Miriam Sánchez, la modelo a la que todo el mundo quiere

El fotógrafo Gorka Postigo la descubrió a través de sus redes sociales cuando tenía 22 años. Unos meses después, Louis Vuitton la contrató en exclusiva y hoy, a los 25, esta madrileña es uno de los rostros del momento. Esta temporada ha participado en 18 desfiles entre Milán y París. Desafía las reglas de la misma forma que cada vez más diseñadores agitan los pilares de la alta costura —que ella luce aquí— para hacerla avanzar. Siempre sin traicionar su esencia artesanal, sustentada en oficios centenarios que aúnan tradición e innovación.

Miriam Sánchez lleva vestido largo de piel prensada blanca, charol e incrustaciones de pitón, y collar blanco y botas, todo de Fendi alta costura; joyería de marfil 'vintage', pulseras de Suot Studio y brazaletes redondos de Ashi Studio.Foto: NICO BUSTOS | Vídeo: CARLOS MARTÍNEZ

“No diría que soy antipática. Soy tímida, introvertida”. La modelo Miriam Sánchez (Madrid, de 25 años) pronuncia estas palabras a carcajadas, sentada en un bar —cerrado— de un polígono industrial semivacío tras ocho horas poniéndose y quitándose vestidos de Chanel, Schiaparelli y Giambattista Valli. A pesar del cansancio, es amable y triplica el tiempo pactado para la charla, consumiendo un cigarrillo electrónico tras otro. Que es una de las modelos del momento lo confirman, entre otras cosas, los 18 desfiles que ha encadenado en las recientes semanas de la moda de Milán y París: de Hermès a S...

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“No diría que soy antipática. Soy tímida, introvertida”. La modelo Miriam Sánchez (Madrid, de 25 años) pronuncia estas palabras a carcajadas, sentada en un bar —cerrado— de un polígono industrial semivacío tras ocho horas poniéndose y quitándose vestidos de Chanel, Schiaparelli y Giambattista Valli. A pesar del cansancio, es amable y triplica el tiempo pactado para la charla, consumiendo un cigarrillo electrónico tras otro. Que es una de las modelos del momento lo confirman, entre otras cosas, los 18 desfiles que ha encadenado en las recientes semanas de la moda de Milán y París: de Hermès a Salvatore Ferragamo, pasando por Etro o Fendi. Su trayectoria ha sido meteórica.

Miriam Sánchez lleva un vestido de organza de seda con bordados y cuerpo en 'paillettes', todo de Armani Privé.Nico Bustos

A Sánchez la descubrió el fotógrafo Gorka Postigo en Instagram en 2018. Buscaba caras nuevas para fotografiar la colección con la que la firma Davidelfin resurgió tras la muerte del diseñador que le da nombre. Cuenta Postigo que le sedujo su punto andrógino, a medio camino entre otras dos grandes modelos españolas: Bimba Bosé y Marina Pérez. “Me pareció que tenía un potencial infinito”, recuerda Postigo, a quien le hace “mucha ilusión su evolución”. Ese trabajo fue el pistoletazo de salida para Miriam Sánchez. Después de aquello, decidió dejar aparcado el ciclo formativo de Administración que estaba estudiando y se fue a probar suerte a París, sin mucho convencimiento. Era la segunda vez que salía de España; solo había estado en Alemania, en un intercambio. “Y además no tenía ni idea de cómo iba esto de la moda”, apunta. Pero fue sencillo. Cinco agencias se la rifaron en cuanto tocó a su puerta. Y nada más verla, Louis Vuitton la escogió para su desfile de esa primavera de 2019. Ella pidió no llevar tacones porque jamás se había subido a unos. La contrataron en exclusiva varios meses. Y de ahí, directa al éxito. Parece que nada se le ha subido a la cabeza. “Es mi personalidad, soy humilde”, dice esta amante del fútbol —ahora no practica por falta de tiempo y temor a las lesiones—­, hija de una administrativa y la pequeña de tres hermanos. Su futuro, afirma, pasa por seguir en España. También por independizarse, pero sin mudarse de su pueblo, Arganda del Rey (55.000 habitantes), al sudeste de Madrid. “Si es que no quiero fama”, insiste.

La modelo luce jersey de cuello alto tejido en vicuña negra, pantalón de sastre, estola acolchada en satén negro, guantes y botas, todo de la primera colección de alta costura de 1968 de la casa Balenciaga. Sombrero cúpula en terciopelo flocado negro de Philip Treacy.Nico Bustos

En el sector es querida y apreciada precisamente por esa humildad. “Es que yo no sabía lo que era desfilar”, recuerda de aquella primera experiencia con Vuitton. “Solo sabía que aquella era una marca muy cara”, concede sin vergüenza. En aquella ocasión, ni siquiera se enteró cuando la llamaron para maquillarse, porque el inglés, dice, no es lo suyo. “Y me da rabia. Pero ahora al menos sé decir si tengo sed”.

