Sánchez insta a los presidentes autonómicos a sumarse al pacto de reconstrucción nacional entre críticas de PP y nacionalistas
Torra afirma que es una “temeridad” permitir la vuelta al trabajo en actividades no esenciales y avisa de que tomará sus propias medidas. Ayuso se incorpora dos horas tarde a la reunión por ir a recibir a un avión con material sanitario
Las críticas al Gobierno pusieron de acuerdo este domingo a los barones del PP, Iñigo Urkullu y Quim Torra. Los líderes territoriales de siete comunidades autónomas acusaron a Pedro Sánchez de tomar decisiones unilateralmente durante la crisis por el coronavirus y demandaron que se cuente con ellos. Algunos presidentes del PSOE también reclamaron una mayor coordinación y como mínimo ser consultados en las grandes medidas. El presidente del Gobierno restó importancia a las diferencias y calificó las críticas de “constructivas”. Pese a los reproches, todos coincidieron en que la situación ha mej...
Las críticas al Gobierno pusieron de acuerdo este domingo a los barones del PP, Iñigo Urkullu y Quim Torra. Los líderes territoriales de siete comunidades autónomas acusaron a Pedro Sánchez de tomar decisiones unilateralmente durante la crisis por el coronavirus y demandaron que se cuente con ellos. Algunos presidentes del PSOE también reclamaron una mayor coordinación y como mínimo ser consultados en las grandes medidas. El presidente del Gobierno restó importancia a las diferencias y calificó las críticas de “constructivas”. Pese a los reproches, todos coincidieron en que la situación ha mejorado.
Los presidentes de País Vasco, Cataluña y Galicia, que siempre son los primeros en intervenir en la conferencia de presidentes respetando el orden de antigüedad en que los Estatutos de Autonomía fueron aprobados, encabezaron las críticas generalizadas de la oposición en la quinta reunión telemática de presidentes celebrada durante el estado de alarma. Un ambiente “enrarecido”, según fuentes de Ejecutivos autonómicos de distinto signo, caracterizó el cónclave.
A diferencia de otras reuniones, la falta de recursos para hacer frente a la emergencia sanitaria sin precedentes causada por la Covid-19 ya no concentró los ataques al mando único en el que Sánchez tiene la última palabra. Con 16.972 fallecidos y más de 166.000 contagiados oficiales, la situación, aun siendo terrible, ya no es la de semanas pasadas, cuando llegó a haber más de 900 muertos diarios. Los presidentes discrepantes echaron sobre todo en falta que Sánchez no les tenga más en cuenta. “La desconfianza se está agrandando”, advirtió Feijóo. El presidente de la Xunta ha criticado “la decisión unilateral” de que las autonomías no puedan disponer de los fondos de empleo y la “confiscación” del dinero de los planes de vivienda. “Utilizar los presupuestos de las comunidades autónomas genera incertidumbre”, ha sentenciado.
“En tanto persista esta emergencia no saldrá de mis labios otra palabra que unidad. Ni un reproche, ni una crítica, ni un desplante”, afirmó Sánchez posteriormente en la primera comparecencia en la que los periodistas le pudieron preguntar sin filtros. “Es verdad que quieren tener una mayor capacidad en la toma de decisiones, pero el Gobierno tiene que tomar medidas en ocasiones de manera muy rápida. Es una situación inédita”, se justificó.
Uno de los motivos de mayor indignación es que los Gobiernos autonómicos conozcan las decisiones de La Moncloa al mismo tiempo que los ciudadanos atendiendo las ruedas de prensa de los ministros. El presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno, pidió “más claridad, previsión y participación” y enfatizó que “no tiene sentido” el formato de la conferencia de presidentes. El dirigente del PP propuso su adelanto al jueves, viernes o al sábado “y que luego el Gobierno tome la decisión; no como ahora”. Torra también criticó el funcionamiento de la conferencia. “No es eficaz”, concluyó. El president pidió a Sánchez “que reconsidere” el regreso al trabajo de las decenas de miles de empleados de las actividades no esenciales. Partidario de prolongar las medidas más restrictivas del confinamiento, Torra afirmó que relajarlas es una “temeridad” y una “imprudencia” frente al “apoyo cerrado” a reactivar la economía de presidentes socialistas como Javier Lambán, de Aragón. El valenciano Ximo Puig manifestó que para evitar que la crisis “derive en una fractura social” no se debe abandonar la economía. “Establecer una dicotomía entre seguridad y economía es un error”, zanjó. Entretanto, Torra adelantó que el Govern que preside “no va a permanecer de brazos cruzados”. “Vamos a tomar las decisiones que sean necesarias para que nuestros ciudadanos estén seguros”, apostilló.
