EE UU traslada su Fuerza de Reacción para África desde la base de Morón a Italia
La reorganización de las tropas de Washington en el sur de Europa reduce su presencia en España por primera vez en 30 años
La Fuerza de Reacción del Cuerpo de Marines, que llegó en abril de 2013 a la base de Morón de la Frontera (Sevilla) para intervenir ante crisis en África, se traslada a Vicenza, en el norte de Italia. Fuentes españolas y estadounidenses coinciden en que el cambio responde a razones de reorganización interna del Pentágono y no tiene trasfondo político, pero supondrá la primera reducción significativa de las tropas estadounidenses en España desde que, ...
La Fuerza de Reacción del Cuerpo de Marines, que llegó en abril de 2013 a la base de Morón de la Frontera (Sevilla) para intervenir ante crisis en África, se traslada a Vicenza, en el norte de Italia. Fuentes españolas y estadounidenses coinciden en que el cambio responde a razones de reorganización interna del Pentágono y no tiene trasfondo político, pero supondrá la primera reducción significativa de las tropas estadounidenses en España desde que, en 1992, salieron de Torrejón de Ardoz (Madrid) los cazas F-16 del Ala 401. Cuando se complete la mudanza, que ya se ha iniciado, habrán salido de España hasta 850 marines y ocho aviones: seis MV-22B Osprey de despegue vertical y dos C-130J Super Hércules de transporte.
El despliegue en el sur de Europa de una Fuerza Especial Aire Tierra de Respuesta de Crisis del Cuerpo de Marines (SP-MAGT-CR por sus siglas en inglés) fue consecuencia del asalto al consulado estadounidense de Bengasi (Libia), el 11 de septiembre de 2012. Washington quería tener una unidad de élite a pocas horas de vuelo del teatro de operaciones norteafricano para realizar operaciones de evacuación o golpes de mano en caso necesario. Los primeros marines llegaron a la base sevillana en 2013, con permiso para permanecer un año. La autorización anual se fue renovando, hasta que se hizo permanente y EE UU pidió incrementar su presencia militar hasta un máximo de 2.200 marines y 17 aviones, aunque esa cifra nunca se alcanzó.
Un portavoz de la Embajada de EE UU en Madrid ha explicado a EL PAÍS que ya el año pasado se notificó al Ministerio de Defensa español la decisión de transferir la responsabilidad de la respuesta a crisis en África a una fuerza liderada por el Ejército de Estados Unidos con sede en Vicenza. “La redistribución del elemento de aviación de la Infantería de Marina de Estados Unidos, que se ubicará junto al resto de la fuerza, completa el despliegue”, ha añadido. Es decir, la responsabilidad de atender crisis en África pasa del Cuerpo de Marines al Ejército de Tierra estadounidense y este, que ya tiene una base en Vicenza, prefiere asumirla desde Italia. Los marines regresarán a EE UU al término de su misión, pero los aviones Osprey y los C-130J irán a Vicenza.
“Nuestra asociación de defensa bilateral sigue siendo vital, la cooperación entre EE UU y España en apoyo a las misiones de la OTAN sigue siendo crítica y nuestro compromiso de mantener una presencia estadounidense en España, incluidas las fuerzas navales avanzadas desplegadas en Rota, se mantiene firme”, agrega el portavoz de la Embajada estadounidense. Síntoma de ese buen clima fue la acogida en septiembre pasado de más de 2.000 excolaboradores afganos de EE UU en la base de Rota (Cádiz).
El despliegue de los marines obligó a reformar el convenio para elevar el techo de las tropas estadounidenses en territorio español. Este expiró en mayo pasado, pero se prorrogó un año para dar tiempo a la recién llegada Administración de Biden. Ahora, admiten las fuentes consultadas, se prorrogará de nuevo pues nadie ha mostrado interés en renegociarlo.
Fuentes diplomáticas subrayan el buen momento de las relaciones bilaterales. Sánchez y el presidente estadounidense, Joe Biden, se saludaron en la cumbre del G-20 en Roma; y los ministros de Exteriores y Defensa, José Manuel Albares y Margarita Robles, han mantenido en las últimas semanas la primera entrevista presencial (tras muchas telemáticas) con sus homólogos estadounidenses, Antony Blinken y Lloyd Austin.
Una fuente de empleo en declive
Desde su fundación en 1940 como escuela de caza, la base aérea de Morón de la Frontera (Sevilla) se ha convertido en un referente para toda la comarca que, con el asentamiento del contingente americano en 1953, contribuyó al crecimiento socioeconómico de la zona. En la última década eso se ha ido desinflando por la política de despidos masivos de los trabajadores civiles contratados.
Morón y Utrera han sido las localidades más beneficiadas por la presencia de los marines estadounidenses. Ambas vieron desarrollarse barriadas nuevas, como El Pantano de Santa María (en Morón) o la llamada Ciudad del Aire (en Utrera), cuya rotonda de entrada está presidida por un F-5. En Morón se instalaron los militares españoles más veteranos y medio centenar de colegas estadounidenses que se casaron y se asentaron allí. En la actualidad, los jóvenes optan por la ciudad utrerana —en los grupos de Facebook de los americanos se informa de las actividades culturales y festivas de Utrera— e incluso por Sevilla.
El complejo de Morón cuenta con una miniciudad con iglesia, restaurantes, supermercados y bolera. A diferencia de la base de Rota (Cádiz), tiene un vínculo menos arraigado con las poblaciones cercanas, por su lejanía hasta ellas. Pero la base ha servido como principal motor económico de la campiña sevillana, no tanto por la influencia del contingente de EE UU como por la de los militares españoles y el personal civil subcontratado. Solo la parte española generó en 2015 una incidencia económica, entre sueldos, suministros y contratos, de unos 100 millones de euros, según la estimación que realizaron entonces los alcaldes de la zona.
En 2010 la base contaba con 600 empleados españoles, y este año eran ya sólo 350, según los sindicatos. El cambio de la empresa encargada del mantenimiento elevó la incertidumbre. “Los trabajadores estaban preparando movilizaciones, pero no estábamos al tanto del traslado de parte del contingente americano”, dice Miguel Ángel Márquez, alcalde de El Arahal, municipio sevillano en el que se extiende la mayor parte del terreno del complejo.