Sánchez y Díaz, condenados a entenderse
El presidente y la vicepresidenta segunda dan por zanjadas las diferencias tras su encuentro del lunes. Ambos se necesitan para impedir que Feijóo llegue a La Moncloa
Tras el debate del Estado de la nación, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se reunieron este lunes para analizar el estado de la coalición de Gobierno. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo había solicitado tres semanas antes la convocatoria de la comisión de seguimiento del pacto entre el PSOE y Unidas Podemos, molesta por no haber sido informada del compromiso de aumento de gasto militar que anunció el presidente tras la cumbre de...
Tras el debate del Estado de la nación, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se reunieron este lunes para analizar el estado de la coalición de Gobierno. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo había solicitado tres semanas antes la convocatoria de la comisión de seguimiento del pacto entre el PSOE y Unidas Podemos, molesta por no haber sido informada del compromiso de aumento de gasto militar que anunció el presidente tras la cumbre de la OTAN en Madrid. Finalmente, se produjo ese encuentro bilateral, “largo”, “muy cordial” y fructífero”, según fuentes de ambas partes, y no habrá reunión formal de la comisión de seguimiento. Los recientes cambios en el PSOE, con la renuncia de Adriana Lastra como vicesecretaria general y el cambio de portavoz, que Podemos no conocía con anterioridad, influyeron en el retraso de la cita, así como los viajes de Sánchez a los Balcanes y de Díaz a EEUU. Fuentes de la parte socialista del Gobierno y del entorno de la vicepresidenta aseguran que la coalición atraviesa “un buen momento” y que se mantendrá hasta el final, es decir, hasta diciembre de 2023, cuando se celebren las elecciones generales.
El politólogo José Pablo Ferrándiz, director de Estudios Políticos de IPSOS España, explica por qué les conviene que sea así. El voto conservador parece volver a aglutinarse en torno al PP: “Su crecimiento en estos meses se debe, sobre todo, a la disolución de Ciudadanos, y la llegada de Alberto Núñez Feijóo sirvió para que algunos votantes que se habían ido a Vox volvieran a la casa matriz, aunque ese efecto Feijóo puede desinflarse de aquí a las elecciones. Pero el crecimiento del PP a base del empequeñecimiento de Vox también puede alejar a la derecha de La Moncloa y hoy por hoy, sin coalición, no hay gobierno de izquierdas. Se necesitan y tienen que jugar bien sus cartas. El PSOE tiene que conseguir que sus votantes de toda la vida no se queden en casa y no confrontar en exceso con el espacio a su izquierda”. En este sentido, añade el politólogo, “no es un problema que algunos votantes socialistas se vayan a la posible candidatura de Yolanda Díaz porque el crecimiento de Sumar, unido a un posible desgaste de la formación de Santiago Abascal en favor del PP, puede provocar que los últimos escaños de algunas circunscripciones pasen a mano de la izquierda y eso, para repetir gobierno de coalición, es determinante”.
“Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se llevan muy bien”, aseguran fuentes del Gobierno y del PSOE. “La relación es muy buena. Hablan prácticamente a diario”, añaden desde la vicepresidencia. Además, están condenados a entenderse. Ese escenario en el que pueden hacerse con los últimos escaños en algunas circunscripciones depende, en gran medida, explica Ferrándiz, de que “el espacio a la izquierda del PSOE sea capaz de ir unido porque la fragmentación partidista puede perjudicarle en las provincias pequeñas y medianas, que son la mayoría”.
En cuanto a las elecciones autonómicas y municipales del próximo mayo, la plataforma de Yolanda Díaz no se va a presentar. “Sumar”, explican fuentes de la vicepresidencia, “no es una marca electoral, un partido político, sino un movimiento ciudadano pensado en clave estatal para hacer un proyecto de país. El proceso de escucha de la ciudadanía terminará a comienzos del próximo año, no hay margen temporal y ya comentamos desde el principio que no se participaría en esos comicios”, añaden.
Fuentes del Gobierno y del PSOE admiten cierta preocupación por cómo pueda afectar esa ausencia en las autonómicas y municipales, ya que en algunos territorios necesitan sumar con otras formaciones para poder gobernar y, como explica Ferrándiz, la marca Podemos está desgastada. “En esos comicios, cada sitio es un mundo, pero es clave saber qué va a hacer Díaz aunque no se presente, es decir, qué relación de asociación o competición va a establecer, por ejemplo, si va a apoyar las candidaturas del cambio al margen de Podemos e IU. Andalucía puede servir de ejemplo: a pesar de que el PSOE no se ha recuperado electoralmente, e incluso ha perdido apoyos, el espacio a su izquierda no ha capitalizado ese desánimo”.
