Scholz avisa a Putin: “Una agresión militar a Ucrania traería graves consecuencias”
El canciller alemán y Sánchez, juntos en La Moncloa, piden una desescalada en la frontera y reivindican el nuevo eje socialdemócrata europeo, aunque discrepan en la vigencia del pacto de estabilidad. Scholz pone a España como “modelo de vacunación”
El canciller alemán, Olaf Scholz, ha lanzado desde La Moncloa, donde comparecía con Pedro Sánchez tras una reunión muy esperada entre ambos, un mensaje rotundo al líder ruso, Vladímir Putin, para que ordene de inmediato una desescalada en la frontera entre su país y Ucrania, donde los movimientos de tropas hacen temer una invasión militar como la de Crimea. España y Alemania, aliados en la OTAN, han trasladado en esta rueda de prensa su preocupación y su exigencia de que se frene ya la escalada militar. “Hemos hablado de la crisis en la frontera entre Rusia y Ucrania”, ha dicho Scholz incluso ...
El canciller alemán, Olaf Scholz, ha lanzado desde La Moncloa, donde comparecía con Pedro Sánchez tras una reunión muy esperada entre ambos, un mensaje rotundo al líder ruso, Vladímir Putin, para que ordene de inmediato una desescalada en la frontera entre su país y Ucrania, donde los movimientos de tropas hacen temer una invasión militar como la de Crimea. España y Alemania, aliados en la OTAN, han trasladado en esta rueda de prensa su preocupación y su exigencia de que se frene ya la escalada militar. “Hemos hablado de la crisis en la frontera entre Rusia y Ucrania”, ha dicho Scholz incluso antes de que le preguntaran.
“El Gobierno alemán quiere decir que es muy importante ver pasos inequívocos de Rusia hacia la desescalada de la situación. Una agresión militar a Ucrania traería graves consecuencias políticas y económicas. Solo causaría sufrimiento para todos. Vemos conversaciones entre Rusia y EE UU y queremos reactivar la fuerza de Europa para desescalar la situación. España cooperará con nosotros. Nadie quiere mirar los manuales de historia para ver por dónde pasaban las fronteras antes. Tenemos que respetar las actuales. Alemania, como la OTAN, dice que cualquier ataque tendría un alto coste. El objetivo es evitar que pase.”, ha avanzado. Sánchez ha rematado la idea: “España hace un llamamiento a la desescalada. Es muy importante desescalar el conflicto por parte de Rusia. Hay que hacer un llamamiento a la integridad territorial de las naciones. Reconocemos todos los foros de diálogo abiertos”.
Sánchez y Scholz han mantenido este lunes un almuerzo de trabajo en La Moncloa. Tras él, han celebrado una rueda de prensa en la que el español ha presumido de buena relación con Alemania. “España y Alemania han logrado grandes cosas cuando hemos ido de la mano”, ha señalado el presidente. Ambos han destacado que les une su ideología socialdemócrata y han insistido en que tienen muy buena relación personal hace años. Scholz ha puesto en valor la gestión de Sánchez y ha reconocido a España como “modelo de vacunación” en todo el mundo, ya que los índices españoles son muy superiores a los alemanes, un país donde hay mucha más resistencia a las vacunas, hasta el punto de que el Gobierno las va a hacer obligatorias.
Sánchez se ha referido a la “sintonía” de los ejecutivos alemán y español en varias cuestiones europeas, como los fondos de recuperación Next Generation y el reto de la transición verde y la transformación digital. “Compartimos la visión sobre el progreso social y económico para devolver la dignidad y el respeto a nuestros conciudadanos, a los trabajadores, jóvenes y mayores. Me refiero al empuje a la Europa social y a la defensa de nuestros valores y principios socialdemócratas”, ha asegurado el presidente español. Ambos países celebrarán este 2022 la cumbre bilateral que quedó suspendida el año pasado por la pandemia y las elecciones alemanas, ha anunciado Sánchez.
Ambos han mostrado en todo momento una gran sintonía, aunque sus declaraciones han sido claramente diferentes a la hora de hablar del pacto de estabilidad y las reglas fiscales europeas, que se han suspendido durante la pandemia pero obligan a los países a mantener el déficit por debajo del 3% y sobre todo la deuda por debajo del 60%, o al menos caminar hacia ese objetivo. España, Italia o Francia, todas por encima del 100%, quieren cambiar de forma radical estas normas. Alemania se muestra más reacia, aunque el debate real parece posponerse a este verano. Sánchez ha sido muy claro: “Las reglas fiscales son demasiado complejas, difícilmente cumplibles, es importante cambiarlas. Tenemos que dar respuesta al reto ecológico y garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas”. Scholz, por el contrario, ha defendido el pacto de estabilidad aunque tampoco se ha cerrado completamente a cambiarlo. “El pasado ha mostrado que en Europa cuando resolvemos conjuntamente los problemas económicos es cuando mejor nos va. El pacto de estabilidad nos ha dado el marco para el fondo de recuperación. Queremos seguir construyendo sobre las experiencias del pasado. Europa caminará de la mano en los próximos años sobre la base del pacto de estabilidad, que nos ha servido de marco y nos ayuda en el futuro”, señaló el alemán.
