Yolanda Díaz pone en marcha Sumar tras una semana de elevada tensión política en la coalición
La vicepresidenta presenta este viernes su proyecto político sin la presencia de los ministros de Unidas Podemos pero con representantes de partidos, sindicatos y asociaciones
Tras varios meses de incertidumbre y demoras, Yolanda Díaz empieza a conformar este viernes su nuevo proyecto político. En una semana de elevada tensión dentro del Gobierno, la vicepresidenta segunda arranca, bajo la marca Sumar y en el centro cultural Matadero de Madrid, el llamado “proceso de escucha”, una serie...
Tras varios meses de incertidumbre y demoras, Yolanda Díaz empieza a conformar este viernes su nuevo proyecto político. En una semana de elevada tensión dentro del Gobierno, la vicepresidenta segunda arranca, bajo la marca Sumar y en el centro cultural Matadero de Madrid, el llamado “proceso de escucha”, una serie de encuentros con la sociedad que la llevarán a recorrer toda España y servirán de base, previsiblemente, a su futura plataforma electoral. Salvo sorpresas, lo hará sin la presencia de los ministros de Unidas Podemos. “El protagonismo es de los ciudadanos”, repitió Díaz este miércoles en un acto celebrado en Roma. Sí habrá representantes de los partidos, pero no sus principales dirigentes, a excepción del secretario general del PCE, Enrique Santiago, que ha confirmado su asistencia junto a la portavoz de IU, Sira Rego, y otros cargos autonómicos de la formación de Alberto Garzón.
Díaz ha guardado hasta ahora con celo todos los detalles del acto inaugural de Sumar, que contará con rostros conocidos de distintos ámbitos, como el pianista James Rhodes o el guionista y director Luis Endera, tal y como han desvelado ellos mismos. Los sindicatos, al igual que las fuerzas políticas, estarán representados, pero no por sus primeros espadas. Diputados de Podemos como Txema Guijarro y Antón Gómez Reino, además del politólogo Juan Carlos Monedero, cofundador del partido, acudirán a la cita. “Nos ha pedido explícitamente que no vayamos y lo que haremos es respetar sus decisiones”, reiteró este jueves la ministra de Igualdad, Irene Montero, en alusión a Díaz, que un día antes matizó que “no era verdad” que no quisiese allí a los partidos. Fuentes de la plataforma, no obstante, explican que la idea es que los políticos que asistan al encuentro lo hagan a título individual.
Habrá una intervención inicial de la titular de Trabajo y después hablarán representantes de la cultura, la sanidad, la educación, trabajadoras del hogar y empleados de las plataformas. Algunos participarán a través de un vídeo y en el encuentro, que coincide con la celebración el Orgullo, se hablará también de los derechos del colectivo LGTBI.
Pese al cruce de declaraciones, la negociación del decreto de medidas contra la crisis —aprobado hace casi dos semanas— y la última polémica dentro de la coalición sobre el aumento del gasto en defensa han provocado la unidad dentro del espacio de Unidas Podemos. Díaz llega a la presentación de Sumar después de haberse desmarcado estos días, con mayor contundencia que en otras ocasiones, de su socio de Gobierno. Tras la tregua por la cumbre de la OTAN, celebrada la semana pasada en la capital y en la que el presidente Pedro Sánchez se comprometió a incrementar el gasto en defensa y la presencia militar de EE UU en España, las discrepancias entre PSOE y UP han vuelto al primer plano. En un asunto tan sensible para la izquierda y en plena crisis económica derivada de la elevada inflación (10,2% en junio), Díaz ha querido remarcar su perfil propio. La vicepresidenta anunció el martes, tras la reunión del Gabinete, la convocatoria de una reunión de la comisión de seguimiento de la coalición, el órgano que vela por el cumplimiento del pacto entre los dos partidos.
“Mañana va a ser un día de alegría, de fiesta. Después del acto podremos estar juntas (...), cuento con vosotras”, ha invitado Díaz en un tono mucho más relajado que el de los últimos días a través de un vídeo difundido este jueves en redes. La presentación de Sumar busca ser un punto de inflexión para la izquierda y representa el momento en el que muchos esperan que la vicepresidenta se ponga ya “el traje de líder” pensando en las elecciones de 2023.