Seducir a la patronal sin tocar la coalición

El Gobierno intentará un acuerdo con la CEOE y los sindicatos ante el no del PP, pero con Iglesias dentro

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, el pasado jueves en el Congreso.MARISCAL (AFP)

La crisis del coronavirus es tan inabordable que el Gobierno necesita sumar aliados. Está casi descartado que el PP esté entre ellos, pero el Ejecutivo cree que aún hay una oportunidad con los empresarios, claves para la reconstrucción. El Gobierno, que ha hecho bandera de su idea de los nuevos Pactos de la Moncloa, confía en poder hacer grandes acuerdos con patronal y sindicatos, en la línea del aumento del salario mínimo pactado en enero.

Con matices, empresarios y centrales parecen dispuestos. Sin embargo, ante el rece...

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La crisis del coronavirus es tan inabordable que el Gobierno necesita sumar aliados. Está casi descartado que el PP esté entre ellos, pero el Ejecutivo cree que aún hay una oportunidad con los empresarios, claves para la reconstrucción. El Gobierno, que ha hecho bandera de su idea de los nuevos Pactos de la Moncloa, confía en poder hacer grandes acuerdos con patronal y sindicatos, en la línea del aumento del salario mínimo pactado en enero.

Con matices, empresarios y centrales parecen dispuestos. Sin embargo, ante el recelo que trasladan algunos sectores económicos hacia Unidas Podemos, el Ejecutivo ha lanzado en público, pero sobre todo en privado, un mensaje claro: la coalición va a seguir y cualquier acuerdo deberá partir del respeto al Gobierno formado tras la investidura de Pedro Sánchez en enero. El Ejecutivo trata de abortar así los movimientos que buscan que un gran acuerdo PSOE-PP sustituya a la actual coalición con Pablo Iglesias, algo que en La Moncloa ven inviable.“A los empresarios les molesta la presencia de Podemos en [el ministerio de] Trabajo. Pero están buscando la interlocución con el Gobierno. Su actitud no tiene nada que ver con la del PP. Pero sí, algunos presionan para que Podemos salga del Gobierno. No va a pasar. No hay alternativa. Cualquier acuerdo tiene que partir del reconocimiento del Gobierno. En los Pactos de la Moncloa nadie cuestionó al Ejecutivo, y de hecho no se cambió”, recuerda un ministro.

El Ejecutivo busca seducir a los empresarios, porque cree que es clave que ellos, con los sindicatos, entren a un gran acuerdo. Eso podría empujar al PP, aunque ahora parece imposible. Los ministros evitan cualquier crítica al empresariado y los contactos son constantes y fluidos para preparar el ambiente para ese intento de acuerdo. El propio Iglesias también ha hecho esta semana una ronda con varios dirigentes de las principales empresas del país. Aunque lo que empezó bien, acabó en un choque entre el líder de Unidas Podemos y la patronal. El vicepresidente segundo apuntó en un comunicado a un posible respaldo de la CEOE a la renta mínima. La respuesta fue virulenta: la patronal no asistió a una cita al día siguiente en el Ministerio de Trabajo.

La patronal transmite mucho desánimo con la batalla política y la incapacidad de PSOE y PP de llegar a acuerdos. Los líderes de la CEOE y de los sindicatos hablan prácticamente a diario en esta crisis, y no entienden por qué no lo hacen también el presidente y el jefe de la oposición.

Pese al último choque con Iglesias, la CEOE sí acudirá a la cita para unos nuevos Pactos de la Moncloa cuando la convoque Sánchez, y estaría encantada si cuajara este gran acuerdo, señalan fuentes de la patronal.

Mientras, los sindicatos ya se preparan para meses de intensa negociación a fin de reconstruir la economía del país. En ese tiempo, los empresarios querrán que el Gobierno se olvide de promesas centrales, como el retoque a la reforma laboral o la nueva fiscalidad, que precisamente estaba pensada para recaudar más de las grandes compañías. “La posición de los empresarios en asuntos de fiscalidad es insostenible en España. No pueden seguir pidiendo bajadas de impuestos con el aumento de gasto brutal que viene. ¿Cómo se va a financiar?”, señala un sindicalista.

En el Gobierno, enfrascado en la emergencia de cada día, aún no tienen claro qué pasará con todos estos debates, incluido el de los impuestos, pero sí insisten en que hará falta mucho consenso, de ahí que empresarios y sindicatos vayan a ser fundamentales. Por eso, fuentes del Ejecutivo descartan que el debate arranque con una subida de impuestos. Antes habrá que replantearse el modelo económico para reconstruir el país.

Una ministra socialista se sorprende de la virulencia de los ataques contra Iglesias en algunos sectores. “Han cogido el tuit de Iglesias con el artículo de la Constitución que dice que toda la riqueza estará subordinada al interés general y ahora dicen que vamos a nacionalizar la industria. No sé por qué pone ese tuit, la verdad, pero es absurdo, nadie está en nacionalizaciones, eso lo sabe el PP y todo el que está en esto. Patronal y sindicatos quieren un acuerdo, pero hay mucho ruido político”, se molesta.

Lo que tienen claro todos los consultados es que la situación es muy diferente a la de 1977. No solo la política, con una democracia consolidada sin ruido de sables. También la económica. “Los Pactos de la Moncloa de 1977 supusieron un ajuste muy fuerte. Es exactamente lo contrario de lo que hay que hacer ahora, que es una gran inyección de dinero público, políticas expansivas”, señala un veterano político que participó en aquel proceso.

Mientras el Gobierno busca seducir al empresariado, con el PP no parece haber acercamiento posible. Las últimas encuestas señalan que el Ejecutivo está sufriendo un gran desgaste, pero los populares no se benefician de ese deterioro. Aunque Casado aparenta jugar a más largo plazo, como Mariano Rajoy en 2010. Dirigentes del PP señalan que su líder asume que la crisis económica será devastadora para Pedro Sánchez como lo fue para José Luis Rodríguez Zapatero.

Las relaciones son muy malas —solo ha habido una conversación de menos de 10 minutos entre Sánchez y Casado en tres semanas—, pero varios ministros creen que el líder del PP debería entender que su estrategia favorece al partido de Santiago Abascal. “Vox se erige como la alternativa, en este caldo de cultivo hay que tener mucho cuidado. El PP debería buscar un acuerdo para dejarles aislados”, señala uno de ellos. “Si políticamente esto se perturba mucho, la batalla va a ser con el populismo fascista, no con el PP. Basta ver lo que está pasando estos días en las redes. Pero el PP sabe que no va a conseguir gobernar sin Vox. Ese es el problema que tiene”, añade otro ministro.

Los populares sostienen, por su parte, que Sánchez en realidad no quiere ningún acuerdo, y como prueba ofrecen el discurso de la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra, el pasado jueves en el Congreso. La política sigue donde siempre, pero el Gobierno busca otras opciones para el gran pacto.

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