Al principio, Sánchez pensaba que hacer desfiles “iba a suponer no poder ir ni a por el pan”. Luego descubrió que era más un trabajo de esperas, aviones y vestuarios. Reconoce, sin embargo, que resulta más duro de lo que esperaba. “Se necesita terapia y es igual de importante que un médico de cabecera, porque es que esto te descoloca”, advierte. Por eso disfrutó en cierto modo del parón del confinamiento: estuvo en Arganda, con su madre y su abuela, en casa. Aunque ahora que le ha cogido el tranquillo al mundo de la moda, pretende seguir en él. “Siempre me ha gustado y me he gastado lo que tenía en ella, fueran 5 euros o 50”, cuenta.

A Miriam Sánchez la comparan constantemente con Bimba Bosé. “Lo entiendo porque tenemos un mismo tipo de belleza y me enorgullece”, dice la modelo. En la imagen, con minivestido de gasa de seda negra con detalle de metal, y zapatos adornados con punteras doradas, todo de Schiaparelli por Daniel Roseberry. Pendiente para la nariz de Suot Studio.Nico Bustos

Asegura que ha llegado para quedarse: quizá desfilando y posando mientras pueda, y quién sabe si diseñando o fotografiando con el tiempo. No le preocupa no tener un plan. Por ahora, se está empapando de cuanto la rodea. Va con sus ojos celestes bien abiertos. Y con sus pies bien fijados al suelo sobre unas cómodas zapatillas. “Pero le he cogido gusto a desfilar con tacones”, ríe. “Aunque no, no tengo ningunos en mi armario”.

Sánchez lleva vestido de gasa de Giambattista Valli; medias de encaje rojo con flores de Adriana Hot Couture; y zapatos Ribbon D’Orsay con cinta fina y punta con detalle dorado, de Gianvito Rossi. Anillos de cóctel de las colecciones Surprises y Exquises y colgante de la colección Bee my Love en oro blanco engastado con diamantes, todo de Chaumet. Nico Bustos
Para conservar el acervo artesanal, los diseñadores italianos Domenico Dolce y Stefano Gabbana decidieron abrir en 2012 escuelas de costura en varias sedes de su marca, las Botteghe di Mestiere. Actualmente tiene cuatro en las que forman a jóvenes artesanos. En esta página, traje de brocado negro bordado con encaje de Dolce & Gabbana Alta Moda, medias de rejilla negras de Calzedonia y anillos y gargantilla vintage.Nico Bustos
La alta costura de Versace se define por los bordados de joyas y cristales, las complejas técnicas de drapeado y los adornos de cuentas aplicadas a mano. En esta página, vestido de malla metálica, collar y anillo de metal dorado con pedrería, todo de Atelier Versace. Pulseras 'vintage' de 'strass' y colgante de la colección Bee my Love en oro blanco engastado con diamantes, de Chaumet.Nico Bustos
Los límites entre la joyería y la costura —y sus técnicas respectivas— se diluyen en piezas como este top de flecos de cristal que acompaña unos pantalones de lana plisados, ambos de Alexandre Vauthier. Sombrero bicolor blanco y negro en fieltro de conejo de Tolentino Hats, y botas altas Viv’ Choc en piel acharolada negra, con plataforma, tacón de aguja y hebilla lacada, de Roger Vivier. Pendientes de diamantes de Suot Studio y anillos 'vintage'.Nico Bustos
Las colecciones de alta costura funcionan como un laboratorio experimental para el diseñador John Galliano. A través de ellas desarrolla técnicas que luego industrializa para la línea de prêt-à-porter de Maison Margiela. En la imagen, abrigo de lana azul y azul marino lavado a la piedra, chaleco de algodón azul celeste (enrollado con periódicos 'vintage') y pantalones vaqueros del proyecto Recicla, zuecos Tabi de madera natural y caucho negro, también de la colección Recicla, todo diseñado por John Galliano para la colección Artisanal de Maison Margiela. Anillos 'vintage'.Nico Bustos
Los dos talleres de alta costura de Chanel cuentan con 50 costureras dedicadas a trabajar el 'tweed', la lana y el cuero, y otras 50 que se ocupan del tul, la organza, la muselina, crepés, encajes y otros tejidos delicados. En esta página, abrigo y falda de 'tweed' embellecido en gris antracita y rosa palo y 'bandeau' de satén negro, y enaguas en tul de seda negro, todo de Chanel. Joyería de perlas vintage.Nico Bustos

Créditos

Fotografía Nico Bustos.
Asistentes de fotografía  Alejandro Amares y Héctor Fraile.    
Estilismo Alba Melendo. 
Asistente Lorenzo Profilio. 
Asistentes de estilismo Fernando Gómez, Carla Ruiz y Sara García.
Técnico digital Javier Torrente.
Maquillaje y peluquería Manuela Pane (Kasteel Artist Management) para Dior y Jordi Fontanals (Víctor Cruz_RMG) para Aveda y Nars.  
Modelo Miriam Sánchez (Traffic Models).   


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