierda Unida, por su parte y pese a ser consciente de las dificultades, no cierra ninguna puerta y reitera su máxima de sentarse a hablar con “todas las fuerzas progresistas”.

En la Comunidad Valenciana, otro territorio complejo, el cierre de alianzas está aún muy lejos, ya que Compromís tiene de plazo hasta enero para celebrar sus primarias. De momento, y a pesar de las polémicas estatales, las previsiones apuntan a que Esquerra Unida y Podem repetirán acuerdo para concurrir juntos a las autonómicas. Ambos partidos estarían dispuestos también a sentarse con Compromís —su diputado en el Congreso Joan Baldoví se ha postulado como candidato—, para debatir un posible pacto a tres, pero esta formación se resiste a compartir papeleta. Yolanda Díaz apoyó en un primer momento al diputado en el Congreso y obvió al candidato de Podemos, Héctor Illueca, aunque luego matizó su respaldo.

La última brecha se ha abierto en Canarias, donde la aparición de Proyecto Drago, el movimiento abanderado por el ex número tres de Podemos, Alberto Rodríguez, muy popular en las islas, complica aún más el escenario para su antiguo partido, golpeado en el último año por varias escisiones. Con el proyecto recién lanzado, todavía es pronto para esbozar alianzas y los partidos negocian en una mesa con varios actores, pero la coalición de Rodríguez —también antiguo militante de IU— con Podemos semeja a priori compleja.

La situación varía de un territorio a otro. Las formaciones irán juntas por primera vez en Navarra y repetirán en La Rioja. La confluencia se da por descontada en Baleares (comunidad en la que no competirá el juez y actual vicepresidente Juan Pedro Yllanes) o Extremadura, pero parece difícil en otras autonomías donde históricamente se han presentado por separado, como Aragón o Asturias.

Con información de María Fabra y Lourdes Lucio.

El mapa dispar de las municipales

En Cataluña, la adhesión en las municipales en torno a los comunes de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, está asegurada. Las heridas, sin embargo, siguen aún muy abiertas en Andalucía y las organizaciones trabajan por ahora en paralelo. Aunque en el caso de IU serán las asambleas locales las que tengan la última palabra, su coordinador autonómico, Toni Valero, aboga por candidaturas “amplias y plurales” que incluyan a partidos e independientes. Mientras las conversaciones se desarrollan sin sobresaltos en Euskadi, el escenario gallego es más complejo. Después de que en 2015 las mareas llegaran al Gobierno de A Coruña, Santiago y Ferrol, los comicios de 2019 supusieron un fuerte retroceso. Podemos quiere buscar la confluencia con Esquerda Unida y lo que queda de las mareas, pero la alianza con Anova, de corte nacionalista, se complica. La situación es difícil en el caso de A Coruña, donde la Marea Atlántica tiene una hoja de ruta propia.


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