Podemos y el doble juego de la oportunidad
El partido de Iglesias argumenta su condición de Gobierno para apoyar o no al PSOE en temas comprometidos según su interés electoral
Algo se ha roto esta semana en la peculiar relación de los dos partidos que se sientan en el Consejo de Ministros. Hasta ahora había intereses comunes entre el PSOE y Unidas Podemos, que juntos suman 155 escaños y necesitan al menos 21 más para sacar adelante los principales proyectos. Pero también había desconfianza. Mientras el PSOE habla ya de “deslealtad”, Unidas Podemos prefiere hablar de “oportunidad” para aceptar algunos proyectos o presionar con otr...
Algo se ha roto esta semana en la peculiar relación de los dos partidos que se sientan en el Consejo de Ministros. Hasta ahora había intereses comunes entre el PSOE y Unidas Podemos, que juntos suman 155 escaños y necesitan al menos 21 más para sacar adelante los principales proyectos. Pero también había desconfianza. Mientras el PSOE habla ya de “deslealtad”, Unidas Podemos prefiere hablar de “oportunidad” para aceptar algunos proyectos o presionar con otros.
Unidas Podemos se sumó el pasado martes a ERC y Bildu para impulsar una medida contra los desahucios frente al criterio que conocía del PSOE. Pero dos horas después retiró su firma de la petición de los republicanos catalanes de una comisión de investigación que importuna ahora a los socialistas. Y todo se hizo público desde la misma sala de prensa del Congreso. Eso sí, con apuros.
El martes, tras la celebración de la Mesa del Congreso donde se deciden las actividades de la semana, compareció ante los medios Gerardo Pisarello, secretario primero de ese órgano, e intentó explicar por qué su partido acababa de retirar su firma de una petición suscrita justo la semana anterior con ERC, JuntsxCat, EH Bildu o el BNG, para formar en la Cámara baja una comisión de investigación del caso Voloh, una supuesta trama de corrupción vinculada a antiguos asesores del expresidente Carles Puigdemont.
Pisarello argumentó que con esa marcha atrás pretendían dejar más protagonismo a los otros grupos que reclamaban esa comisión de investigación y que en ese caso Podemos “como partido de Gobierno no tenía sentido” que mantuviera la firma y que les había “parecido conveniente” quitarla, pero indicó que en el fondo seguían respaldando la iniciativa. Los integrantes de Podemos no ofrecieron en la propia Mesa más explicaciones que las de la inoportunidad.
La comisión Voloh que pide ERC pretende indagar sobre las filtraciones de la Operación Volhov sobre el presunto desvío de dinero público de la Generalitat de Cataluña para costear gastos y actividades de apoyo al proceso independentista. En algunas de las grabaciones conocidas se trasladan conversaciones comprometidas para líderes separatistas, como Gabriel Rufián, por lo que esos dirigentes han acusado a la policía y la judicatura de intentar influir así en las elecciones catalanas del 14 de febrero.
El catalán Jaume Asens, líder de En Comú Podem, fue el que se presentó de improviso dos horas después de Pisarello en la sala de prensa del Congreso para anunciar la polémica enmienda contra los desahucios arropado de ERC y Bildu, pero sin el visto bueno del PSOE ni del Gobierno. Fue ahí cuando Rufián echó en falta al PSOE y reconoció que pretendían “doblarles el brazo”.
Cuando se le requirió a Asens alguna explicación sobre la comisión Voloh, también las pasó canutas para razonar la retirada de la firma. Habló de que estaban a favor, pero indicó que “no era oportuno” que llevara el membrete de Podemos “porque involucra al Gobierno”. El PSOE observó esa “incoherencia” pero la dejó pasar.
El impacto de la nueva desavenencia entre PSOE y Podemos sobre los desahucios provocó múltiples llamadas, mensajes y reacciones, muchas ya en público. Desde la cúpula de Podemos se reconoció que se había optado por aprovechar “la última oportunidad” y presentar la enmienda con otros grupos ante la oposición que conocían del PSOE, para presionarles, pese a que los líderes, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, habían quedado el viernes anterior en abordar el asunto más técnicamente en una reunión con el Ministerio de Fomento. Esa cita se hará, pero cuando se relaje algo el actual clima de desconfianza.
El portavoz de Podemos, Pablo Echenique, envió el lunes por la noche la propuesta a su homóloga del PSOE, Adriana Lastra, para que al menos la conociese, pero recibió una respuesta categórica tras consultarla antes con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Lastra escribió: “Esa enmienda no la podemos firmar”. Echenique la registró con ERC y Bildu. Los dos portavoces contactaron ya el miércoles para buscar la paz. Pero en el PSOE no se engañan: “Nosotros no hemos presentado ninguna enmienda que Podemos no conociera antes, ellos se extralimitaron, venden lealtad absoluta, pero cada dos por tres van por su cuenta”.