El banco suizo donde el rey emérito recibió 65 millones cerró la cuenta por el escándalo de Botsuana
Directivos de Mirabaud declaran que confiaron en el testimonio del gestor y que no verificaron el motivo de la donación saudí
La banca privada Mirabaud obligó a Juan Carlos I a cancelar su cuenta suiza en 2012 con 64,8 millones al estallar el escándalo de la cacería de elefantes en Botsuana y comprobar que su cliente era portada de la prensa internacional por este suceso, según la declaración de Yves Mirabaud, expresidente del banco y de varios directivos de la entidad financiera, al fiscal helvético Yves Bertossa a la que ha tenido acceso EL PAÍS.
El entonces jefe del Estado sufrió un accidente en el país afri...
La banca privada Mirabaud obligó a Juan Carlos I a cancelar su cuenta suiza en 2012 con 64,8 millones al estallar el escándalo de la cacería de elefantes en Botsuana y comprobar que su cliente era portada de la prensa internacional por este suceso, según la declaración de Yves Mirabaud, expresidente del banco y de varios directivos de la entidad financiera, al fiscal helvético Yves Bertossa a la que ha tenido acceso EL PAÍS.
El entonces jefe del Estado sufrió un accidente en el país africano cuando cazaba en compañía de Corinna Larsen y de su hijo. Tuvo que ser trasladado a España en un avión medicalizado y operado de una cadera. A raíz de aquel suceso trascendió públicamente su relación con la consultora alemana.
Directivos del banco interrogados por la Fiscalía suiza reconocen que carecen de documentos que avalen el motivo de la donación enviada por el Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí, salvo la explicación que les dio Arturo Fasana, el gestor externo de la cuenta, al que conocían como cliente y en el que confiaban. “No hubo otras verificaciones”, respondió a Bertossa uno de los altos directivos de la entidad. En el KYC (know your client, documento en el que las entidades financieras tienen que consignar posibles riesgos asociados a un cliente) que Fasana rellenó en el banco, explicó que se trataba de una donación del rey de Arabia Saudí, Abdalá Bin Abdelaziz.
El fiscal ginebrino ha tomado declaración a Yves Mirabaud para determinar el origen de los 100 millones de dólares (64,8 millones de euros) que se recibieron, en agosto de 2008, en una cuenta a nombre de la fundación panameña Lucum cuyo primer beneficiario era el entonces jefe del Estado. La entidad financiera figura como investigada (prévenu) en la causa abierta por Bertossa por un presunto delito agravado de blanqueo de capitales que en Suiza se castiga con hasta cinco años de cárcel.
En su declaración del pasado 11 de marzo, Yves Mirabaud responde al fiscal que ignora la causa por la que Arabia Saudí donó los 64,8 millones a Juan Carlos I, señala que desconoce las costumbres de los países árabes y recalca que confiaron en los argumentos que dio al banco Arturo Fasana, el gestor externo de la cuenta. “¿Hicieron alguna comprobación?”, preguntó el fiscal. “No”, respondió el banquero.
“¿Participó usted en el cierre de la cuenta de la Fundación Lucum?”, insistió el fiscal jefe del cantón de Ginebra. Y Mirabaud respondió así: “En calidad de socio, participé en las conversaciones que llevaron al cierre de la cuenta. El colegio de socios (o conjunto de socios), en efecto, tomó la decisión de cerrar la cuenta, por los siguientes motivos. El banco Mirabaud había incrementado su presencia en España. En esa época, las actuaciones del rey de España empezaron a ser portada de numerosos periódicos. Hago referencia, en particular, a un viaje a África para, según la prensa, cazar elefantes. También consideramos que ya no era oportuno conservar esta cuenta. Informamos al señor Fasana (gestor externo de la cuenta) y al señor Canónica (director de la fundación). Tomaron nota. No fui yo quien transmitió esta decisión a los citados, fue el señor Boissier o Antonio Palma (directivos de la entidad).”
Maribaud explicó al fiscal que a continuación telefoneó a Nicolas Gonet, dueño del banco suizo Gonet & Cie, para informarle del traslado de los 64,8 millones a su sucursal en Nassau (Bahamas).
El rey emérito fue quien dio la orden de que se transfiriera todo el dinero a la cuenta de Corinna Larsen en ese paraíso fiscal, según consta en el acta de esta declaración. Arturo Fasana ha declarado al fiscal que fue Juan Carlos I quien ordenó enviar el dinero a su examiga, aunque no ofrece detalles de los motivos de la transacción. Larsen ha explicado al fiscal suizo que fue una donación “no para deshacerse del dinero, sino por gratitud y por amor” y para “garantizar el futuro de sus hijos”, según su testimonio revelado por este diario.
