Suiza archiva el expediente contra el gestor de la fortuna del rey emérito

La investigación concluye sin sanción económica al abogado Dante Canonica, el director de la fundación en la que Juan Carlos I ocultó 65 millones

El Rey emérito Juan Carlos I sale en el Bribón del puerto deportivo de Sanxenxo, el pasado mes de junio. Foto: SAMUEL SÁNCHEZ | Vídeo: EPV

Los abogados suizos han archivado el expediente penal-administrativo abierto a Dante Canonica, el director de la fundación panameña Lucum a cuyo nombre se abrió la cuenta de Juan Carlos I en la banca ginebrina Mirabaud & Cie en la que el entonces jefe del Estado recibió 64,5 millones de euros del Gobierno de Arabia Saudí. El expediente ha concluido sin condena ni sanción económica al letrado que creó y dirigió duran...

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Los abogados suizos han archivado el expediente penal-administrativo abierto a Dante Canonica, el director de la fundación panameña Lucum a cuyo nombre se abrió la cuenta de Juan Carlos I en la banca ginebrina Mirabaud & Cie en la que el entonces jefe del Estado recibió 64,5 millones de euros del Gobierno de Arabia Saudí. El expediente ha concluido sin condena ni sanción económica al letrado que creó y dirigió durante años la estructura opaca que sirvió para ocultar la fortuna del rey emérito, según señalaron a EL PAÍS, fuentes cercanas a la investigación.

Pese a que Yves Bertossa, el fiscal suizo que investigó el caso destacó el reiterado ánimo de ocultación de Canonica y del resto de los implicados en la apertura de la cuenta, la creación de la fundación panameña y en el movimiento de los 64,5 millones, la comisión de abogados que abrió el expediente ha decidido su archivo. Estas pesquisas intentaban determinar si se incumplieron las normas que se exigen a los abogados que actúan de intermediarios financieros.

La investigación sobre la actuación de Canonica en la gestión de los 64,5 millones donados por el Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí la adoptó la Organización de Autoregulación de la Federación Suiza de Abogados (OAR-FSA). Este organismo agrupa a más de 11.000 profesionales suizos y asume las funciones previstas por la ley en materia de lucha contra el blanqueo de capitales. Sus indagaciones las supervisa la FINMA, autoridad federal que regula y supervisa el mercado financiero de Suiza (entidad similar a la CNMV en España).­­­­­­­­­­ Los expedientes concluyen, en ocasiones, en sanciones económicas y causan un daño en la imagen de los despachos afectados. Son abogados adscritos a la OAR los que examinan a sus compañeros y determinan si se han cumplido los criterios establecidos.

Actuación poco ejemplar

La actuación de Canonica no fue ejemplar pese al archivo del expediente, según reconocen medios judiciales ginebrinos. La Fiscalía de Suiza acreditó que ni Canonica ni Arturo Fasana, gestor externo de la cuenta donde se ocultaron los 64,5 millones, viajaron a Arabia Saudí para comprobar por qué el Ministerio de Finanzas de ese país envió, el 8 de agosto de 2008, a nombre de la cuenta de Lucum los 64,5 millones a Juan Carlos I. El director de Lucum afirmó a Bertossa que confió en la palabra Fasana cuando este le comunicó que el dinero era un “pure gift” (puro regalo) del rey Abdalá Bin Abdelaziz a su “hermano”, sin hacer comprobación alguna. Tampoco habló con Al Jubeir, el embajador de Arabia Saudí en Washington, que supuestamente comunicó a Fasana el “regalo”que iba a recibir Juan Carlos I. Canonica no informó de la operación a las instituciones que persiguen en Suiza el blanqueo de capitales. El director de Lucum sabía, además, que el dinero no se había declarado a la Hacienda española.

Dante Canonica permaneció imputado durante tres años por el fiscal Bertossa por un presunto delito agravado de blanqueo de capitales que se archivó el pasado mes de diciembre. El representante del ministerio público reprochó al letrado su actuación como director de la fundación Lucum. En su auto de archivo destacó numerosas pruebas que demuestran el “ánimo de ocultación” de Canónica, de Fasana y de Corinna Larsen, la expareja de Juan Carlos I a la que transfirió el dinero a una cuenta en Nassau (Bahamas). “El uso de una fundación (Lucum) y de empresas domiciliadas por parte de los distintos protagonistas demostraban una voluntad de ocultación”, resaltó Bertossa en su auto.

Yves Bertossa hablaba por teléfono en un banco de Ginebra (Suiza), en una imagen de archivo.Harold Cunningham (Getty Images)

El abogado suizo, además de constituir la pantalla panameña de Lucum, informaba al ex jefe del Estado sobre sus inversiones y liquidez, y estuvo al tanto de la donación de los 65 millones que el rey emérito hizo a Larsen, en junio de 2012, poco después de estallar el escándalo de la cacería de elefantes en Botsuana. Según su declaración, fue Juan Carlos I quien le pidió durante una reunión en el palacio de La Zarzuela que creara una estructura para recibir “una donación” de Arabia Saudí.

El letrado es especialista en derecho financiero, societario y administración de fortunas. Él mismo creó casi todas las sociedades instrumentales, al menos 12, en paraísos fiscales que empleó la consultora alemana para adquirir propiedades millonarias.

Misterio sin resolver

La OAR estableció que los letrados y notarios independientes de Suiza que trabajen en la intermediación financiera están sujetos a un reglamento interno de actuación aprobado por esta institución. Cada despacho establece su nivel de riesgo y sus exigencias en función de los perfiles de los clientes. Así, son criterios determinantes si la persona es o no un PEP (Persona Políticamente Expuesta), las cantidades que se van a administrar o el puesto que ocupa el país del cliente en la lista de corrupción en el mundo. Son abogados adscritos a la OAR los que examinan a sus compañeros y determinan si se han cumplido los criterios establecidos.

Un misterio sin resolver sobre la actuación de Canonica es por qué antes del cierre de la cuenta de Juan Carlos I se transfirieron 3,5 millones a una cuenta a nombre de la sociedad Dolphin de Canonica en el banco suizo Pictet & Cie en Nassau (Bahamas), el mismo paraíso fiscal donde se ocultaron los 65 millones que el rey emérito envió a Larsen. “He regularizado mi situación ante la Hacienda de Ginebra”, explicó el letrado cuando le interrogó Bertossa sobre ese ingreso que, según él, le autorizó el entonces jefe del Estado.

Tanto Canónica como Fasana, al que asesoraba el primero en su empresa de gestión de patrimonios Rhone Gestion, cobraban sus honorarios de la cuenta de Lucum. El primero por gestionar la fundación y el segundo por administrar los activos. Canonica, que acaba de retirarse y ha delegado la gestión de su despacho en uno de sus hijos, no ha respondido a las preguntas remitidas por este periódico sobre este asunto.

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