Sánchez se suma a los triunfos de la izquierda europea y apuesta por una recuperación socialdemócrata
El presidente confirma en Galicia que el AVE llegará en diciembre y promueve el proyecto El valle de la lengua para competir con Ayuso por la pujanza del español
El presidente Pedro Sánchez puso en valor este viernes en A Toxa (Pontevedra) “el poder del voto” en varias elecciones de distintos países, como Noruega o Alemania, y la corriente internacional en alza de gobiernos de centroizquierda, para interpretar que la ciudadanía está comunicando “que quiere” una salida socialdemócrata de esta crisis tras la pandemia de la covid-19, que ha sido diferente a la anterior de 2008. Sánchez tradujo que...
El presidente Pedro Sánchez puso en valor este viernes en A Toxa (Pontevedra) “el poder del voto” en varias elecciones de distintos países, como Noruega o Alemania, y la corriente internacional en alza de gobiernos de centroizquierda, para interpretar que la ciudadanía está comunicando “que quiere” una salida socialdemócrata de esta crisis tras la pandemia de la covid-19, que ha sido diferente a la anterior de 2008. Sánchez tradujo que esas demandas requieren “un Estado social y democrático de derechos fuerte y con recursos, más justo y comprometido” para actuar a tiempo frente a pandemias o catástrofes naturales, como el volcán de La Palma, las inundaciones o los incendios.
El jefe del Ejecutivo volvió a exigir “responsabilidad y sentido de Estado” al PP para renovar los órganos constitucionales con mandatos caducados. Y confirmó que el AVE llegará a Ourense en diciembre y prometió la próxima creación como “proyecto estratégico” de El valle de la lengua para rentabilizar la importancia del español en el mundo.
El presidente elaboró, en su tercera participación para clausurar el III Foro La Toja Vínculo Atlántico, un discurso de sucesivas reflexiones para retratar cuál es la situación de España tras la pandemia. Así, explicó cómo ha evolucionado en este último año, y requirió “unidad de acción y cohesión” política, social, territorial y empresarial para aprovechar la oportunidad de los fondos europeos de reconstrucción y encarar una salida distinta a la que se planteó tras la crisis económica de 2008. Entonces gobernaba en España el PP de Mariano Rajoy. “La ciudadanía lo que nos dice es que apostemos por lo contrario” de lo que se hizo entonces, afirmó Sánchez, que lo etiquetó como “un modelo de recuperación lento e injusto, que provocó recortes y debilitó los recursos públicos”.
Todas esas ideas las utilizó para enlazarlas con la corriente de voto que se ha constatado este mes de septiembre, por ejemplo, en las elecciones en Noruega, donde ha colapsado la coalición de partidos de derechas que ha gobernado en los últimos ocho años, y más recientemente en Alemania, donde la CDU podría dejar paso al frente del Gobierno a los socialdemócratas del SPD. Sánchez citó a esos dos países, pero también y sobre todo al gobierno de coalición y de izquierdas de Portugal, porque en la sala como invitado especial estaba António Costa, su primer ministro, y hasta reparó en que en Estados Unidos manda ahora Joe Biden. “La ciudadanía está eligiendo la forma en la que quiere superar las crisis”, señaló Sánchez, y se apuntó a esa ola para apostar por “Estados democráticos y de derecho más fuertes, justos, comprometidos, saludables y con recursos” que puedan facilitar educación de calidad, oportunidades a los jóvenes, una mejor formación profesional, apoyo a las nuevas empresas y emprendedores, igualdad entre los hombres y las mujeres, sanidad pública potente, becas y buenos servicios antiincendios y anticatástrofes.
En su catálogo de planteamientos, el líder socialista incluyó la necesidad de reforzar la democracia y cumplir con la Constitución, justo un día después de la charla en la que los expresidentes Felipe González y Mariano Rajoy coincidieran en volver a demandar más pactos y consensos de Estado y más diálogo en todos los frentes, pero siempre respetando las reglas de juego y el marco constitucional vigente. Sánchez lo hizo para subrayar que el PP ahora está bloqueando la renovación de los órganos constitucionales, desde el Poder Judicial al Tribunal de Cuentas, el Constitucional o el Defensor del Pueblo y eso, entiende, “debilita y denigra las instituciones y mina la capacidad democrática del Estado”. El presidente pidió “responsabilidad y sentido de Estado” a ese partido para no cuestionar algo tan “fundamental como la arquitectura democrática” del país.
El presidente incardinó en su intervención algunos anuncios sobre planes y medidas económicas relacionadas con la modernización y la digitalización que se incorporarán como motores de la transformación gracias a los millonarios fondos europeos, y agregó de su cuenta que llevará a un próximo Consejo de Ministros la propuesta de un “proyecto estratégico” que denominó El valle de la lengua, muy similar al que firmaron hace un año la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, y la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, para rentabilizar más la importancia del español en el mundo. Sánchez comprende que el idioma español puede ser una oportunidad de negocio en muchos ámbitos, desde el turismo a la robótica o la inteligencia artificial. Una exposición muy parecida a la que anunció hace unos meses la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y que presentó este septiembre para dar contenido a la Oficina del Español en la que se situó al actor Toni Cantó.
Pedro Sánchez ensalzó el éxito de cogestión y cogobernanza experimentado en España durante la pandemia, con sus 18 conferencias de presidentes, para avanzar que en su modelo territorial y cohesionado de país tiene cabida “un debate leal pero sano y necesario sobre la ubicación de instituciones del Estado en otros lugares de España” y no solo en Madrid, como apuntaron el jueves en el mismo foro presidentes autonómicos del PP y del PSOE, como Alberto Núñez Feijóo o Ximo Puig. Al presidente gallego Sánchez le regaló la noticia de la jornada en su territorio al confirmar que el AVE a Galicia, una obra más que simbólica y pendiente hace décadas, llegará este diciembre a Ourense, en el último tramo por poner en servicio para una conexión directa que podría ahorrar hasta una hora y media de duración. Feijóo se felicitó más tarde de esa ratificación que ya había adelantado en su momento el exministro de Fomento, José Luis Ábalos, pero precisó que aún están pendientes de algunos detalles técnicos que permitan que ese anhelo generalizado en Galicia se convierta en una realidad.