Sánchez: “No vamos a dejar a nadie atrás”
El presidente pide ayuda a la oposición para unos Presupuestos de reconstrucción
El Estado sale al rescate. El Gobierno ha aprobado el mayor paquete económico de la historia, que implicará movilizar un 20% del PIB español, una cifra inimaginable hasta ahora, para salvar a ciudadanos y empresas de la descomunal crisis económica que llega con la pandemia del coronavirus. En un discurso casi de situación de guerra, Pedro Sánchez garantizó que el Estado no dejará hundirse a los ciudadanos. “No vamos a dejar a nadie atrás”, clamó el president...
El Estado sale al rescate. El Gobierno ha aprobado el mayor paquete económico de la historia, que implicará movilizar un 20% del PIB español, una cifra inimaginable hasta ahora, para salvar a ciudadanos y empresas de la descomunal crisis económica que llega con la pandemia del coronavirus. En un discurso casi de situación de guerra, Pedro Sánchez garantizó que el Estado no dejará hundirse a los ciudadanos. “No vamos a dejar a nadie atrás”, clamó el presidente. Después de esta inyección para frenar la hecatombe económica, España quedará muy tocada. Y Sánchez ya pide ayuda a la oposición para un “Presupuesto de reconstrucción”.
Sánchez es un socialdemócrata clásico, que apuesta por defender la presencia del Estado en la economía, pero también acepta la colaboración público-privada. Nunca imaginó que le tocaría como presidente la mayor exhibición de músculo del Estado en 40 años de democracia. El líder del PSOE defendió en todo momento que lo público está ahí para situaciones como esta, y que cueste lo que cueste —esta apuesta supondrá un gran agujero para unas cuentas públicas ya muy debilitadas— la prioridad es salvar a ciudadanos y empresas. “Es un plan de choque sin precedentes. El Estado tiene recursos poderosos, pero también los empresarios, los trabajadores, los propietarios, los inquilinos. Si construimos una cadena de solidaridad antes saldremos de esta crisis. Hoy aprobamos medidas extraordinarias, 100.000 millones para liquidez de las empresas, 17.000 millones para colectivos muy vulnerables. Todos van a tener la protección del Gobierno. No vamos a dejar a nadie atrás. El Estado va a asumir el shock que representa el frenazo de la economía española. Y después tendremos que hacer frente a la reconstrucción”.
Sánchez recordó que, el pasado jueves, el Gobierno aprobó un plan de 14.000 millones de euros y que enseguida quedó corto. El viernes se anunció el estado de alarma y desde entonces todo se ha precipitado hasta tener que llegar a este enorme paquete de 200.000 millones. Sánchez confía en tener apoyo de la UE cuando haya que recuperar la economía. “Cuando pase esta pandemia habrá que poner planes económicos de revitalización de la economía europea”.
Buscando el tono cercano con los ciudadanos, encerrados en sus casas y cada vez más inquietos por su salud y sus trabajos, Sánchez clamó: “El pueblo español es ejemplar, comprometido, dispuesto a atender las recomendaciones, que son muy duras. Van a ser muy largas en el tiempo pero creemos que son necesarias”.
Quedaron atrás los debates internos en el Gobierno. Varios ministros trasladan que, después de intensas discusiones hasta la madrugada del lunes —algunos no durmieron—, este martes en el Consejo de Ministros hubo mucha unidad, entre otras cosas porque el sector del PSOE que apostaba por medidas más drásticas y los ministros de Unidas Podemos que lo respaldaban estaban muy satisfechos del paquete aprobado. Sánchez descartó que haya divisiones y también rechazó la crítica de que el Gobierno ha llegado tarde. “Hemos actuado desde el primer momento”.
Sánchez se colocó este martes en ese escenario de batalla larga, y pidió a todos los partidos que apoye unos “Presupuestos de emergencia y reconstrucción” que habrá que hacer en cuanto amaine la crisis. “Nuestro esfuerzo debe estar como mínimo al nivel del sacrificio de los españoles”, planteó para presionar a la oposición.
En busca de la unidad
España no se parece ya en nada al país que hace una semana mantenía las típicas batallas políticas sobre la oportunidad o no de ir a la manifestación del 8-M, sobre la mesa de diálogo con el Gobierno catalán o sobre el reparto de poder interno de la coalición de Gobierno. Ninguna de esas disputas tiene sentido ya.
Sánchez compareció en un tono muy cuidado, similar al del sábado —entonces lo vieron 18 millones de personas— pensado para llegar directamente al ciudadano y mostrarle que el Gobierno está con ellos.
El presidente no habló de escenario de guerra, como hizo el francés Emmanuel Macron, pero sus palabras no eran muy distintas de las de otros colegas europeos que han anunciado enormes planes de gasto para proteger a las empresas y los trabajadores de un parón económico sin precedentes, en el que hay sectores claves para España, como el turismo, que han reducido prácticamente a cero su actividad con la Semana Santa a la vuelta de la esquina.
Sánchez busca en todo momento la unidad. En el Gobierno están convencidos de que la situación es tan compleja que esta vez sí la van a tener. Se verá hoy en el pleno del Congreso. “Quiero agradecer el apoyo de los sindicatos, empresarios y también a otros líderes políticos. Gracias también a las comunidades autónomas. Ahora debemos frenar la caída y después relanzar la producción. Para que la salida sea una V y no una L, tenemos que ser contundentes. Por eso hemos decidido reforzar las medidas ya aprobadas la semana pasada. Es la mayor movilización de recursos de la historia”, clamó. Ahora solo queda ver cómo reacciona hoy la oposición y si la unidad se consolida.
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