“Este es el quinto domingo consecutivo en el que se traen decisiones consumadas. Solicito una reconsideración urgente sobre el método de trabajo, porque no es admisible”, protestó Urkullu. El lehendakari se quejó de la mecánica de “decisiones no compartidas” por el mando único y solicitó un formato y método de trabajo “más horizontal y con una comunicación fluida y anticipada”. Como ejemplo puso el desconocimiento del despliegue del reparto de 10 millones de mascarillas en los grandes nudos de transporte públicos. Una tarea de la que se encargarán las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, incluidas las policías autonómicas y locales, con la colaboración de Protección Civil.
Otros presidentes del PP como Alfonso Fernández Mañueco, de Castilla y León, reacios a la reapertura de la actividad laboral no esencial a partir de este lunes, subrayaron que la reedición de los Pactos de La Moncloa no es “un cheque en blanco para el Gobierno”. La contrariedad de los líderes territoriales críticos fue unánime frente a la llamada de Sánchez a sumarse a un pacto de reconstrucción nacional sin exclusiones.
“Para los que critican esos Pactos de La Moncloa, ¿si no somos capaces de unir esfuerzos en estas circunstancias, para qué servimos los políticos?”, salió en su defensa Adrián Barbón, presidente de Asturias. Emiliano García-Page resaltó que un gran pacto nacional “no es que sea el mejor camino, es que es la única salida”. “Para lograrlo todos tenemos que poner de nuestra parte”, abundó el barón del PSOE, que también consideró conveniente “participar más, y previamente”, en la toma de decisiones. El presidente del Gobierno ha defendido que este acuerdo debe englobar a todos los partidos, los Ejecutivos autonómicos, los Ayuntamientos, patronal y agentes sociales. “A todos sin excepción”, ha remarcado según varias fuentes presentes en la conferencia. “Es importante que en este momento crítico estemos juntos, hacemos la propuesta de corazón y buena fe. No vemos en ningún Gobierno autonómico un adversario, sino un aliado con el objetivo de vencer la pandemia”, ha dicho Sánchez, que considera “primordial” transmitir un mensaje de “coordinación, transparencia y lealtad aunque haya lógicas discrepancias”. La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha incorporado dos horas tarde tras recibir en Barajas un avión con 113 toneladas de material sanitario. La dirigente del PP le ha reprochado al presidente sus criticas “injustas” durante su intervención en el pleno del jueves, en el que el Congreso de los Diputados prolongó el estado de alarma hasta el 26 de abril. “No entiendo los ataques en sede parlamentaria. En la primera reunión manifesté mi lealtad y ha sucedido al contrario”, ha confrontado con el presidente.
Desescalada por territorios
Por primera vez desde la implantación del estado de alarma, los presidentes autonómicos percibieron la posibilidad de que la desescalada no sea uniforme, como venía defendiendo el Gobierno. Sánchez valoró la respuesta homogénea en todo el país, que, según él, ha permitido que lugares como Madrid, zona cero de la epidemia, vean reducidos los indicadores de fallecidos e ingresos en las UCI. Y que ha contribuido a que otras comunidades tengan una curva mucho más controlada. El presidente se abrió, según fuentes presentes, tanto populares como socialistas, a estudiar la especificidad de cada comunidad en la lucha contra un virus que ha golpeado a los territorios a diferentes velocidades.
Previamente, Puig pidió que en la fase de transición se tengan en cuenta parámetros como la geografía —no tiene que ser por comunidades autónomas sino por áreas concretas—, segmentos de población y sectores económicos. “No son iguales las situaciones en todos los territorios”, intervino García-Page, que reclamó flexibilidad a la hora de afrontar la desescalada. El presidente de Castilla-La Mancha apuntó a la insularidad de Baleares y Canarias frente a la situación de las dos Castillas y su relación diaria económica, social y laboral con Madrid. Con el flujo que implica de movilidad.
“La España rural tiene una salida más fácil, no hay aglomeraciones en ese ámbito”, intervino Lambán. El presidente aragonés apuntó que “sería razonable” que en los pueblos se deje ir a las huertas. Y que se permita la caza para combatir determinadas plagas. Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura, se mostró de acuerdo con el acceso a huertos cumpliendo unos requisitos.
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