El Gobierno mira estupefacto cómo la crisis del PP le deja libre el centro

Los primeros estudios demoscópicos ya dan al PSOE como gran beneficiado con Vox

Madrid -
Pedro Sánchez responde a Pablo Casado (fuera de la imagen) en la sesión de control a Gobierno en el Congreso, el pasado 16 de febrero.Luis Sevillano

Si pudiera, el Gobierno desaparecería durante varios días para dejar todo el espacio libre a la crisis del PP. La sensación que se respira entre los ministros y en La Moncloa la resumen dos momentos. Por un lado, la portavoz, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa del viernes: “Que el PP no nos meta en su lío”. Y por otro, el presidente, ...

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Si pudiera, el Gobierno desaparecería durante varios días para dejar todo el espacio libre a la crisis del PP. La sensación que se respira entre los ministros y en La Moncloa la resumen dos momentos. Por un lado, la portavoz, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa del viernes: “Que el PP no nos meta en su lío”. Y por otro, el presidente, Pedro Sánchez, en Bruselas, cuando no pudo evitar una sonrisa al ser preguntado por la crisis del PP y un posible adelanto electoral para aprovecharse. Esta última opción está totalmente descartada.

El Gobierno mira la crisis del PP como un espectador estupefacto que ve cómo el principal partido de la oposición se hace un harakiri en público y le deja un espacio enorme en el centro. Mientras el Ejecutivo prepara el Consejo de Ministros que el martes subirá el salario mínimo a 1.000 euros, por ejemplo, y Sánchez ha cerrado la semana en Bruselas entre los principales líderes europeos con una agenda internacional pendiente de Ucrania, los populares se desangran en una guerra interna tirándose a la cara casos de corrupción, un mal endémico que fue, y nadie lo olvida en La Moncloa, el que precisamente llevó a Pedro Sánchez a ganarle una moción de censura a Mariano Rajoy y convertirse en presidente.

Este oxígeno inesperado para el Gobierno le llega además en un momento sensible, cuando las elecciones de Castilla y León habían demostrado una debilidad electoral importante de la coalición, en especial de Unidas Podemos. Mientras algunos ministros se inquietaban por la caída del PSOE pero sobre todo del socio minoritario, llegó el bombazo en el PP que debilita no solo el liderazgo de Pablo Casado sino también la proyección de Isabel Díaz Ayuso, que en Madrid le complicó muchísimo la vida al PSOE en 2021. ¿Cómo irá ahora Casado el próximo miércoles a la sesión de control a criticar a Sánchez?, se preguntan en La Moncloa.

La inquietud en el Gobierno viene por la posibilidad de que esta crisis del PP refuerce aún más a la ultraderecha de Vox. Sin embargo, los primeros análisis concluyen que el mayor beneficiado sería el PSOE. Narciso Michavila, presidente de GAD3 y persona muy influyente en el PP, señala que precisamente estos días su equipo está haciendo un trabajo de campo para una encuesta que publicará el lunes NIUS/Mediaset y han notado un cambio radical a partir del jueves, cuando estalló públicamente la crisis con acusaciones cruzadas entre Ayuso y Casado. “Desde el jueves vivimos como si se hubiera roto una presa. Es un terremoto. Ahora habrá que ver a qué cauce se dirige todo esa agua. El más beneficiado directo es Vox pero políticamente también el PSOE, por dos motivos. Primero, porque la caída del PP le ayuda directamente a consolidar su posición y, segundo, porque siempre hay mucho más voto en el centro”. El PSOE lleva meses recuperando espacio frente al PP en las encuestas, y esta crisis consolidará sin duda esa tendencia y lo colocará como claro primer partido.

Michavila explica que, aunque aún queda mucho para las elecciones y no se pueden hacer previsiones de qué pasará, se puede vivir fácilmente un escenario similar al de 2016, pero a la inversa. Entonces, cuando se veía que el sorpasso de Podemos al PSOE era posible —estuvo muy cerca, aunque nunca llegó a conseguirlo—, eso hizo que mucho voto moderado se concentrara en el PP, y Mariano Rajoy tuvo un resultado muy superior al que le daban las encuestas, lo que le permitió mantenerse en La Moncloa hasta la moción de censura de 2018. Ahora podría pasar algo similar con el PSOE. La posibilidad de que Vox pueda crecer mucho e incluso acercarse al PP podría activar también el voto moderado hacia el PSOE para evitar que gobierne la ultraderecha.

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Todo esto son especulaciones para el futuro, pero lo cierto es que en La Moncloa están convencidos de que con esta crisis el PSOE se consolida como primer partido frente al PP, un asunto muy relevante sobre todo en la competición por los escaños en las provincias clave, donde ser primero tiene mucho premio. Nadie en el Gobierno soñó con un escenario así en una semana que parecía difícil por Castilla y León.

¿Y si hubiera cambio de líder en la oposición?

Lo que nadie se atreve a pronosticar en el Ejecutivo y el PSOE es qué pasaría si la crisis acabara con un cambio de liderazgo en el PP en el que salga Pablo Casado y entre Alberto Núñez Feijóo, por ejemplo. En La Moncloa piensan que el problema del PP ya no es de liderazgo, sino de marca, con la corrupción como gran sombra. Y creen que eso no se soluciona con un cambio de líder. La crisis, pronostican, va para largo y es de fondo. Feijóo tiene otro gran problema añadido: no es diputado, no podría hacer la oposición directa a Sánchez, solo en el Senado. Pero todo esto es, para los ministros, ir demasiado lejos. Por ahora solo están mirando el espectáculo.

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