Pese a este tono diferente en público, fuentes del Gobierno español aseguran que en privado la sintonía ha sido importante también en este complejo asunto de las reglas fiscales. Las posiciones de Alemania —con una deuda del 72% del PIB y no necesita ayudas del Next Generation— y España —que la tiene en el 122% y el segundo país que más fondos recibe después de Italia— siempre son diferentes en estas cuestiones, pero Sánchez y Scholz encontraron muchos puntos de acuerdo, según estas fuentes, para trabajar en un acuerdo en los próximos meses sobre la flexibilización del pacto de estabilidad. Scholz es socialdemócrata, y tiene muy claro que no se puede ahogar a las economías del sur con unas exigencias de reducción de deuda demasiado fuertes, señalan en el Ejecutivo. La discusión empieza ahora pero España no ha encontrado en Alemania el muro que hubo en otros tiempos, especialmente en la época de la llamada austeridad. El primer contacto relevante con ambos como primeros ministros parece pues abrir la puerta a una colaboración importante en el futuro, aunque la discusión será muy dura no tanto con Alemania sino con los llamados países frugales, que quieren volver cuanto antes a las reglas fiscales y apretar a los países del sur para que reduzcan deuda y déficit a toda velocidad.
En clave interna, Sánchez se ha referido al rechazo del Consejo General del Poder Judicial el viernes pasado al anteproyecto de ley de vivienda del Gobierno. El Poder Judicial avala la iniciativa del Ejecutivo al considerarla ajustada a la Constitución, aunque con numerosas críticas por las imprecisiones e imprevisiones del texto. El presidente ha mostrado su “absoluto respeto” a lo que diga el CGPJ, pero ha animado a “entrar en el debate” de la cuestión de fondo.
“Las fórmulas que hemos tenido hasta ahora en nuestro país en estos 40 años de democracia para garantizar un acceso digno de amplias capas de la población a la vivienda no han sido suficientes”, ha señalado. “Por tanto, el Gobierno comparte con la amplia mayoría de los ciudadanos, da igual lo que voten, de izquierdas o de derechas, porque sufren esta carestía, la necesidad de un mayor compromiso desde lo público para hacer que un artículo, un derecho que está en la Constitución, como es el derecho a la vivienda se convierta no en un problema, como lo viven y sufren ahora, sino un derecho real, que es el de tener una vivienda digna”, ha sentenciado.
“El Gobierno está comprometido con una ley de vivienda que consideramos es el quinto pilar del Estado de bienestar. Esperaremos al informe que emita el CGPJ, lo miraremos con absoluto respeto y con las cuestiones técnicas que quieran plantear, pero el compromiso del Gobierno es construir este quinto pilar del Estado de bienestar. Y lo vamos a hacer, cuando traigamos al Consejo de Ministros el anteproyecto de ley de vivienda, y mañana con la aprobación del Plan Estatal de Vivienda, del bono para la emancipación de nuestra gente joven, para que pueda alquilar una vivienda en los próximos meses, y con una ley de arquitectura y calidad de la vivienda”.
Se trata del primer encuentro oficial que se produce entre ambos mandatarios desde que el dirigente del SPD sustituyó el pasado diciembre a la conservadora Angela Merkel, al frente del país durante los últimos 16 años. No es casual que este sea el encuentro elegido por el presidente del Gobierno para iniciar su acercamiento, con los distintos jefes de la Unión. Tras el desmoronamiento del Ejecutivo portugués, liderado por los socialdemócratas con apoyo externo de varios grupos izquierdistas, la reciente victoria de la familia política de Sánchez en Alemania ha dado un nuevo impulso a los progresistas, y el presidente español quiere demostrar que este eje goza de buena salud en Europa.
Scholz ha llegado a la sede de la Presidencia del Gobierno pasadas las 14.00 y ha sido recibido por Sánchez en la escalinata de acceso al edificio principal del complejo de La Moncloa. Ambos, protegidos con mascarillas, se han saludado chocando sus puños y han posado para los informadores gráficos flanqueados por las banderas de España, Alemania y la UE, antes de acceder al interior del palacio, informa Efe. Tras firmar en el libro de honor al ser la primera vez que visita La Moncloa como canciller, Scholz ha mantenido con Sánchez un almuerzo de trabajo, al que también ha asistido el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
Desde La Moncloa han sostenido que la socialdemocracia ha salido “reforzada” con la gestión de la crisis generada por la pandemia del coronavirus. Aunque Scholz se reunió con sus homólogos francés e italiano en diciembre, esta es la primera entrevista del recién estrenado canciller en 2022. La “afinidad personal” entre ellos, tal y como han puesto de manifiesto en el Gobierno, también contribuye a que el acercamiento entre ambos presidentes sea fluido desde hace tiempo.
La cita de este lunes, que inaugura la agenda internacional del presidente del Gobierno para el nuevo año, seguirá el jueves y el viernes con sendas llamadas al presidente francés, Emmanuel Macron, y al primer ministro británico, Boris Johnson, que viene de protagonizar un nuevo escándalo por la fiesta celebrada en Downing Street en pleno auge de los contagios.