El directivo Antoine Boissier, de 68 años, ya jubilado, ha sido el empleado del Mirabaud que ha aportado más detalles sobre la apertura de la cuenta del rey emérito. Aseguró que a petición de Arturo Fasana mantuvo una reunión con él y con Pierre Mirabaud, otro de los principales ejecutivos y asociados del banco.
“Nos reunimos los tres. Fasana nos indicó que iba a recibir una suma muy importante en la cuenta del rey de España. Quería saber en qué medida estaríamos dispuestos a abrir una cuenta para recibir esos fondos. Nos explicó que el rey iba a recibir dinero de parte del rey de Arabia Saudí, que era su amigo. Nos habló de una cantidad de varias decenas de millones. Le hicimos varias preguntas”, dice su declaración.
-”¿Qué preguntas le hicieron?”, apuntó el fiscal.
-”Le preguntamos cuál era el origen de los fondos y sobre las verificaciones que había realizado. El caso se presentó al colegio de asociados (del banco) como debe hacerse tratándose de una PEP (persona políticamente expuesta). El colegio juzgó oportuno aceptar la relación (con el cliente)”.
-”¿Hubo oposición dentro del colegio?”, preguntó el fiscal.
-”No”, respondió el directivo.
-”¿Tratándose de una PEP, cuáles fueron las verificaciones que efectuó el banco?”, volvió a inquirir el ministerio público.
-”Nos pareció que el rey de Arabia Saudí tenía los medios suficientes para hacer una donación al rey de España. Entre la primera reunión con Fasana y la toma de decisión del colegio de asociados Fasana se había asegurado con un embajador o un ministro saudí de que la futura llegada de los fondos correspondía a la voluntad del rey de Arabia Saudí. No hubo otras verificaciones”, aclaró el directivo.
El ejecutivo reconoció desconocer las prácticas de los reyes de Arabia Saudí en materia de donaciones y apostilló que solo sabía que era “muy rico y generoso”.
-”¿Ha habido otras donaciones entre jefes de Estado en cuentas en el Mirabaud?”, preguntó el fiscal. “No, es la primera vez que hay una donación como esta”, respondió.
Fasana ha declarado a Bertossa que viajó a Washington, en julio de 2008, para entrevistarse con el embajador de Arabia Saudí, Al Jubeir, que avaló la donación de los 100 millones de euros ( 64,8 millones de euros). Según su testimonio, volvió a reunirse con él posteriormente en la terminal de la compañía aérea Jet Aviation en Basilea (Suiza). En ambas ocasiones Al Jubeir le afirmó que se trataba de “un regalo”. Preguntó si se trataba de algún servicio y el embajador respondió: “No, es un regalo para su hermano”, dice su declaración.
En agosto de 2008 llegó al banco Mirabaud el dinero mediante una transferencia desde el Ministerio de Finanzas saudí. Dante Canónica, director de la fundación propiedad del rey emérito e investigado en esta causa, declaró que se reunió con Juan Carlos I en La Zarzuela para crear la estructura de la fundación y que el rey “no estaba cómodo con esa cuenta…. Era una bomba de relojería”, según adelantó este lunes El Español.
El fiscal suizo investiga si los 65 millones recibidos por Juan Carlos I responden a una rebaja del 30% en la oferta final de un consorcio de empresas españolas que ganaron la obra del AVE entre Medina y La Meca. Las declaraciones de los investigados en Suiza, salvo la de Larsen y la del banquero Nicolas Gonet, han sido remitidas a España para incorporarlas a los indicios aportados por la Fiscalía Anticorrupción al Tribunal Supremo. La Fiscalía de este organismo investiga a Juan Carlos I como aforado por un presunto delito fiscal y de blanqueo de capitales.
La cuenta de Corinna en Bahamas
En sus declaraciones ante Yves Bertossa, Corinna Larsen y el banquero Nicolas Gonet se contradicen sobre quién fue el que propuso que los 64,8 millones que Juan Carlos I entregó a su examiga se enviaran a Bahamas. “Cuando fuimos en mayo o junio de 2012 al banco Gonet de Ginebra queríamos abrir una cuenta allí. Ignorábamos que existiera una filial en Bahamas. Fue Nicolas Gonet quien nos propuso abrir una cuenta en Gonet Bahamas. En ningún momento queríamos disimular los activos en el extranjero”, señaló Larsen.
Gonet dio una versión completamente distinta: “Soy categórico sobre el hecho de que fue Corinna quien quería abrir una cuenta en Gonet Bahamas. Para el banco habría sido preferible que la cuenta se hubiera abierto en Suiza”.
En su primera declaración como investigada en 2018, Larsen explicó que firmó los documentos de esta cuenta en Ginebra y Nassau, y que frecuenta Bahamas.