El PP fracasa en su intento de que el Congreso rechace los indultos
La mayoría de la Cámara cierra filas con el Ejecutivo, aunque Junts advierte: “Quien crea que el conflicto va camino de resolverse, no ha entendido nada”
El PP quería que el Congreso condenase los indultos a los líderes del procés y se encontró con que una mayoría del Congreso no se opone a los indultos. Una especie de gol en propia meta que los populares se marcaron este martes de forma muy consciente: cuando presentaron su moción pidiendo a la Cámara que rechazase las medidas de gracia, ya era fácil calcular que se quedarían ...
El PP quería que el Congreso condenase los indultos a los líderes del procés y se encontró con que una mayoría del Congreso no se opone a los indultos. Una especie de gol en propia meta que los populares se marcaron este martes de forma muy consciente: cuando presentaron su moción pidiendo a la Cámara que rechazase las medidas de gracia, ya era fácil calcular que se quedarían en minoría frente a la izquierda y los nacionalistas. Pero la ofensiva de los populares no se detuvo, aun a costa de brindar al Ejecutivo la ocasión de mostrar que más de 190 de los 350 diputados lo respaldan de una u otra manera en su decisión de conceder las medidas de gracia. El independentismo más férreo aprovechó, eso sí, para que constase en acta su opinión de que el conflicto está lejos de resolverse con la previsible salida de la cárcel de los líderes condenados.
Las grandes palabras que acompañan siempre la discusión sobre los indultos resonaron en un hemiciclo ya nocturno, tras un largo pleno, con el banco azul desierto y sin ninguno de los principales dirigentes del PP en sus escaños. El ambiente no rebajó la intensidad del debate, aunque ayudó a prevenir la bronca. La moción de los populares, que pide deplorar los indultos y también la reforma que prepara el Gobierno para revisar el delito de sedición, no se votará hasta el jueves, con su rechazo asegurado tras las posiciones que confirmaron los distintos grupos durante el pleno. De los habituales apoyos del Ejecutivo, solo se descolgó ―como suele ser habitual en los asuntos catalanes― el regionalista cántabro José María Mazón, para quien el Gabinete de Pedro Sánchez está haciendo una “utilización partidista” de las medidas de gracia.
El popular Carlos Rojas justificó su iniciativa apelando a la “indignación de toda la sociedad” ante lo que calificó de “autoindultos”. “El señor Sánchez está muy solo”, defendió, antes de que el debate mostrase que en la Cámara hay abundante acompañamiento para la supuesta soledad del presidente. Rojas defendió que las medidas de gracia no solo constituyen un “oprobio” y una “humillación”, sino también un “fraude de ley”.
Todo el bloque desde el centro a la derecha anunció su apoyo a la iniciativa del PP. Pero la disputa interna en ese flanco por capitalizar el descontento también se evidenció en el discurso del diputado de Vox Javier Ortega Smith, quien se arrancó con una andanada contra los populares: “¿Dónde estaba el PP cuando se produjo un golpe de estado en Cataluña? Aplicó un 155 de pacotilla y salió corriendo”.
El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, protagonizó una intervención durísima en la que llegó a acusar al Gobierno de “desdecir el mensaje del Rey” durante los acontecimientos de octubre de 2017. Bal anunció que su partido recurrirá los indultos. “Volverán a la cárcel de donde nunca debieron salir”, prometió Bal al tiempo que advertía a los socialistas: “Y ustedes se van a comer este sapo”. La contundencia de su intervención sorprendió al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, quien respondió: “A salvaje le van a ganar siempre los de Vox”.
Esquerra, PNV, EH Bildu, Junts, PDeCAT y los dos partidos que apoyan al Gobierno se sucedieron para contraatacar a los populares. Casi todos fueron repasando indultos concedidos a lo largo de los últimos años, muchos por gobiernos del PP. “¿Dónde estaban ustedes en diciembre de 1988 cuando indultaron al general Armada [condenado por el 23-F]?”, contraatacó Ferran Bel, del PDeCAT. Jon Iñarritu, de EH Bildu, evocó el mismo caso señalando los agujeros de las balas golpistas en el techo del Congreso. Y Rufián ironizó con “el día histórico” que se vivió en España el 1 de diciembre de 2000, cuando el Gobierno de Aznar aprobó “1.328 indultos de una tacada”.
Miriam Nogueras, la portavoz de Junts, acusó a los populares de propagar el “odio a los catalanes”, pero también dejó recados para sus socios independentistas y para el actual Gobierno. Al Ejecutivo le dijo: “Los que crean o expliquen que el conflicto va camino de resolverse es que no han entendido absolutamente nada del problema”. Y, en un claro mensaje a ERC, añadió: “Y los que crean o expliquen que portándonos bien nos van a tratar un poco mejor, mienten”.
El portavoz socialista, Felipe Sicilia, cerró el debate con una poco frecuente apelación a todo su grupo. Les pidió que muestren la misma “valentía” que la que, según él, permitió “aprobar leyes como la de la eutanasia, afrontar el final de terrorismo y enfrentar la pandemia”. Su inusual llamamiento fue respondido por sus compañeros con una ovación también inusual.