Qué visitar en Bilbao con perro, un paseo sin limitaciones
Parques con zonas de esparcimiento, bares de ‘pintxos’ en los que pueden entrar los canes, playas a media hora del centro histórico y más pistas para disfrutar de un día acompañado de tu mascota en la ciudad vasca
Frente a la entrada del Museo Guggenheim de Bilbao, Puppy, un terrier de gran tamaño, hace guardia las 24 horas del día durante todo el año. En realidad, este perro es la escultura floral de mayor tamaño que se exhibe en el mundo, obra del artista Jeff Koons. “Una escultura aparentemente descontrolada, ya que sigue creciendo en sentido literal y figurado”, como afirman en la web del museo. En la zona ajardinada adyacente al imponente edificio proyectad...
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Frente a la entrada del Museo Guggenheim de Bilbao, Puppy, un terrier de gran tamaño, hace guardia las 24 horas del día durante todo el año. En realidad, este perro es la escultura floral de mayor tamaño que se exhibe en el mundo, obra del artista Jeff Koons. “Una escultura aparentemente descontrolada, ya que sigue creciendo en sentido literal y figurado”, como afirman en la web del museo. En la zona ajardinada adyacente al imponente edificio proyectado por Frank Gehry, que revitalizó la zona del Bilbao postindustrial y la contigua del parque Abando, corretean todos los días decenas de chuchos en un espacio verde entre los más frecuentados por amos y canes para el paseo diario. “Aunque una de las mejores zonas para perros se encuentra en el parque Doña Casilda Iturrizar, muy cerca del Guggenheim, al otro lado de la calle Lehendakari Leizaola, o en el propio de la imponente Torre Iberdrola [también al lado del Guggenheim]”, comenta una señora que acaba de soltar la correa de un precioso galgo marrón con pintas. Este 20 de febrero es el Día Mundial de Amar a tu Mascota, y coincidiendo con esta fecha proponemos una ruta por la ciudad sin limitaciones para ir con la mascota.
Además de estos espacios verdes, el Ayuntamiento ha habilitado en otros parques zonas de esparcimiento para que los perros puedan disfrutar sueltos, sin correa, de 19.00 a 11.00 de noviembre a mayo; y de 20.00 a 11.00 entre junio y octubre. Son Amézola, Azoka Zorroza, Encarnación, Eskurtze, Etxebarria, Europa, Ibaieder, Miribilla y Sarriko. Se trata de una iniciativa para facilitar la vida a los bilbaínos y sus perros y la estancia de los visitantes que no pueden estar sin el chucho ni un fin de semana. Un buen número de restaurantes y los mejores bares de pintxos de la ciudad también se han sumado a la tolerancia de las mascotas no solo en las terrazas, sino también en el interior del local.
Además de Puppy, podremos admirar las otras obras expuestas en el exterior del Guggenheim: El gran árbol y el ojo, de Anish Kapoor; Mamá, de Louise Bourgeois, o la Fuente de fuego, de Yves Klein. Después, un paseo de un cuarto de hora en dirección al centro a lo largo de la calle Elcano nos llevará hasta la plaza Moyúa y, en seguida, a la calle Diputación, donde en el bar El Globo hay que probar sobre todo sus pintxos gratinados. El de txangurro es una delicia inolvidable y el de patata con trufa blanca no se queda a la zaga. Ni en el interior, ni en la terraza, hay problema alguno con disfrutar del local acompañados de nuestro fiel amigo. Como tampoco lo hay en el recientemente inaugurado Gastro Bar Tulipán, en la calle García Rivero Maisuaren y a 10 minutos caminando desde Diputación, donde algunos de sus pintxos más populares son el pimiento de carne, especialidad de la casa, o el de pulpo a la gallega.
En una jornada de picoteo en Bilbao no se debería obviar la zona del Casco Viejo, donde algunos de los bares recomendados por el Ayuntamiento para acudir con tu perro son el The Beetle Bar y el Plaza Unamuno. El primero, pequeño, pero con una terraza con bebedero para el can, sirve unas buenísimas banderillas, que aquí se llaman gildas; “Con o sin fuego [guindilla]”, pregunta la camarera. El Plaza Unamuno dispone de una terraza más amplia y un buen surtido de pintxos, con especial recomendación del servicio del de tortilla de txipirones, riquísimo. De vuelta al centro, algunas de las terrazas de los tradicionales bares de la calle Ledesma (Ledesma Nº5, Atseden o El Puertito, entre otros) también son aptas para comer de pintxos o raciones sin pegas para las mascotas.
La tarde es un buen momento para soltar al perro en algunas de las playas permitidas del litoral próximo a la ciudad, ya que es cuando empieza el horario establecido. Así, a la playa de Ereaga, en Getxo, se puede ir desde las cuatro de la tarde hasta las once de la mañana (del 1 de octubre al 30 de abril) y podemos llegar cómodamente en el metro desde el centro de Bilbao en una media hora, siempre que nuestro chucho no pese más de ocho kilos. Otras playas de la provincia aptas para perros, con diferentes horarios y restricciones según la temporada, son Sopelana, Azkorri, Arrigunaga o La Arena; se pueden consultar en la web de Turismo de Euskadi, en el apartado Bilbao deja huella.
En el capítulo de los transportes también se ha hecho un esfuerzo en los últimos tiempos para que uno pueda desplazarse con su amigo perruno. En los autobuses urbanos las mascotas pueden viajar siempre que lo hagan en un transportín; en el tranvía, cualquiera que sea su tamaño si los llevamos con correa; y en los Cercanías, cuando vayan en transportín o con correa y bozal. Si se quiere subir al monte Artxanda, a 250 metros de altura y considerado el mirador de la ciudad —además es un lugar excelente para el esparcimiento de los perros—, en el Funicular se puede hacer siempre que no sean considerados animales potencialmente peligrosos y los llevemos con correa y bozal.
De vuelta a la ciudad, hacia las ocho de la tarde, la plaza del Ensanche parece un buen lugar para que los perros socialicen y hagan amigos y sus amos los imiten entre salchichas y cervezas en el divertidísimo bar alemán Ein Prosit, con un excepcional ambiente futbolero internacional. Una agotadora jornada perruna y gastronómica requiere un merecido descanso para amo y mascota. El céntrico hotel Sercotel Ayala admite perros de hasta 20 kilos y gatos, y facilita, además, camas especiales para ellos y comederos.
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