Los jóvenes radicales de Ernai juegan a derribar cruces “franquistas” en montes vascos
Las juventudes de Sortu asumen la autoría de varios ataques contra símbolos de la dictadura, pero optan por no presentarse en el juzgado para justificar sus acciones
La cruz del monte Buruntza (441 metros, en Andoain, Gipuzkoa), una mole de cemento de 10 metros de altura, ha dejado de ser visible en su cima y permanece muy dañada en el suelo. Fue demolida el pasado 18 de diciembre por miembros de Ernai, las juventudes de Sortu, en una acción que ejecutaron con nocturnidad y alevosía y de la que se vanaglorian por considerarla un triunfo contra “los elogios del franquismo”. Los autores del derribo son reincidentes y sacan pecho en sus cuentas sociales cada vez que consiguen tumbar uno de estos símbolos, pero en cambio no quieren defender y justificar sus at...
La cruz del monte Buruntza (441 metros, en Andoain, Gipuzkoa), una mole de cemento de 10 metros de altura, ha dejado de ser visible en su cima y permanece muy dañada en el suelo. Fue demolida el pasado 18 de diciembre por miembros de Ernai, las juventudes de Sortu, en una acción que ejecutaron con nocturnidad y alevosía y de la que se vanaglorian por considerarla un triunfo contra “los elogios del franquismo”. Los autores del derribo son reincidentes y sacan pecho en sus cuentas sociales cada vez que consiguen tumbar uno de estos símbolos, pero en cambio no quieren defender y justificar sus ataques ante los tribunales. El representante legal de Ernai no se ha presentado esta semana ante un juzgado de Tolosa que lo había citado para declarar como querellado por abatir la cruz del Buruntza.
No cabe ninguna duda de cómo y quiénes provocaron el derrumbe de esta cruz erigida en 1939. Ernai asumió la autoría y se encargó de publicitarla a los cuatro vientos. En el vídeo que difundieron se aprecia a unos jóvenes que emplean una máquina rotaflex, martillos neumáticos y palancas para seccionar la base y conseguir echar abajo el monumento. En la grabación, los jóvenes de la izquierda abertzale dejan el siguiente mensaje en euskera: “Hoy hemos derribado la cruz franquista de Buruntza, levantada en 1939. En el camino de la libertad de este pueblo, los jóvenes no aceptaremos los elogios del fascismo”.
Este sabotaje no es un caso aislado. Ernai ha reivindicado al menos otros tres con la misma factura en Bizkaia. En enero de 2019 tiraron la cruz de Ondarroa, construida en 1959 en recuerdo de los marineros de este municipio vizcaíno, que murieron durante la Guerra Civil a bordo del crucero Baleares, del bando franquista. El año pasado, un día antes del día de la Hispanidad, hicieron lo mismo con la cruz de Peña Lemoa y lo reivindicaron así: “¡Rompe con el fascismo español! Como hicimos con la cruz franquista de Lemoa, también derribaremos el Régimen del 78″. Y el pasado 22 de marzo arrojaron al agua la cruz del cabo Quilates, en la zona portuaria de Barakaldo, que recordaba a las personas que murieron en el buque-prisión tras el asalto de los milicianos en 1936. Hay más cruces taladas, como la de Ganalto, en la sierra alavesa de Badaia, que unos desconocidos derrumbaron el pasado 27 de junio y que vecinos de Zuia repusieron pocos días después. También constan ataques en Llodio (Álava) o Erandio (Bizkaia).
La Fundación Española de Abogados Cristianos ha interpuesto sendas querellas contra Ernai por aquellos derribos de cruces que se ha atribuido. Esta entidad ha tenido que depositar una fianza de 4.500 euros para actuar legalmente contra las juventudes de Sortu por cometer presuntamente un delito contra el patrimonio histórico y otro de provocación a la discriminación y al odio. La abogada Polonia Castellanos asegura en su denuncia que las cruces derribadas, pese a ser construidas durante la dictadura de Franco “no presentaban ningún símbolo franquista” y “se trataba simplemente de símbolos religiosos cristianos”. “Al promover el derribo de cruces se transmite a toda la población el mensaje de que nunca debieron erigirse y que todos los símbolos cristianos deben ser retirados del espacio público”, añade.
Castellanos hace constar en la querella que una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia se opuso en 2015 al derribo de la “cruz de los caídos” del monte do Castro de Vigo porque no se puede compartir que “una vez desaparecida toda la simbología fascista [de la cruz], esta siga teniendo ese componente de exaltación inicial, habiendo desaparecido su carga política”, reza el fallo judicial. Podría ser un caso aplicable, por ejemplo, al ataque contra la cruz del Buruntza, dado que en su origen tenía una placa conmemorativa que ya fue retirada y en la que podía leerse: “Cruzados de la fe y la patria, a vuestra santa memoria consagra el pueblo de Andoain esperanza de nuestra redención 1936-1939″.
Simbología franquista
La cruz del Buruntza que ahora está tumbada en la cima está incluida en el Catálogo de símbolos y monumentos públicos existentes en Euskadi que supongan una exaltación de la Guerra Civil y de la Dictadura (2011), una investigación que ha servido de base para la retirada de la simbología franquista existente en Euskadi. Un informe de 2019 elaborado por el Instituto Gogora, dependiente del Gobierno vasco, concluye que desde 2016 han sido eliminados 1.523 elementos relacionados con el citado régimen en esta comunidad autónoma. La mayoría corresponden a placas colocadas en viviendas, escudos oficiales, monumentos dedicados al bando sublevado u otros elementos de exaltación de aquel periodo.
En el citado informe se indica que las cruces de Barakaldo, Erandio y Lemoa, derribadas de forma vandálica con posterioridad a publicarse el citado estudio de Gogora, se encontraban “en proceso de resignificación” para darles un contenido político distinto al que tenían en su origen. Aún quedan en pie las cruces “franquistas”, según el mismo informe oficial, del monte Belkoain (Aduna) y del Morkaiko (Elgoibar), ambas en Gipuzkoa.
Ernai se ha erigido en el ejecutor del plan de eliminación de vestigios franquistas en Euskadi. De su campaña contra estos recuerdos fascistas deberá dar explicaciones ante la justicia. En la primera oportunidad que han tenido para explicar sus motivaciones ante el juez han decidido no presentarse. “Son muy valientes para tirar cruces arropados por la manada, pero en realidad son unos cobardes”, afirma la abogada Castellanos. Además de responder de estos actos ante el juzgado de Tolosa, el responsable de las juventudes de Sortu está citado el próximo 7 de noviembre en un juzgado de Barakaldo para declarar por la destrucción de la cruz de Cabo Quilates.