La marca Podemos “tiene por sí sola, poca capacidad de crecimiento y poca capacidad para ilusionar y sumar apoyos”, añade Ferrándiz. “Yolanda Díaz, por el contrario, sí tiene esa capacidad para hacer crecer el espacio a la izquierda del PSOE, aunque sea con votantes procedentes del partido de Sánchez. Ella no provoca el rechazo que sí provocaba Iglesias en una parte del electorado socialista y eso ayuda a que no sea necesaria una confrontación directa entre el PSOE y Sumar”.
Iglesias, que señaló a Díaz como sucesora al anunciar que se retiraba de la política, no está ayudando a consolidar el proyecto de la vicepresidenta, según fuentes del Gobierno. “En momentos de dificultad e incertidumbre”, afirman desde el área socialista del Ejecutivo, “el ruido nunca es bueno. Y ese ruido afecta especialmente al votante progresista, más sensible, más inclinado a desmovilizarse que el conservador, que a veces aguanta carros y carretas. Cuando una persona ha tenido responsabilidades institucionales debe echar mano de la prudencia y el silencio. Se respetó, lógicamente, su decisión de marcharse de la política, y de la misma manera, debería respetar a quienes continúan en ella”.
Fuentes de la vicepresidencia de Díaz admiten que “es evidente, no solo por lo que dicen las encuestas, sino por lo que se siente en la calle, que hay una desmovilización generalizada después de años tan duros, una pandemia, la erupción de un volcán y ante la incertidumbre de las consecuencias económicas de la guerra” y se niegan a entrar en lo que llaman “politiqueo”. “Hay mucho trabajo por delante y nuestro objetivo es dar esperanza a la ciudadanía con una política útil porque también hay un nuevo país que avanza con un protagonismo indiscutible de las mujeres y los jóvenes”, añaden.
En su encuentro del lunes, Sánchez y Díaz hicieron balance de lo aprobado hasta la fecha y de los retos para los siguientes meses. Relatan desde el entorno de la vicepresidenta: “Hablaron de cómo estaban funcionando las medidas tomadas hasta ahora para afrontar la crisis, de las negociaciones con Europa y sus fondos, y lo que queda pendiente, fundamentalmente, empezar a trabajar en los Presupuestos Generales del Estado” . Y añaden fuentes del área socialista del Gobierno: “El presidente nos contó que la reunión fue muy constructiva, que se abordaron las medidas anunciadas durante el debate del estado de la nación y el inicio del nuevo curso político”. En cuanto a las diferencias por la ley de secretos oficiales, estas fuentes se muestran convencidas de que “habrá entendimiento” y subrayan que el PSOE está “dispuesto a escuchar en el Congreso las aportaciones de otros grupos para perfeccionar el proyecto, incluidas las de Podemos”. El compromiso del aumento en el gasto militar, añaden, “se consolidará en los Presupuestos porque es una medida adoptada dentro del marco europeo para prepararnos mejor ante lo que pueda suceder”.
En el Ejecutivo reconocen que pensaron que habría más problemas en la coalición de los que finalmente se han encontrado. Y que al principio “todos estaban más sensibles, porque era la primera vez y se exageraron algunas diferencias”. Fuentes de Unidas Podemos destacan que las dificultades “han venido más por el contexto nacional e internacional que por la relación entre partidos”. Y ambas partes recuerdan que su coalición ha aguantado “mientras que los gobiernos conservadores autonómicos han adelantado elecciones”, en alusión a Castilla y León, la Comunidad de Madrid y Andalucía. Los recientes comicios en esta última comunidad autónoma señalan el camino que la izquierda debe evitar si quiere recuperarse electoralmente en un momento dulce demoscópicamente para el PP, es decir, la ruta de la división.
Cuando se acerque la cita con las urnas, ambas partes tengan que subrayar un perfil propio dentro del Ejecutivo. “Son las reglas del juego, cada uno hará su campaña”, afirman en el ala socialista de La Moncloa, “pero eso no impedirá que sigamos trabajando juntos y haciendo pedagogía para demostrar a la gente los distintos caminos para salir de una crisis: el de la derecha en 2008 y el de la izquierda progresista, protegiendo a las clases trabajadoras”. Lo importante, coinciden fuentes de la vicepresidencia segunda, “es consolidar una larga etapa progresista en nuestro país”.